1950-2017 |
Miraste en la dirección contraria a la moda sónica imperante de la que únicamente importaste sus melenas, t-shirts ceñidas y bell botton pants. Junto al amigo Donald, como Keith y Mick hicieron antes en Londres con el blues de Chicago, os juntasteis a compartir gustos y discos y así a ver qué salía. Como los genios del Beco das Garrafas de Ipanema, esos que inventaron la bossa nova fusilando acordes de cool jazz y mezclándolos con samba canción, vosotros formasteis un privado club de fans de Ellington y la Blue Note y lo mezclasteis todo con el chic californiano y los compases del blues pero sin dejar de ser más neoyorquinos que el edificio Chrysler.
Os rechazaron todos los zarapastrosos por ser tan perfectos como a Joni por sofisticarse y pasarse al jazz con su L.A Express, por ser pasto del auge de la FM y los superventas. No se daban cuenta de vuestra arquitectura única, recia e imperial y de vuestro entrañable romanticismo pequeño burgués.
Un buen pedazo de obras maestras iban cayendo de manera sucesiva hasta el Hey Nineteen y se podían abrir las ventanas al verano y recibir el calor del sol con vuestros números uno.
Creaste, con Fagen, tu amigo, el Hotel Ritz del rock setentero y ahora me haces dudar, tras tu muerte, si debo ponerme, la primera vez que me monte en un taxi en Nueva York, el What´s Going On de Marvin Gaye o vuestro Here At The Western World. Al fin y al cabo sois west por todos los lados y sonáis a la Big Apple tanto como Sinatra..
Tu sacrificio no ha sido en balde Walter, as any major dude will tell you.
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