Si tengo que rebuscar dentro de mi alma uno de los cuatro pilares de mi locura por las canciones, su Refugee es uno y bien lo saben quienes me conocen desde la adolescencia.
Cuando todo el mundo pensaba en si ganaba el Athletic o no en San Mamés, en si la tabla de surf o las botas de monte estaban preparadas para la escapada a Sopelana o al Amboto, dos amigos del colegio de los Padres Jesuitas de Indauchu de Bilbao, en aquel viejo cassette introducimos una cinta y al golpe de los tambores iniciales de la primera canción cara A, el sol brillaba para nosotros en nuestra lluviosa ciudad.
No hay palabras para agradecer al rubio de Florida lo que hizo por esos dos chavales.
Hija de Like a Rolling Stone y Like a Hurricane, pronto se convirtió en parte del triunvirato sagrado de canciones pirámide, que con el tiempo nos explican cómo somos.
Pasión no es palabra cualquiera querido poeta de la Rickenbacker, descansa en paz.
Nuestros hijos ya conocen nuestra columna y esperamos que nunca la dejen resquebrajar.
Ir a Londres en julio a verte...sweet memories...no me lo pensé dos veces y me alegro infinito.
