Era inevitable comenzar el serial sobre ANOTHER SELF PORTRAIT- 1969-1971- BOOTLEG SERIES V. 10-BOB DYLAN con la celebre exclamación de Greil Marcus. En todas las reseñas que he leido sobre su edición se encuentra de alguna manera incluída y remarcada, demostrando una vez más que los clichés, la revisión rápida y unidimensional funciona con Dylan en este país y en otros desde tiempo inmemorial y a otra cosa mariposa.
Se refirió el listo de Greil así a Autorretrato en el momento de su publicación, de manera pasional y despectiva lo que realmente mola y es que uno piensa que si eras hipster a finales de los sesenta, escuchar countrypolitanizado y tan middle of the road y Nashville a tu gurú generacional, el de las camisas de lunares y el que hacía toser a las tuberias, tenía que resultar absolutamente agresivo escuchar los coros de All the Tired Horses, como si los Beatles se hubieran marcado tras el Revolver un disco de flamenco-pop.
Cierto es que el buen hombre ahora se ha retractado, viendo que "somos más jovenes ahora que entonces" y también más oportunistas; nunca me ha caído bien Greil y se me atragantan sus libros de rock and roll, demasiado espesos para mi gusto (con Bob, soy más de Paul Williams)
También tenía clara la respuesta a la pregunta de Marcus: Watching the River Flow que es como titulé una recopilación imaginaria casera tostada con las primeras versiones del Nero cuando celebramos el 60 cumpleaños de His Bobness en Bilbao: The Missing Album between New Morning & Pat Garrett, año 2001.
Con los piratas era precioso fantasear, crear recopilaciones imaginarias, nada descabelladas y que nos ayudaban a completar lagunas y por eso , vamos a tener como referencia también aquel entretenimiento que tanto gustó. Esa foto con la caja de la batería por el Village lo dice todo, allí ya estaba un poco el concepto estético y de justicia musical que representa la nueva serie de los Bootleg. Me hace gracia , no lo puedo evitar, siempre quise ser Jeff Rosen.
La embergadura de la edición de este nuevo volumen de joyas de archivo no es medible, pesable, o abarcable con unos párrafos de texto, casi es mejor describirlo sólo con la foto que encabeza la Land o con una expresión tan sintética como la de Greil pero cambiando el sentido de shit, de mierda a droga, mandanga, doble cero, material de primera.
Desde el punto de vista de persona a la que le interesa esa abstracción que ha hecho siempre el genio de Duluth de los estados del alma en forma de canción según uno va creciendo, a veces inversamente proporcionales a la edad que se tiene (nunca fue más viejo que en su disco debut) , la época "family man" que tan bien aquí se remata (aunque deja algún hueco, como era de esperar) es algo relevante y en lo que merece la pena pararse una buena temporada. Para aquel que no parta de esta premisa puede resultar un culebrón venezolano pero creo que si te gusta Bob Dylan merece la pena disfrutarlo y no dejarlo pronto aparcado, jugar con el artefacto y llevar la ceremonia de su escucha a terrenos de ocasión especial, enfriar la botella y sacar las copas adecuadas. Lo siento por aquellos que entienden la música de una manera institucionalizada aunque sea por los recursos estancos que bien se han ocupado de generarnos los artículos, revistas, libros y demás parafernalia eterna sobre Bob que por otra parte han evolucionado mucho menos que él pero esto va de otra cosa.
Las Bootleg me las tomo como Archives que cada uno los usa o los interpreta y enlaza como desea ya que pueden llevarnos por rutas fascinantes, cada día diferentes. ¿Quién no hubiera querido meter mano en esos sótanos de la Columbia llenos de viejas cintas y vender el oro diseñando la joya al gusto del consumidor?
En concreto, ésta edición es algo tramposa y caprichosa porque parece centrarse en Selfportrait pero no es del todo cierto, abarca mucho más, incluso cosas que quedan un poco raras y fuera de contexto como meter un tema de las Basement Tapes o dos tomas con final abrupto de Nashville Skyline. Todo un delito teniendo en cuenta que se han dejado otras más acordes con el feeling pero ya construiremos al final un Bootleg del Bootleg y ya veréis qué chulo nos queda.
Para muchos esta es su época country para otros ( que consideramos que él ha sido country siempre) su relación con la vida de una manera común a la del resto de los mortales, tras años de excentricidades y de una tercera década en la vida ( la veintena) en la que tuvo la desdicha de ser el Dios de los Tiempos de Cambio, el flautista de la revuelta estética y moral del rock, el que introdujo la sustancia gris al formato, el que sufrió la persecución histérica.
Llegó el momento del stop, de decir basta, de retirarse al patio trasero, de vivir lo que muchos conocimos a nuestra manera, el plácido amor de una darling companion ( Sara era tan atractiva en todos los sentidos...) y las ganas de ponerse a tener hijos con ella para formar una familia que desayuna en un comedor de campo con pan tostado caliente y mantequilla de Bretaña y un piano lleno de partituras y viejos discos con vistas a los pinos de la sierra de Nueva York. La cosa más parecida a la felicidad que tiene como todo fecha de caducidad o transformación, como así el tiempo demostró.
Ël también tenía derecho a disfrutar de esas estrellitas que salen del estómago cuando ves a los tuyos en pijama, protegidos y con la lavadora en marcha y olor a limpio, cuando todo va bien y puedes ver el río de los propios sentimientos fluir silbando al viento y el sol te calienta la cara y el corazón. Wigwam , la canción, es perfecta para sintetizarlo con sus la la las que ni la Massiel.
En su primer volumen de la autobiografía Crónicas dió todas las explicaciones posibles (para que luego digan) de tan necesaria reclusión si bien ya se intuían en todas las hermosas fotos de la época ahora prodigiosamente ampliadas: entre gallinas, en los bosques, con chanclas y perros y hasta cámaras elásticas en el jardín y mucho bebe potolito en brazos. Parece todo hijo que madre quisiera tener...
Pero donde más se dejaba ver tanta felicidad era en el tono, los arreglos, el sonido de lo editado; ahora visto lo guardado, todavía se desprenden más dosis de family man, es decir, se contuvo, se auto-edito el gozo personal, como siempre. En Dylan los silencios valen tanto como sus balidos.
De Nashville Skyline (si bien era también un ejercicio de estilo en toda regla antológico y revolucionario) hasta la B-S.O. Pat Garrett se puede decir que Robert Allen Zimmerman vivió la vida como él quiso, si bien se tuvo que proteger de la gente que todavía no se había enterado de la fiesta , de su opción personal inteligente autoprotectora que es lo que a la larga ha permitido que exista Tempest, es decir que siga respirando y coleando, como persona y artista.
Si hubiera seguido el mismo tren de vida, hubiera descarrilado. Sara tuvo la culpa de que eso no sucediera y por eso siempre le admiraré. El amor, los niños, el campo...o lo que es lo mismo: the Family Man Years of Bob Dylan que es como se tenía que haber titulado el invento.
Es algo que en esta casa apasiona desde siempre y nos vamos a emplear en ello para tratar de resucitar de un bloqueo frente a la pantalla, de un no saber como canalizar lo de siempre, esperemos que sirva y así ponerse de nuevo en forma y dejar de ver el río fluir de manera contemplativa tratando de nadar con toda vuestra ayuda.
Nota:
Vamos a estructurar la cosa por las caras de la preciosa edición vinilo ( seis en total ) que es la que me han regalado por mi cumple los que más quiero: my darling companion y mi hijo. Ayer, los tres en casa nos disponiamos a ver Searching for a Sugar Man juntos ( mi hijo ya la ha visto y nos la ha contado entera) ya que llegó la lluvía y el gris a Bilbao.Un momento de reunión, de recuperación del family man que hay dentro de todos nosotros. Va por ellos!
Las Bootleg me las tomo como Archives que cada uno los usa o los interpreta y enlaza como desea ya que pueden llevarnos por rutas fascinantes, cada día diferentes. ¿Quién no hubiera querido meter mano en esos sótanos de la Columbia llenos de viejas cintas y vender el oro diseñando la joya al gusto del consumidor?
En concreto, ésta edición es algo tramposa y caprichosa porque parece centrarse en Selfportrait pero no es del todo cierto, abarca mucho más, incluso cosas que quedan un poco raras y fuera de contexto como meter un tema de las Basement Tapes o dos tomas con final abrupto de Nashville Skyline. Todo un delito teniendo en cuenta que se han dejado otras más acordes con el feeling pero ya construiremos al final un Bootleg del Bootleg y ya veréis qué chulo nos queda.
Para muchos esta es su época country para otros ( que consideramos que él ha sido country siempre) su relación con la vida de una manera común a la del resto de los mortales, tras años de excentricidades y de una tercera década en la vida ( la veintena) en la que tuvo la desdicha de ser el Dios de los Tiempos de Cambio, el flautista de la revuelta estética y moral del rock, el que introdujo la sustancia gris al formato, el que sufrió la persecución histérica.
Llegó el momento del stop, de decir basta, de retirarse al patio trasero, de vivir lo que muchos conocimos a nuestra manera, el plácido amor de una darling companion ( Sara era tan atractiva en todos los sentidos...) y las ganas de ponerse a tener hijos con ella para formar una familia que desayuna en un comedor de campo con pan tostado caliente y mantequilla de Bretaña y un piano lleno de partituras y viejos discos con vistas a los pinos de la sierra de Nueva York. La cosa más parecida a la felicidad que tiene como todo fecha de caducidad o transformación, como así el tiempo demostró.
Ël también tenía derecho a disfrutar de esas estrellitas que salen del estómago cuando ves a los tuyos en pijama, protegidos y con la lavadora en marcha y olor a limpio, cuando todo va bien y puedes ver el río de los propios sentimientos fluir silbando al viento y el sol te calienta la cara y el corazón. Wigwam , la canción, es perfecta para sintetizarlo con sus la la las que ni la Massiel.
En su primer volumen de la autobiografía Crónicas dió todas las explicaciones posibles (para que luego digan) de tan necesaria reclusión si bien ya se intuían en todas las hermosas fotos de la época ahora prodigiosamente ampliadas: entre gallinas, en los bosques, con chanclas y perros y hasta cámaras elásticas en el jardín y mucho bebe potolito en brazos. Parece todo hijo que madre quisiera tener...
Pero donde más se dejaba ver tanta felicidad era en el tono, los arreglos, el sonido de lo editado; ahora visto lo guardado, todavía se desprenden más dosis de family man, es decir, se contuvo, se auto-edito el gozo personal, como siempre. En Dylan los silencios valen tanto como sus balidos.
De Nashville Skyline (si bien era también un ejercicio de estilo en toda regla antológico y revolucionario) hasta la B-S.O. Pat Garrett se puede decir que Robert Allen Zimmerman vivió la vida como él quiso, si bien se tuvo que proteger de la gente que todavía no se había enterado de la fiesta , de su opción personal inteligente autoprotectora que es lo que a la larga ha permitido que exista Tempest, es decir que siga respirando y coleando, como persona y artista.
Si hubiera seguido el mismo tren de vida, hubiera descarrilado. Sara tuvo la culpa de que eso no sucediera y por eso siempre le admiraré. El amor, los niños, el campo...o lo que es lo mismo: the Family Man Years of Bob Dylan que es como se tenía que haber titulado el invento.
Es algo que en esta casa apasiona desde siempre y nos vamos a emplear en ello para tratar de resucitar de un bloqueo frente a la pantalla, de un no saber como canalizar lo de siempre, esperemos que sirva y así ponerse de nuevo en forma y dejar de ver el río fluir de manera contemplativa tratando de nadar con toda vuestra ayuda.
Nota:
Vamos a estructurar la cosa por las caras de la preciosa edición vinilo ( seis en total ) que es la que me han regalado por mi cumple los que más quiero: my darling companion y mi hijo. Ayer, los tres en casa nos disponiamos a ver Searching for a Sugar Man juntos ( mi hijo ya la ha visto y nos la ha contado entera) ya que llegó la lluvía y el gris a Bilbao.Un momento de reunión, de recuperación del family man que hay dentro de todos nosotros. Va por ellos!
Y luego están las canciones. Preciosas, delicadas o airadas, densas o livianas, pero siempre verdaderas. En sus peores momentos, o en los más desorientados, cada canción de Dylan, cada verso que canta, nace de un corazón sin trampas. Se deja siempre la vida. Siempre. No sabe hacerlo de otra manera.
ResponderEliminar¿Cómo sigue vivo -y componiendo, y cantando- después de exponerse tanto, después de exponerse siempre?
Yo creo que Dylan no se va a morir nunca.
Comentario para enmarcar, precioso, esa sintesis es la que merece cualquier descripción y lo demás son siempre bonitos rodeos. Las canciones importan , las canciones no los artistas lo que pasa que el cacbrón de Bob tiene demasiadas sobresalientes...Ongi etorri quadernodenotas!!
EliminarNo sabes la alegría que me da volverte a leer y de esta forma Joserra ! Me siento totalmente identificado con tus palabras , sólo que yo apenas he podido avanzar demasiado aunque tampoco me importa demasiado : Charo me hace ponerle una y otra vez Went to see the Gipsy , le ha prendido ... y a mí también .
ResponderEliminar" His Room was dark and crowded , lights were low and dim , ¿ How are you ? he said to me , I said it back to him " , este tipo de poesía que en su voz me sabe a gloria , me desarma y me anima a detenerme ; aun dicen algunos que las estancias del pasado están poco y mal ventiladas , estas canciones rompen el molde del instante fugaz y pasajero , ¡ sientan tan bien... !
Seguiré muy atento a tu repaso , me interesa mucho y tenía muchas ganas de que lo empezases ; creo que Dylan se nos coló adentro Joserra , y que es un estado mental permanente y una señal identitaria de una juventud de la que nos resistimos a desprendernos ; forever young .
Un ABRAZO Gigante !
El vino , cojonudo Joserra , cojonudo .
No olvida uno fácil el poder disfrutaros en Tudela en verano. Nos resistimos a vivir en algo que no sea la Bob side of life! La visita a Tudela, cojonuda Jesús, cojonuda y habrá más pero te quiero pronto en Bilbao con ocasión de algun concierto especial, antes de que acabe este año.Abrazos a millón.
Eliminartengo en un anaquel los tres libros de P. Williams, tengo el Infidels alternativo con Blind Willie McTell cerrándolo y por reyes me pido el triple vinilo de estos Family man years. No pensaba comentar mucho la verdad, no sé por qué, pero después de meter tanto la pata algo me frenaba a hacerlo. En cualquier caso me alegra mucho leerte, ahora mismo lo he hecho oyendo de fondo a Manolo Fernández (ahora al Cifu), por lo que lo he hecho rápido y mal, pero después me lo vuelvo a leer tranquilamente. Llevo unos días oyendo el Self Portrait y el New Morning, los tengo en el ipod y me gusta más el primero, el doble. También, con mi último pedido de discos en bastante tiempo (haré alguno otro para cosas de Reyes Magos para la familia) me los pedí en vinilo, el Self Portrait es una edición yanki no sé si primera o posterior, con la funda sólo regular (pelín desastre), pero con los discos intactos que es lo que importa. Respecto al bootleg, que también lo tengo en el ipod, aún no lo he oido, la verdad, estoy descubriendo los dos discos de estudio del 70, no soy como tú, con Bob voy con retraso y gracias al bloguerío estoy descubriendo maravillas absolutas, como su etapa gospel-cristiana o esta última con la que estoy ahora de estos dos discos.
ResponderEliminarTe seguiré, si me lo permites, en tus apuntes sobre estas canciones, como he hecho desde que entre por aquí por primera vez. Un abrazo Rodri y buenos días!!
Ned es una gozada leerte, escucharte y encontrarte así. Bob side of life, forever! Buen domingo y las canciones, las canciones es lo que cuenta!
EliminarMe alegra no sabes como volverte a leer, me encanta volver a sentir la música escrita en la land, aún no he tenido tiempo de sentarme a escuchar el transfer que me enviaste, llevo ya mucho tiempo en plan family man y me cojo las cosas con mucha calma, opino como Ned, esto es para escuchar en vinilo, lo quiero, y si todo va bien, lo conseguiré, y más teniendo en cuenta que el Pat Garrett es uno de mis discos preferidos de Dylan, parece menor y es mayor, supongo que como todos estos archives. Pues nada, aquí atento a la serie. Saludos Joserra, un abrazo.
ResponderEliminarEs lo mejor que pudo hacer en esa época: encerrarse en casa y ver crecer a sus hijos. Otros/as no llegaron ni a tenerlos de lo "a jierro" que iban. Supongo que el accidente y Sara tuvieron que ver, pero él es muy listo y sabía que tocaba frenar, descansar, VIVIR, para seguir contándonos historias. Además, así también demostraba que él no había nacido para cambiar el mundo ni chorradas de esas. El mundo siguió girando mientras él limpiaba caquitas.
ResponderEliminarQué alegría leerte, miarma. Sólo Bob podía sacarte del atolladero...
Es lo mejor que pudo hacer en esa época: encerrarse en casa y ver crecer a sus hijos. Otros/as no llegaron ni a tenerlos de lo "a jierro" que iban. Supongo que el accidente y Sara tuvieron que ver, pero él es muy listo y sabía que tocaba frenar, descansar, VIVIR, para seguir contándonos historias. Además, así también demostraba que él no había nacido para cambiar el mundo ni chorradas de esas. El mundo siguió girando mientras él limpiaba caquitas.
ResponderEliminarQué alegría leerte, miarma. Sólo Bob podía sacarte del atolladero...
Es una gozada leer este tipo de entradas, amigo. Seguiré la serie, porque promete y mucho. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo!
Yo estuve en la celebración del 60 Aniversario de nuestro amigo en Bilbao (gran fiesta, por cierto). Aún conservo la camiseta, ya un tanto descolorida. Pero el CD se me ha escacharrao, y es imposible reproducirlo. ¿Hay alguna posibilidad de recuperar la grabación?
ResponderEliminarTu nombre y mail...aunque una de las cosas de este serial va a ser esa , que cuando acabe y el que quiera pueda tener una copia mediante wetransfer de dicha grabación casera que tenemos.Por cierto, la fiesta fue una pasada...Un abrazo!
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