LA MISA DE DOCE: THE OLD MAGIC

Subíamos ayer a Frías por la Peña Angulo, escuchando la Vieja Magia de Lowe y comentamos que nunca un disco había estado tan bien titulado: escuchando sus canciones pasa como con otro retro-romántico como es Hawley, ves por la mirilla a tus padres bailar en el Casino  de Burgos, primeros cincuenta.

La Vieja Magia, esa que imaginamos y que nos resulta reconfortante, no tiene una explicación lógica pero es así, retro-pensamiento para mantenerse firme frente a la tormenta y la estupidez que emana del estado de la cosa, como dicen en Sevilla.

Pensamos en tiempos mejores que no lo fueron, sus grandes problemas tenían y una pedazo post-guerra encima pero bailaban canciones y había estrofa-estribillo-puente-break de saxo o piano y final y coros de ángeles.

Old fashioneros, pasticheros, viejunos del Mundo, hoy la misa es pre-conciliar, de cuando había un sello llamado Atlantic que marcaba las horas del reloj de Machín. Creo que mi universidad, master, postgrado o como quieran llamarlo en soul fueron estos vinilos dobles de Atlantic Rythm & Blues Story: puro zumo de Historia y Canción. El libro de rutas más hermoso.Ahora lo escucho, aquí en este helador pueblo de nombre acertado y me parecen obviedades al calor de la chimenea, pruebas superadas como cuando escucho Rubber Soul pero sin esas obviedades no habría NADA y ahora seguramente seguiría siendo coleccionista de sellos como lo fui con 10 años.

Todo al final cansa,  menos determinadas cosas: esos discos dobles, son 7,  comprados en todos los formatos posibles: la viga maestra, si ésta se raja tened por seguro que los muros se vienen abajo.

Y creo que Nick y Richard tienen sus casas hechas con el mismo cemento, ese que dura toda la eternidad y está fabricado a prueba de terremotos escala 9, ese material que tiene un sello: Atlantic Records.

The  Old Magic: preparando el concierto, de manera inconsciente, por los caminos principales de la música del Alma.

Everybody loves to cha-cha-cha!