Early in the Morning |
Hay discos que adquieren una relevancia mayor según transcurren las sucesivas generaciones de músicos que se atreven a componer sus propias canciones. A mediados o finales de los noventa el triunvirato Ron Sexsmith (fan tan declarado que le dedicó su fabuloso disco homónimo), Rufus Wainwright y Josh Rouse tiraron por el camino nilssoniano de la composición: es decir, mezclar la tradición de la melodía pop beatleliana con los arreglos bellísimos de Van Dyke Parks/ Randy Newman de una manera en que todos entendamos el mensaje y lo disfrutemos, sin recovecos yonkis innecesarios.
Salvo Rufus que se ha alejado demasiado de la austeridad, ninguno es famoso, como le pasó a Harry, que a pesar de convivir con la realeza, a la vera de Lennon (Lost Weekend Period) y la estela de los Fab Four fue un artista de la élite melómana con algún pelotazo en listas pero casi un one hit wonder ( Without You)
Ahora que han sacado un cofre con su producción gloriosa al completo, me quiero fijar en esta POM que es Nilsson Schmilsson y sobre todo tras adquirirlo en formato vinilo, como fue lanzado, sin extras como en el cd reeditado hace unos años y que es perfectamente complementario por esas recompensas tan interesantes.
La colección de canciones que contiene y el tono general es de un clasicismo aplastante, como la cara B de Abbey Road o la A de Bridge Over Trouble Water, que las mira a la cara vamos.
En realidad Nilsson acercó un poco más al resto de los mortales la posibilidad de ser un Ray Davies o un Macca, con su inteligente asimilación del vodevil de los dos genios ingleses y luego está John Sebastian , el genio tapado lider de esa maravilla de combo del swinging New York llamado Lovin´ Spoonful aparte de Laura Nyro o el propio Brian Wilson. Todo lo bueno, señores.
Pero Harry el barbas tiene su propia personalidad definida por muchos aromas que te vengan desde su cocina y una carrera interesantísima. Es un producto de la buena música melódica de los sesenta.
Sin embargo, lo contenido dentro de esta portada mañanera y de resaca gana al resto en capacidad de remate y se publica en un año, el 1971 que puede ser la cosecha más extraordinaria de los singersongwriters y de tantas cosas más...
Beatles disueltos, Otis dejando a todos huérfanos y Dylan de family man: se abrió la veda y bien que lo aprovecharon todos, blancos y negros.
Empieza la joya con music hall de primera Gotta Get Up del que Tod Rundgrent subrayó en sus apuntes de aprendizaje, con aire a la Crescent City y acordeones dignas de The Band. ¿Qué bonito tuvo que ser vivir siendo joven y comprador de discos de rock y soul en 1971? Aunque para poder disfrutar de todo tenías que ser rico de verdad de todo el oro que salía a la venta o tirar de radio.
Driving Along es maravillosa con su efecto arranque de coche y parece un tema de los Box Tops y por eso los Big Star también tenían cosas de Nilsson, el sexto Beatle. Es ese tipo de tema que te levanta la moral y sus aaahhhhhh en falsete, tan inmensos: pop de diamante.
El intrigante y sencillo blues Early in The Morning es droga dura porque da gusto escucharle cantar y se integra en la cara A de manera impecable para dar paso a una de sus mejores canciones The Moonbeam Song y darte cuenta de su inmensa influencia en los arriba citados y en todo hijo de vecino , incluido, por ejemplo Eels. De esas preciosidades perfectas para ver las estrellas y quedarse abobado, creer en los cuentos. Es un tema efecto columpio, es decir, arriba y abajo sin sentir la gravedad más que el instante en que produce placer.
Después un rocanrolito vacilón y con toque Magical Mistery Tour con sección de metal : el soberbio Down, ideal para comprobar todos los registros vocales de este grande: como un Jeff Buckley de su tiempo, sí. La cara A es inmaculada
Y después llega la B comenzando con su ultra hit pastelero Without You, digo pastelero ya que cuando eramos pequeños les veiamos a nuestros hermanos mayores bailarlo en sus guateques, como un Jardin Prohibido en inglés ( mejor dicho, al contrario) pero que cuando te haces viejuno como pasa con Let it Be o Puente sobre Aguas Turbulentas les pones en su merecido sitio: la Historía.
La aparentemente sinsorga Coconut es un poco Graceland en el horizonte y es que a Nilsson seguro que le gustaba Taj Mahal y Ry Cooder, había en quien fijarse, aparte es un tema que bien pudiera haber estado en el disco blanco de los de Liverpool, experimental pero con sustancia y percusión.
Let the good times roll es el clásico de Nueva Orleans de Shirley & Lee que siempre queda bien y además, le da ese tono laid back que también le gustaba a Bobby Charles ( otro disco mágico en su sencillez)
Un riff más durete lo tiene Jump into the Fire lo cual se agradece y es que ser amigo de Lennon es lo que tenía, a John le encantaba el sonido cold turkey, solo de bateria de bandas compartidas incluido.
I´ll never leave you vuelve a la piano song de saloncito, ahora tan rufusiana y antes tan nilssoniana y puedes ver los papeles pintados raidos de la estancia, el banjo que te recuerda estás en los USA y unos arreglos espectaculares: un boletus en todo el setal variado que es el Schmilsson, para perderse en sus rincones vetustos y en sus cortinones de terciopelo como aquellas producciones de Jack Nietzche.
Este telón nos deja pensando que si ceñirse a los diez temas ha sido un sueño demasiado corto y si tenemos que saltar a la edición con los extras.
No lo hagamos, lo breve si bueno dos veces bueno y escucharle la versión en castellano de Without you es tan patético como escuchar a la Bottle hablar en inglés. Esto se publicó así de corto, así de bueno, así de disfrutable. Si no lo tienes a mano este Nilsson Schmilsson, hazte con él, es una POM en toda regla, magía pura e imperecedera, 35 minutos por siempre jóvenes
Merecidísimo homenaje a Nilsson escrito de maravilla. Te felicito. Espero que ese cofre del que hablas nos descubra otras joyas desconocidas en su discografía.
ResponderEliminarAlejandro.
Un privilegio tuvo que ser, vivir aquellos años y tener pasta, trabajar de lunes a viernes y el sábado,,, the eagle fly free tipo juerga aunque, conociéndome, habría dejado la juerga a un lado para pasar la mañana metido en las tiendas de discos. Lo escucharé, éste de Nilsson y el de Link Wray que comentaba Jesús y los viejos discos de Al Stewart que he repescado. Abrazo, Rodri!!
ResponderEliminarMe gusta, no. Lo siguiente.
ResponderEliminarMerecidísimo homenaje al gran Harry. No tengo el disco que comentas pero sí los "Son of Schmilsson" y "Son of Dracula", además del single "Everybody´s Talking" que, creo yo, tuvo incluso más éxito que el "Without You" al ser el tema principal de la famosa "Midnight´s Cowboy". En la revista inglesa Shindig! de este mes hay un fabuloso y extenso artículo sobre Nilsson primera época, precisamente hasta su subida al estrellato con motivo del hit que comento. No pararé hasta conseguir hacerme con toda su discografía.
ResponderEliminarExcelente entrada.
Saludos,
JdG
Se que llego muy tarde , pero no podia dejar pasar la oportunidad de decirte que Nilsson es muy , muy especial a la manera de la que solo unos pocos los son. Creador de un mundo propio alejadisimo de todo lo que hay alrededor en el momento en que lo hacen. Versos sueltos e independientes con las mínimas ataduras a unas influencias y modas. Randy Newman y Laura Nyro son otros dos , igual de especiales , igual de únicos . Decia el primero que había hecho los discos con Nilsson como si los Stones y el r&r no hubieran existido nunca , y es verdad , tienen una raiz completamente distinta , el brill-building , la comedia , el vodevil , tin pan alley, el cancionero americano clásico de los 40 y 50 , y al final el pop de los fab four . Nilsson deja una ristra de cinco obras , del Pandemonium a este que tu rescatas mayúsculas y que perdurarán siempre . Son como joyeros llenos de pequeñas obras de orfebreria que solas ya tienen todo el sentido y juntas lo multiplican. Ballet aereo . Liviano en las formas , formado por burbujas pop , a veces casi infantiles pero que subyugan , te vencen y te rindes a su encanto con una sonrisa y un uahhh . Que tipo tan listo . Greatness es el sustantivo . Y que forma de cantar . Hasta que Lennon , y el mismo , se la arruinó en el famoso lost weeekend (seria envidia?). Para mi el Aerial Ballet , este Nilsson Schmilsson y el Sings Newman , que es un disco de los dos genios al alimón , una voz y un piano con absoluto derroche de talento , son de los fijos . Tu Joserra ya lo sabes tambien. La land rules ¡¡¡. Un abrazo
ResponderEliminar