viernes, 12 de octubre de 2012

TEMPEST-BOB DYLAN: CRÍTICA REFUNDIDA.


PLAIN TEMPEST- LA TEMPESTAD A SECAS-BOB DYLAN Y SU NUEVO TRATADO DE VIDA
"the more I take the more I give , the more I  die  the more I live"

"Cuando ya no esperabamos nada nos lo ha dado todo" 
Charo Montiel, blogmaster de 
eleanor rigby´s beautiful place

"Tempestad a secas" ni on the rocks ni con el artículo delante, ese que le haga exclusiva, final y shakesperiana.
Así,  de una manera tan concisa, His Bobness , esa deidad, ha querido zanjar cualquier tipo de interpretación cabalística ante sus nuevas señales de humo, un vicio al que siempre caemos rendidos el resto de los mortales.
Se han leído estos días los mismos tópicos, todos en cadena pero no se te ocurra pensar  por ello que éste sea su último disco, ni esperes que este hombre deje de sorprenderte. 
Aquí no valen las visitas guiadas, sirve que te avisen del calzado y la prenda adecuados para entrar en la cueva: que no resbale y que abrigue pero la aventura te la haces tu solito.
Es cierto que ya no puede encerrar en su voz el acorde dorado, es verdad que ladra pero siempre lo ha hecho, con más o menos tonos, con más  o menos escalas.Tom Waits también lo hace y el Pitchfork no le bajara del 9 aunque se pase cuatro pueblos en el auto-pilot.
Lo de Dylan es timing, no es exactamente cantar,en eso está más cercano a la rítmica fonética que a Caruso, lo suyo es la mágica incrustación graciosa de las palabras en el tiempo.
Y es Plain Tempest porque tiene su propia personalidad y fisonomía, como cada  hijo y como cada grano de arena, ni mejor ni peor, distinto pero entre todos forman una playa infinita.Así, con esa premisa te quitas de en medio las odiosas comparaciones con los discos que le preceden.
Tiene nombre de fenómeno natural porque es un accidente su mera existencia y una connotación violenta porque no deja títere con cabeza y a nadie va a dejar indiferente, la conciencia que no cesa, la canción popular y el shelter from the storm.
Aunque con excepciones, tienes a los que no les gusta del todo Bob Dylan pero les encanta meterse con él, estos lo tienen  fácil para burlarse, me gustan estos tipos, me hacen gracia pero no me vale para nada su opinión superficial; están a los que les gusta pero que , en el fondo,  no le viven, a ellos seguramente les aburre la segunda parte de Tempest y luego, están los abonados a la que llaman su época dorada, esos que citan Blood on the Tracks o Highway como si hablaran de la Biblia que lo es pero que no tienen ni idea de que existe The National o My Morning Jacket o Dylan Leblanc, muchos anclados en los dulces setentas;  estos últimos se abonaran a las comparativas que no llevan a ningún lado; después, están los que no son nada críticos y les gusta todo y no le discuten nada, tampoco me interesan.That´s No Direction Home.
Hay tantos Dylan como personas que se acercan a él  pero le disfrutas proporcionalmente a lo que le has amado, estudiado y vivido en el día a día, sin descanso, de lunes a domingo. Ya sabes, igual que el dicho de su amado John: el amor que recibes es proporcional al que haces...
Hay muchos Tempest ya que hace mucho tiempo que no incluía en un disco tantas ideas diferentes, tantos saltos de pertiga de corte a corte aunque se mantenga fiel a la arruga y al western swing, al blues de Chicago y a la Harry Smith, lo que más le gusta, lo que le va entallado, hecho a la medida de sus humeantes y gastadas cuerdas vocales y sus trajes dos tallas más grandes, por ejemplo, Mark Knopfler le cae bien y eso, amigos, tenemos que aceptarlo.
Tempest tiene dos partes bien diferenciadas: la primera,  muy dinámica y que salvo la duración excesiva para ese blues de serrucho tan suyo como es Narroy Way (una nueva Maggie´s Farm o un nuevo Someday Baby) todo fluye como arroyo en pleno deshielo. 
Y una segunda,  mucho más reflexiva, o mejor, demasiado sosegada pero violenta y ancestral, de textos, leyendas, recuerdos y homenajes, de recovecos y secretos del corazón que no piensa tanto en el formato disco sino en el arte de contar, su zona juglaresca,  tratar de alcanzar algo imposible: que con tan escasa voz, esa que deja el fumarse camiones de nicotina, consiga hipnotizarte como si fuera el sonido de la flauta de Hammelin. Objetivo conseguido, misión cumplida pero para eso tienes que agenciarte las letras y estudiar,  ser de los que te has fijado en Cross the Green Mountain ( su gran obra maestra no reconocida) o de los que te encanta escuchar Highlands tranquilo en la noche. Mucha paciencia, Tempest es un trago largo, sin hielos que lo rebajen, raspa en canal.Y la forma de entrar en él debe ser sin prisas, intermitente, dejándote llevar por el soplido del tren de esa pequeña esmeralda que es Duquesne Whistle, ala On a Night like This, toma un poco de alegría para empezar que ya tendrás a la tristeza y la desolación, acechando a la vuelta de la esquina.
Lo mejor que he escuchado decir de Tempest es eso de que tiene algo de todos sus discos, desde luego que si, de todos, los 34, every grain of sand.
Pero Tempest tiene su propio genio y mucho carácter. Y varias caracteristicas que requieren tiempo, lugar y contexto:
-la larga duración de muchas de sus canciones, no larga,interminable.
-el gusto por las one-two chord sequences, es decir, generar mantras espartanos repetitivos para que la voz comunique y a su manera brille en expresión bajo las mismas notas siempre al servicio del espíritu del mensaje, el cuento, la elegía o de lo que a él se le antoje.
-el salto de estilos y cierta rabía, un esputo blues y ese tono deslavazado del Goat Head´s Soup de Sus Satánicas Majestades o del Dancing School de Zevon.Old Bastard.
- su interés por la Old Time Music continua pero ahora el Abuelo quiere ser, a veces, un poco más revivalista setentas e incluso ochentas, lo cual para nuetra generación , la del Naranjito, emociona.Esa sucesión track 4-track 5, me tiene loco.
- el estado de gracia de una banda en comunión con el líder, a los que no les deja hacer muchos solos y eso se nota porque los aprovechan al máximo; la constatación de que Tony Garnier es su Jaco Pastorius y de que el violín le va tanto como a su amigo Leonard Cohen. Un hurra por Heron que en la canción Tempest está inmenso, otro por las guitarras saturadas y sucias stonianas de Stu y Charlie y el último por la increíble y fantástica batería de Receli, el disco donde mejor está de todos.
Tempest es un paisaje árido lo cual no implica que no sea fertil, es como si Bob estuviera atrapado por la discografía de Gillian Welch ( tangled up in Time The Revelator) y la de Lucinda Williams, el yin y el yang  y los blues tabernarios pero sin dejar sus guiños al soul y al gospel.Vamos, lo de siempre, cambiando siendo el mismo.
Tempest es ahora un trending topic pero llega para quedarse con nosotros, los que vivimos Dylan, los que le usamos hasta reventarlo, a los que nos sale a perra gorda y lo llevamos con remiendos. El resto, mejor se abstengan porque igual les lleva el viento flotando y lo que debemos hacer es situarnos justo en el ojo de la Tempestad, sentir su fuerza desde la calma, mantenernos firmes y desear que llegue otra porque eso será siempre una señal de suerte, milagro y celebración.
Tempest puede que no sea una obra maestra pero ni falta que le hace, además, en eso, el tiempo es el único juez y parte.



DUQUESNE WHISTLE


Me doy cuenta de que casi todos los discos de Dylan comienzan arrolladores, es marca de la casa. Arrollador alegre o arrollador cabreado o escéptico pero arrollador Tangled up in Blue, Love Sick, On a Night like This, If not For you, Tweedle Dee, Jokerman... hay muchos ejemplos. Poner algo en primera línea de la la secuencia significa querernos atrapar por el cuello, en eso es perro viejo y astuto: so people get ready, so just get on board.
Duquesne Whistle corresponde a esa categoría pero va un poco más allá, en realidad es un sálvese quien pueda, un carpe diem trotero, everybody must get stoned...
La letra es preciosa y dylan 100%, esa forma tan sencilla de las canciones de las sesiones con Leon Russell y Happy Traum incluidas en el Greatest Hits V.II ( qué gran recopilación)  y esa maestría en las palabras del día día, del saludo en la panadería: como ese Shakespeare de uso diario que Dylan es y por lo que merece el Nobe

You're the only thing alive that keeps me going
You're like a time-bomb in my heart
I can hear a sweet voice gently calling
Must be the mother of our lord.

La cuestión es que este versito no es nada si lo pones con una voz diferente y otro timing, es Dylan, es i n t r a n s f e r i b l e. Haced la prueba e imaginad a Bruce cantando esto, nahhhh, quizás Neil si, mucho más enraizado en la tradición del country & western pero con el resto , no funcionaría, bueno Leon Redbone aparte, personaje del que Bob tanto mama de un tiempo a esta parte.
Ese keeps me going vale su peso en oro: porque escucharle frasearlo ( gouuuginn)  te sube la moral y porque ves que La Bella Arruga es capaz de seguir buscando razones para seguir poniéndose los pantalones por las mañanas, eso si con franja plateada dorsal. Ayer Fuckin´ Perry me decía que este disco le suena a Bob con la persiana medio cerrada en calzoncillos en su habitación, como siempre el de Estella sabe lo que se dice y las pilla al vuelo.
Lo increíble de Duquesne Whistle son dos cosas: lo super pegadiza que es, lo cual puede llegar a hartar  pero no lo hace  por lo que mejor no abusar de ella y utilizarla para esa oportuna necesidad de aumento de  moral, tan frecuente en los tiempos que corren,  o para introducirnos en el resto de su fascinante tempestad.
A veces, me suena a esas canciones intro de la Orquesta Mondragón, pasen y vean, baile con nosotros en el circo de los horrores que es este mundo que se va al directamente al garete.All my sense of humanity is going down the drain.
Y la otra, lo crisol del soplido de este tren: la definición de la americana: suena jazzy, new orleans, bluesy, gospel, country, swing, folky, jug band music, appalachian, street corner, black and white, hasta medieval porque es popular y juglaresca.
En eso es prima hermana de Poor Boy o de Floater, es amiga de los gustos enciclopédicos de Jerry Garcia y Bob Weir, es una maravilla.
Y luego,  ojo al dato,  tiene un guiño espectacular a Memphis Blues Again, en ese corte de guitarra con siete acordes tras las penúltimas estrofas y vuelta a la figura central: ese detalle, concretamente,  me paró la respiración y la hace más completa y suya de lo que a priori parece. 
Después,  tenemos ese pequeño solo de guitarra final en fade tan magistral, Stu o Charlie, dos cracks, da igual quien de los dos lo toque.
Sorprende el potente sonido y la soltura de la toma vocal,  en Tempest, como dice Lu, His Bobness se deja el pellejo cantando, se lo deja y si a veces resulta excesivamente lija,  alterando los balances de los altavoces es todo al servicio de la canción. 
Canciones de trenes, hermosas canciones de trenes como esas que amaba su adorado Man In Black- el señor CASH, viendo el río fluir, observando los trenes llegar y marcharse, y a las personas, la gran metáfora de nuestras vidas e incluso de la de Bob Dylan.

The lights of my native land are glowing
I wonder if they'll know me next time round
I wonder if that old oak tree's still standing
That old oak tree, the one we used to climb

Algo tan Hickory Wind, tan sencillo y tan inmenso que lo podrías aplicar a tu pueblo o ciudad: la canción es todo un chute de adrenalina, como las que aparecen en los créditos de las películas buenas de Allen, un  Satchmo´s Blues, una Melting Pot, una porción de American Beauty de la buena.

You say I´m a gambler, you say I´m a pimp but I´m either neither one 

SOON AFTER MIDNIGHT



Como el When the deal goes down en el Modern Times, esta es otra perla nueva de su rosario de canciones en tono Elvis. Se siente a gusto imitando ese limbo del amor puro y hawaino clásico del Rey. 
Ya es hora de que se reivindique de una vez por todas su cover del Can´t help falling in love y de paso el infravalorado pero para gourmets surname album, Dylan, el plain Dylan.
Dentro de la Tempestad aquí está la calma.
Soon after Midnight, basada en el arpegio de la balada eterna, es un monumento al esmero por la dicción diáfana que contrasta con su habitual espasmo agudo de glotis y les da en toda la jeta a aquellos que dicen que ya debería retirarse con semejante piltrafa de voz.
Es la única del lote con la que no necesitas tener delante las letras para saber lo que está diciendo, por el tono y la extrema claridad de la grabación, la toma vocal excelente, al frente de los bafles sobre un fondo casi monoaural,  una excepción que confirma la regla de Tempest: si él quisiera podría cantar más claro pero no le da la gana.
Lo curioso también es su enlace con Just like a Woman, arpegios y elegias a la amada y al sonido Nashville.
Y me encanta cuando dice eso tan suyo de que sólo me siento bien contigo y nadie más, lo dice tan convencido...
Es de las pocas que tiene bridge y es , por cierto, realmente bueno y blonde on blondero, sobre todo ese arrastre del verso final en el que dice eso de que han caido muros más altos:

My heart is cheerful
It's never fearful
I've been down on the killing floors
I'm in no great hurry
I'm not afraid of your fury
I've faced stronger walls than yours

La posición segunda tras Duquesne Whistle es estupenda y hace pensar que el disco va a ser una fiesta, una especie de greatest hits anticipado aunque la procesión, va por dentro y se deja para el segundo acto.

Uno de mis momentos Tempest está en como pronuncia:

Charlotte is a harlot
Dressed in scarlet

(sarlot-isa-arlot
dreses-in-escarlot)

Charlotte o la puta escarlata y volvemos al Dylan de la eterna compasión, el de María la Magdalena, el que trae todo de vuelta a casa y no se deja nada, sigue siendo siempre igual de fascinante.

A nuestro querido Richard Hawley seguro le gusta a rabiar Soon after Midnight porque es de las que se bailan en ese salón imaginario llamado Coles Corner donde las chicas se ponen flores en el pelo y se espera un riguroso turno para salir a la pista, vestido como dios manda para la ocasión.

Wise men said only fools rush in, los sabios dijeron que es de tontos apresurarse y para la balada romántica, para las Love Songs nadie como His Bobness.

Aprendió el consejo: nada como cantar contra-nota, generando mediante el sonido de las palabras un bálsamo  para esos instantes justos tras la midnight hour, hasta que caes rendido por el sueño, momentos para saber quien roza tu pierna esa noche y dar gracias porque así sea todas las siguientes.
Soon after Midnight, enamora.¿Bailas?


NARROW WAY /EARLY ROMAN KINGS: LOS BLUES de TEMPEST.



A Bob siempre le ha encantado el palo, para que negarlo, es raro que no se haya marcado un blues en uno de sus discos y en muchos casos, más de dos. Es una forma de expresión que a él le sienta bien y en concreto, adora el sonido del sello CHESS, el blues de Chicago: se harta de repetir a la mínima oportunidad que es a lo que aspira en el estudio;  ese del sello legendario sin el que,  ahora, escucharíamos todavía polkas y canciones de monjas. 
Los Rolling Stones , señores, son  en realidad unos chavales fascinados por ese super-sonido, electrizante y a la vez minimalista, siempre joven. A Bob le fascina.
Pero a veces, se pasa de vueltas con ellos y los hace demasiado largos porque, hay que meter todo el textoe y Dylan  en letras no se edita y loado sea el Señor porque eso sería tirar versos de oro a la basura. Lo que pasa que a los que no tenemos la dicha de ser de Duluth-centro y no hemos tenido un tio que hable con esa voz para entenderle según escupe las sílabas ( muchos fans de habla inglesa no entenderán ni jota de Pay in Blood sin las letras) encontramos duro el minutaje de Narrow Way y eso que tiene un groove endemoniado, en la línea Tombstone Blues, de serrucho y denuncia, como Someday Baby o Maggie´s Farm pero, es verdad que como creación sonora no aporta demasiado.
Si fuera dos minutos más corta...
Pero Tempest es un trago largo y sin hielo y ya veremos qué pensamos dentro de un tiempo porque Lonesome Day Blues se convirtió en un presagio o anuncio del 11-S y Bruce remató la idea a posteriori  con Lonesome Day.

El otro blues de Tempest es ese Manish Boy revisitado. Early Roman Kings tiene una chulería digna de Willie De Ville porque habla de macarras de tres al cuarto que encandilan y sobre todo, David Hidalgo se sale con su acordeón sonando tan blues como la armónica de Little Walter. Es admirable escucharle y es por lo que Together through Life hay que defenderlo a muerte...porque es el disco de Hidalgo. Es cierto que este último  tiene canciones más de trámite, Jolene , la de Houston ( un tostón ) pero hay gemas: I feel a change is coming on es un clásico, para el canón, Forgetful Heart una p.o.m. mal grabada ( en directo es p.o.m.,  Bayona sweet  sweet memories) y This Dream of You , Behind Here lies Nothing y Life is Hard son sobresalientes, esta última pura arruga) El problema del Together es que tenía una semana mala , la de la grabación, se había fumado la producción de celtas sin boquilla de un año...ese es el problema. Pero David , en los Roman  Kings toca como el puñetero diablo de la frontera, como un espalda mojada de leyenda y sólo por eso...
Volviendo a los dos bluses de la Tempestad, insistir en dos cosas: que  quedan muy bien intercalados en el set, son necesarios de escuchar en vinilo 180 grm ( nada que ver oiga): ahí respiran los compases y tu salón parece la lonja de ensayo, una diferencia brutal,  que se aprecia, como en todo el disco) y que las letras son muy buenas.
La etapa de la arruga, curiosamente es la que mejora en vinilo 180 sobremanera porque en cd dan un  poco de dolor de cabeza si abusas, demasiado digital y saturado,  poco natural ya que además, están grabados en directo y eso necesita mucho aire de por medio, espacios que da la aguja.
Las letras de ambas son de nivel y es que el abuelo tiene tanto que decir que el que lo suelte a estas alturas de su vida, cuando en realidad no tiene necesidad,  es de agradecer.
Veremos con esa edad, si llegan, qué hacen aquellos que te rebaten, los hay, lo puedo demostrar, argumentando que mejor se podía retirar antes que cantar de esta manera.
En fin , they are peddlers and they are meddlers like the early roman kings.
Un disco de Dylan sin bluses es una campana sin badajo y uno cantando bien es Nashville Skyline.


LONG AND WASTED YEARS 


No necesité de una segunda vez, me dí cuenta desde el primer instante de que este tema entraba en la categoría de One of Us Must Know, Three Angels, Where did you leave Heaven o de Where are you tonight: el Dylan que más me gusta, el que necesita de almax para la acidez que provoca el desamor.
En eso es el ABSOLUTO maestro y creo que lo ha demostrado de sobra; lo más increíble es que tras Workin´ Man Blues 2 o Forgetful Heart consiga el triple salto mortal cayendo como Nadia Comanechi, de puntillas, con un diez pluscuamperfecto y en el tercer intento.
Empieza con sonido mono como si le hubiera venido la inspiración de las viejas emisoras de radio o del Exile de sus adorados Stones ( qué bonito homenaje) , como queriendo reivindicar como un pesado las bondades de los viejos tiempos, en eso siempre nos ha dado la matraca excepto cuando se dejó engañar por Arthur Baker en una comida que nunca se debió celebrar en Sunset Boulevard.
Pero aquí, el maestro deja en su sitio a Wilco en modernidad clásica o a Prophet en su clasicismo modernista.
Se basa en unas ramplonas notas ascendentes, descendentes que puede componer un niño de dos años en su piano del día de reyes: ti-ti-ti ti-ti -ti (ascedente), ti-ti-ti.-ti-ti ti ( descendente) ,absolutamente nada, nothing to lose pero generan más emoción que el último capítulo de Marco.
En este caso lo que suenan son guitarras, guitarras sucias, todavía enamoradas pero cabreadas ante tanta falta de correspondencia.La cadencia es honky-tonk, muy borracha pero la voz es despejada, lúcida, impresionante, acusadora, llena de resquemor...como en Hard Rain ( I love Hard Rain) 
It´s been such a long, long time
Since we loved each other and our hearts were true
One time, for one brief day, I was the man for you
Y con eso ya te desarma, siguiendo esa línea claustrofobia que marca la redundancia de las notas para describir el hastío del love gone wrong para concluir de manera antológica con un: so much for tears, so much for these long and was- ted ye- ars.Las comparaciones con Brownsville girl no me sirven, esto es más Blood on the Tracks, esto es de verdad, de verdad de la buena como Standing in the Doorway.I ain't seen my family in twenty- yearsThat ain't easy to understand They may be dead by nowI lost track of them after they lost their land.
Me gusta cuando es sincero, cuando no tiene dobles interpretaciones, cuando es obvio como en Sara:I wear dark glasses to cover my eye/there are secrets in them i cant disguise
¿Se puede describir mejor el final del amor?
Is there a place we can go?Is there anybody we can see?Maybe, it's the same for you as it is for me
He querido pensar en Long & Wasted Years como una despedida , como un final pero el final no lo marca nada ni nadie ni siquiera His Bobness...y me ha emocionado hasta sentir calor con esta frase:we cried because our souls were tornEl final, donde se desvela el título, la duración , no llega a 4 minutos, los acordes tin tan tin tin en fade, tanta mili que lleva hecha este hombre, tantas ganas de seguir en la brecha, el sublime concierto de Bayona que subyace en la canción, su carácter stoniano, la mala leche con la que denuncia que tomar el sol al testero te seca el cerebro, esa forma de decir friend of mine tan mimosín blues, todo hace que me rinda  tan indefenso como el hijo de un rico ante la evidencia: La puta obra maestra de Tempest, esa que me tiene en el limbo,  se llama Long & Wasted Years.Podría estar en los Basement, en Hard Rain, Empire Burlesque, Infidels o en Time Out of Mind, pero qué importa donde podría estar o a que se parezca, si es mejor o peor,  si es Dylan, puro Dylan y pertence a Tempest.Tin tan tin tin para arriba y para abajo.... sí, cierto, muy simple pero da gusto escucharle.


PAY IN BLOOD 


La  mala leche le sienta fenomenal a His Bobness, bueno siempre le sentó bien, de joven y de viejo, es una especialidad: para poner en su sitio a esa persona que le ha hecho perder el tiempo, para hacerte ver que mejor no sigas a los lideres ni a los Mister Jones de turno  o para convertirte al cristianismo. Todo vale.
Es como esos padres que con una mirada sería te lo dicen todo, reprueban tu actitud y te leen la cartilla, de inmediato agachas las orejas.¿Recordaís como te deja el cuerpo Foot to Pride?
Pay in Blood es un sermón personal, una interpretación vocal que deja al punk de los Pistols en doo wop  de parbulario y en letra,  un ataque de ira de Moisés: toma tablazo en los fraseos...pero ¿quién os creeís que soy? ¿un martir del r&roll? Anda ya...no voy a pagar todas las rondas.
Las formas son unos simples pero certeros acordes sucios made in exile, el brio de Warren Mr Bad Example Zevon, una bajada a menores en el estribillo descomunal y un aire de heavy soul de lo más entrañable: Property of Jesus me vino al instante y una cover de la Señorita Hynde necesito pero ya. 
Aunque Pay in Blood tiene la chulería y decadencia del Black & Blue de Sus Satánicas, aquí si que ladra como un pitbull, aceptemos el caos, la arruga es bella y se deja la dentadura en el vaso  y el cenicero en la mesilla.
Su you bastard es de traca: ahí se ve a las claras que este hombre hace y dice lo que a todos nos gustaría: lo que le da la gana sin esperar nada a cambio. Thank you Bob.
Canción pecho paloma y machoman escrita con arte pero yo creo que está dirigida a los mismos que Positively Fourth Street: que pagará con sangre pero no con la suya.
Esto  más que contra una tía contra los  nuevos pero siempre viejos señores de la guerra, no de vosotras aunque utilize ese lenguaje.
How I survived so many blows? Esto dicho por Dylan es un canto a la resistencia de su mala leche y a eso de que cuanto más muere más vive, qué belleza de frase. Como dice Tribulete cuando no exista vida en la tierra quedara Bob y Keith y muchas cosas de este Pay in Blood recuerdan a Like a Rolling Stone ( Like Keith Richards)  o Idiot Wind: la mala hostia sublimada y cincelada en mármol.
El trabajo de Sexton es para hacerle la ola, muy medido , discreto, a degüello y al servicio del groove pero dulcificando un poco ( la steel también) el tono severo de los versos y la voz. En eso es tan Zevon, escupir estopa de la ácida por todos los costados pero en el fondo es todo un buenazo, un corazón inteligente cabreado, uno que apunta y da en la diana.
Aquí es donde en cabreo gana a los puntos a su casi hermano, así lo considera,  Bruce, en su Wrecking Ball, me mondo.
El estar en medio de la tempestad, seguida de la obra maestra Long and Wasted Years , en esa fase ochentera del disco que jamás pensabamos que se fuera a reproducir, hacen que sea su puto álgido adrenalínico y que marca una diferencia con el resto de discos de la fase arruga. Es ante todo un single, es comercial y sueño con una versión de Betty Lavette, de una perra cornuda soul de las mias ( también Prince vale)  o que decida en su siguiente gira pillarse un corro de negras como manda The Lord, ahí si que yo pagaría en sangre asistir a semejante festín.
Pay in Blood es un gozada y más clara que el agua aunque necesite lizapaina, porque es stoniana y soul y eso para los que nos gusta ese mojo, eso es lo más.


SCARLET  TOWN

Tremenda Scarlet Town, siguiendo la línea de su última tanda de obras maestras: Not Dark Yet- Red River Shore- Mississipi- Things Have Changed-Cross the Green Mountain-Working Man Blues 2-Forgetful Heart...Scarlet Town es otra de esas obras MAGNAS.
Como suele decir Jesús, me da todavía demasiado respeto hablar de ella y aun no me lo ha dado todo y dudo que me lo de nunca porque crece y crece y adquiere diferentes significados, trae demasiados aromas y tiene un solo de guitarra memorable ( el único solo de guitarra eléctrica de Tempest y todo un guiño, de Stu? al Knopfler del Slow Train y al ambiente de ese genial primer disco del born again period donde el minesotarra se volvió a reinventar)
Al principio, como el tono no sorprende, es una hija del Blind Willie McTell casado con Forgetful Heart, puede parecer otra más pero tras las escuchas y una vez te empapa el sistema nervioso y emocional, es muy especial y puede que, a la larga, estemos ante la capilla sixtina de la Tempestad sino al tiempo.
El sentimiento de claustrofobia, esa letra muy del brown album de The Band, digna de rodarse por Buñuel * * Buñuel inspiró The Weight ,  esos nombres preciosos compuestos y con mote y con ese sonidazo en su pronunciación: Sweet William Holme y Mistress Mary hacen que las Seven Wonders of the World estén en esta mastepiece que demuestra como Bob sigue la carrera de Gilliam Welch y no sólo le copia el título de una de sus canciones sino el mood de su música que al fin y al cabo, ha supuesto una recuperación del espíritu de la salvaje América, esa que trabajaron los colonos en los inmensos horizontes.
Los ciclos del tiempo que se repiten, los hard times que llegan aunque se suplique para que no lo hagan.(escúchale como dice whisky, morphine and gin y piensa en  un dueto con la Welch en la ceremonia de los Grammy)
Como en Highlands en esta Ciudad Escarlata la pila del reloj parece haberse gastado entrando en el terreno de los sueños. Él sabe describir como nadie ese lugar rudo y ventoso, áspero y asfixiado de principios morales donde  la bondad y la maldad viven codo a codo y todas las formas de vida se glorifican, donde llorando no consigues nada. Puro John Wesley Harding.Y es ahí donde radica la esencia de Norteamérica y uno se acuerda del Americana de Neil Young y esos vídeos vintage tan significativos de niños fumando y lanzándose cuchillos los unos a los otros. Ambos artistas están curtidos en su infancia por los vientos del Norte y eso se nota a la legua, les fascina su pasado aunque vivan en la soleada california.
Un adjetivo que me cuesta traducir automáticamente y que es apropiado para describir este tema es spooky, espeluznante lo que pasa es que Tin Soldier lo es todavía más y Scarlet comparada parece un cuento de niños. Man in the Long Black Coat es también su hermana y te das cuenta de ese ADN,  de ese invento que fue Desire, un mundo en si mismo y una p.o.m. absoluta y lo bien que le sienta el mes de mayo y los violines a sus letanías.A Isis también recuerda algo, son esos versos...tan...Dylan.
El tema va reptando, lento, con las ancas de un banjo, sin florituras que despisten la atención, sin crossroads, directos a esa Scarlet Town where the chilli wind blows donde Donnie Herron toca para la puta yonki de pechos planos.Tremenda Scarlet Town, directa al American Music Heritage Museum.
Siete minutos pasados y es que Tempest es de textos, textos que cantan o canciones que hablan, como dice Red River.

TIN ANGEL


Tin Angel no es una canción, eso para empezar. Tin Angel es otra cosa, un cuadro, un lapso de locura irracional, un cuento infernal, un remolino de terror. Si no partes de esa premisa, no te parece para nada fascinante.Y lo es, es más, ni siquiera encaja con las canciones de su amada Harry Smith Anthology,  como leerás en las críticas diversas que tiran del tópico pues se parece más a este cuadro de Goya.Es algo aparte ya que hasta Tempest, la canción, a pesar de su loop repetido, es una canción comparada a ésta.
Propongo su escucha recreándose en esta obra maestra de la etapa negra del genio aragonés.
En Tempest,  Dylan primero quiere contar cosas y  muchas, después, dice eso de "música maestro" pero que sea austera, nada de lucimientos que enturbien los textos y el recitado. Poesía recitada.
Si Bob Dylan ha captado momentos que recuerdan a la ira del Dios tal y como nos la inculcaron, e.j. un Idiot Wind y un Gotta Serve Somebody  o ha confeccionado mucho sermón que impresiona, nunca había publicado una cosa tan llena de horror como ésta.
Quizás sólo Hattie Carol , ese relato que también es canción que te deja quemado por la rabia,  por lo injusto que es ese trato entre humanos ya que no dejamos de ser animales a los que la razón y la compasión tantas veces les abandona. 
Lo primero que escuchas en esa obra maestra de su tercer disco( Tom Waits dixit) es ese fuerte ruido del bastón del sanguinario señorito en la sien de Hattie: mudo, violento, cabrón y te quedas muerto, muerto de vergüenza, sediento de venganza, impotente ante la fuerza injusta de la Justicia.
La fascinación por el mundo antiguo de Dylan es de sobra conocida pero si nos empapamos de Tin Angel, vemos que las cosas no han cambiado tanto ( esas fotos del último aliento de Gadaffi o, sin irnos tan lejos, esas del anden del metro el otro día liándose a porrazos la policía con la peña de manera injustificada e ilegal)
La violencia is blowing in the wind, my friend y si quieres experimentarla en un sentido figurado ponte Tin Angel, está de actualidad ( esas brutalidades cometidas frente a las ex-parejas y sus frutos inocentes)
La base y el misterio es un riff de tres notas del bajo acústico del gran Tony Garnier que dibuja un claustrofóbico remolino que marea, que te meté en la corriente con efecto embudo.
En la versión vinilo me retumba toda mi casa de estructura de madera y parecen querer hablarme sus antiguos ocupantes. Ese riff suena a Tiempo Inmemorial (TOOM) pero también a Tiempo Presente, pon la tele y ya verás como encaja con las imágenes, echen lo que echen.
No hay variación sobre las tres notas, nada cambia, todo se centra en el relato y en el placer de escucharle frasear. Tiene detalles que me hielan la sangre: por ejemplo, ese homenaje descarado a Bob Marley cuando dice Get up Stand Up, donde se vuelven a escuchar los ancestros, la esclavitud y la sinrazón.
Luego esa libertad de contar, de intrigar , de que sigas hasta el final,  hasta que las cuchilladas y la sangre brota por todos los lados, pagando con sangre de otros pero no con la suya. Un crimen a tres bandas en toda regla como en el cuadro de Goya.
La historia de un destino cantado, algo que no funciona, los celos , el bloqueo, el poder, la imaginería de John Wesley Hardin again, la historia del hombre, sacando a los santos y a los demonios otra vez en procesión.
Say a little pray for us, Bob! y este final...esta frase final tan Bram Stoker...e s c a l o f r í o s. 

Funeral torches blazed away / through the towns and the villages all night and all day


Tin Angel no es una canción, repito, es una argumento más para darle el Nobel de las Letras y así a la tradición del cuenta cuentos, precisos, rimados, fascinantes y eternos que no necesita de libros impresos para demostrar que se puede crear arte sublime con el lenguaje de las personas de carne y hueso, esas que se quieren y se odian que se aman y se matan, como no quiere la cosa. Con eso y con una voz legendaria y profunda. Y al final, sólo al final retumba el bajo en la distancia y queda el silencio y la reflexión fundidas en negro.

Quiero dedicar esta pequeña entrada a la madre de Fuckin´Perry, Camino,  que en el facebook nos deleita con visiones de cuadros y arte en general, algo necesario y que conocí en Estella y se portó con nosotros como si nos conociera de siempre: Mother Road rocks!

TEMPEST


foto de Fernando Peón

Tempest (la canción), en lo músical es puro galway (creo), como un loop infinito, con una labor lírica acojonante. ¿Quien es capaz de hacer una canción de cuartetos todos con rima consonante y que además de encontrar las palabras justas consigue una historia con ritmo? El gran Chals.

Tempest es muy larga y dura lo que dura dura, como el chiste pero os puedo decir que lo que dice Chals es verdad. Es la pregunta esencial para no echarla por tierra y enfrentarse con esta canción con seriedad, por lo que poco puedo añadir.
Sólo que tiene un halo de esperanza descomunal pese a estar describiendo una tragedia y es un ejemplo de que se avanza fusilando la tradición, copiando sí señor pero dando a las cosas tu rollo y como los pintores tienen que hacer siempre su serie de Las Meninas, los folksingers el hundimiento del Titanic. Él no podía ser menos. 
Puro Galway, digna del Fisherman´s Blues y hermana del Closing Time de Leonard Cohen: es decir, brindemos por la vida, en una taberna, con el loop eterno de una giga de la Isla Verde que en realidad es el adn del folklore norteamericano, los colonos y todo ese rollo....el final también es vida, todo hay que disfrutarlo.
Al principio piensas lo que Chinaski, le sobran estrofas para ceñirse a algo digerible en medio de una colección de canciones ya de por si larguitas de verdad pero al final, te das cuenta que la tecnológia es perversa, el tiempo y la comodidad de que te lo den mascado nos ha privado del placer hipnótico de estar suspendidos 14 minutos en el limbo de la belleza.
Un cuarto de hora ¿no lo gastamos en estúpidas cosas a lo largo del día como pulsar me gusta a una soberana chorrada? Todo se aprovecha en Tempest, como con el cerdo, tiene tantas tajadas y más en el hundimiento que estamos presenciando de nuestra forma de organizarnos.
Tempest tiene una labor educadora, de abuelo perroflauta pero esto es hacer el amor despacio, disfrutando, Tempest dura dura.
Y esa gracia, esa gracia en su fraseo, tantas micro notas dentro de tan simples cuartetos, tantas clases de fonética al servicio de la expresión...y ese violin que es como el alma de todo el discurrir de la canción y que cuando se arranca en esas breves verónicas nos pone los pelos de punta.( Herron bendito seas)
No la dejen, insistan, reserven su tiempo , cojan el coche para ver el Otoño asomar en las cunetas , tumbense en la alfombra para que se hagan su propia superproducción en cinemascope, apliquenla a cualquier circunstancia que les circunde pero , por favor, no den al skip, no se puede dar al stop,  hundanse en esta dulce tempestad. 

P.D: Ya añadido más que lo que debía. Sobre la letra no puedo decir nada porque no soy critico literario pero para muestra dos botones de lo que es belleza infinita rimada: ( sólo por escucharle como dice lámparas de cristal- chandeliers - por cierto,  palabra mágica en la Violeta de los National)

Petals fell from flowers
Til all of them were gone
In the long and dreadful hours
The wizard's curse played on

o

The chandeliers were swaying
From the balustrades above
The orchestra was playing
Songs of faded love

Gracias Chals!Nobel para Dylan en 2013! No pararemos de insistir.


ROLL ON JOHN

No me tocó la china con este loco
El primer recuerdo que tuve al escuchar esta elegía a la suerte en la vida fue el crespón negro de la gabardina de Jose , el que lució durante días cuando llegaba al colegio de los Padres Jesuitas de Indauchu a partir de aquel  9 de diciembre de 1980 ( un día más tarde)
Después a nuestro Paco y nuestra amistad del puente de Triana. También  a la voz,  a través de éter, de Jeff Tweedy porque el cantante de Wilco siempre me ha parecido la mezcla entre los dos más grandes: Dylan y Lennon, los que tras Elvis lideraron la revolución.
En su simplicidad de acordes, esa tónica general de Tempest ( en eso se parece mucho a John Wesley Harding, tiempos espartanos) esta conversación entre mitos expuestos al foco y sus destinos, dice mucho de lo que ronda dentro del alma cansada del de Duluth.
En su desgarro y verdad lo que pone la carne de gallina y su estribillo es antológico pero más habiendo vivido lo que fue aquella desgracia de su asesinato y lo tristes y grises que eran las calles de Bilbao estudiando 3º de BUP en Diciembre.
Aceptar el caos, ya lo dijo bien claro y está es una primera y única toma, sin maquillajes, muy harsh ( la típica palabra inglesa que se lo que significa pero no sabría decirlo  porque es pura onomatopeya)
Una saeta, una saeta de cantes de ida y vuelta, de Duluth-Liverpool y viveversa, sitios rudos y fríos donde nacieron dos creadores que cambiaron todo, los que inventaron los colores, los que hicieron que vestir diferente fuera un placer y una distinción, los que iban contracorriente, tocando las pelotas a todo bicho viviente.
Muchos dicen que les hace llorar y no me extraña, unos de lo mala que es (dicen que la voz les irrita-harsh) otros de buena: no es fácil Roll on John,  nadie se la esperaba a estas alturas.
Pero es una canción más jazz, en cuanto a que es modal como el Kind of Blue, una especie de llanto, una cicatriz que no cierra, no es una canción fácil, es emoción y Dylan no se corta, no se deja nada en el tintero de la idea aunque está pase de los 7 minutos.Tempest es de textos y es de matices, no es para cantar encima, es para llorar encima.
La letra combina la realidad y el horror de morir disparado, el instante de dolor, de pérdida irreparable con unas comparaciones curiosas que hablan de ese viaje a los USA de John y de esa especie de esclavitud que da la fama y el genio. Ahí mantiene el misterio si las lees , si las escuchas las entiendes: es una saeta, un canto a la rendición ala Working Man Blues 2, pura arruga.
El hecho de de que no sé porqué extraña razón me suene a la claustofobia de los temas más sentidos del Plastic Ono Band, la cinta negra de Jose, todo lo que compartimos y lo bien que elegimos a nuestros héroes, me hacen escuchar Roll on John, como algo más personal...mimosín blues para alimentar esa jodida nostalgía , tan mala para avanzar pero tan bella para mantenerse firme ante la tempestad.Darse cuenta de la suerte, Jose perdió la posibilidad de que John le escribiera más canciones y yo no,  de que me las escriba Bob, por eso también son para él.
Shine your light , move it on, you burn so bright...roll on John
Los acordes finales ya sin la voz sangrante y aguardentosa, son apoteósicos y muy Time Out of Mind, mantras para el corazón. Como final de disco está situada perfecta porque es el lugar donde funciona.Y como pronuncia Quarrymen...Dios...compasión ...el cristo de la compasión.



5 comentarios:

  1. Refundido necesario. Imprimo y guardo junto a las lyrics. Este disco no es solo un desodorante 24h, este nunca te abandona. Y sí, plataforma Nobel de la literatura ya!, hasta ahora ningún poeta a enfundado sus versos en música, es el cielo del spoken word. Y tin Angel, grandiosa. me encanta. Lo mejor de Tempest es que me ha abierto aun mñas las puertas de Modern Times y Togheter through life. grande Dylan, grande Joserra.

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  2. Espléndido, Joserra.
    Este Tempest es muy muy grande, un océano donde sigue viviendo, nunca mejor dicho, Dylan. Cuánta experiencia, cuánta sabiduría, cuánta carga lírica. Un clásico ya, desde la adorable intro del Duquesne whistle hasta los últimos acordes de esa sentida elegía..., con sus ladridos, sus miles de detalles y sus mantras.
    Espléndido, Joserra.
    Abrazo gigante.

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  3. Copio, pego, imprimo y releo con el disco puesto,estos días otoñales de lluvia al otro lado de la ventana. Son pequeños placeres que, entre tanto sinsabor, nos depara la vida a veces.
    Saludos.
    PS Impresionante ese "Scarlet town" en directo.

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  4. Lo guardo como oro en paño al que volver y volver, como el fanzine de la Bobfest. Gracias Rodri, passion is no ordinary word!!

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  5. Joer, qué salvajada. Ya sabes (o intuyes) que me gusta leer las cosas y digerirlas. Y bufff, "...hay tantos Dylan como personas que se acercan a él...", pero así esta tempestad dylaniana es más comprensible. Creo que este texto debería figurar como prolegómeno obligatorio del disco. Ahora lo veo con más claridad, tiene una labor educadora, de abuelo perroflauta pero esto es hacer el amor despacio. Un abrazo.

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Amo la música más que a todo.

Amo la música más que a todo.
Todos los textos pertenecen a Joserra Rodrigo salvo citas y párrafos con su autor referenciado.