martes, 18 de septiembre de 2018

Caledonia Mission



COME INTO OUR DREAM


Mientras reunimos ideas para nuestro álbum, yo no dejaba de repetirle a John Simon que tendría que tener un sonido único, poseer un sabor propio. Puse para él alguno de los discos de mi colección, canciones de Chess Studios de Chicago, Sun Records de Memphis, Cosimo´s Studios de Nueva Orleans, Muscle Shoals de Alabama y Gold Star de Los Ángeles. Escuchábamos grabaciones de Otis Redding, Phil Spector, Howlin´ Wolf, Lee Dorsey, los Beach Boys, Gene Vincent, Little Willie John, Elvis y Sir Mack Rice.

Robbie Robertson en su maravillosa biografía Testimony.


Caledonia Mission es una canción que ilusionaba mucho a Rick desde el instante en que Robbie la presentó en la Big Pink e hizo todo lo posible, no solo por cantarla, sino porque que entrase en MFBP.

Recupera en su letra una experiencia durante aquellas giras con Ronnie Hawkins en tugurios de mala muerte pero que con mucho surrealismo -la influencia de Bob era cristalina en la letras de su "hombre lapa"- que la hace muy misteriosa. El utilizar esos nombres de pueblos de la profunda Norteamérica tan sugerentes como Caledonia-no sólo es el paraíso de su colega Van The Man sino un pueblón canadiense- le dota a las composiciones de ese tono bíblico que hechiza ( Nazareth , la cuna de las Martin Guitars, la dejan para la siguiente)

Parece que fue un arresto de la policía montada canadiense a los Hawks pero si tratas de entender algo con la letra delante...vas bien dado. Mucho código casi morse en el relato pero mucha imagen sugerente just like Tom Thom Blues. Al final, hablamos de un disco lleno de búhos que ululan por todos sus surcos.

La forma musical que tienen para contar la batallita es primorosa ya que la composición melódica es de quitarse el sombrero (un comienzo muy tradicional a la Harry Smith Anthology y luego a roquear de lo lindo)  y los arranques guitarreros son droga dura. Y qué decir del sonido de los parches de Levon...siempre dando fondo, corazón y vida.

Rick está soberbio, como en todas las que cantó en su vida y lo vulnerable que resulta cuando se va al falsete-gemido-tan soul-es el escalofrío permanente. Como un caballo salvaje, así cantaba Richard Clare Danko.  Aplicable también a su forma de tocar el bajo. Uno de los bajistas del Panteón. Y Richard detrás, suplicante como siempre, el delirio.

Y un final colgado estremecedor. Un clásico. Otro más. 

Luego Toussaint le encajaría unos arreglos de viento en la espectacular versión live del Rock Of Ages y se completaría el círculo.

Y sumidos en el más bonito de los sueños con solo cuatro canciones, continuaremos con The Weight.

Insisto, los Beatles escucharon muchísimo este disco. Por lo menos George. ¿Será por eso que amo tanto Abbey Road y Let it Be? Esa forma orgánica, mágica de tocar, que parece que no lleva esfuerzo detrás pero que fue grabada para la eternidad.


Rick Danko: Lead Vocal & Bass
Richard Manuel: Back Vocal
Robbie Robertson: Electric Guitar & Acoustic Guitar
Garth Hudson: Lowrey Organ
Levon Helm: Drums
John Simon: Piano



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Amo la música más que a todo.

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Todos los textos pertenecen a Joserra Rodrigo salvo citas y párrafos con su autor referenciado.