JIMMY LEWIS: A SOUTHERN SOUL LOSER

Todo lo dice la portada

El sello Kent tendría que declararse Patrimonio de la Humanidad: gracias a su mimo y criterio los mortales descubrimos soul inmortal. Dejarse al año en sus ediciones una pastilla es una inversión sin plazo de amortización, de orgasmo inmediato, una obligación moral y un placer.
Es el caso de Jimmy Lewis, un tipo cachas, suficientemente macarra para ir en la onda de James Brown pero demasiado sentido como para no seguir la estela trazada por Joe Tex, es decir el country soul rapeado (preacher soul) contándonos cosas de la vida y las relaciones, cosas sencillas pero verdades como puños.
La verdad es que como Tex alternaba de maravilla el brio soul con la balada mojabragas, era muy completo pero un puñetero loser: Still wanna be black y Give the poor man a break: sus dos cds Kent en mi estanteria, hablan por si mismos en su título, cuando los rescato la misa negra está garantizada.
Mira que había prometido no meterme con los copycats pero es que no hay derecho a que Jimmy no se conozca y el Paperboy esté en todos los festivales, haciendo mover el culo con algo menos personal que un polo de Springfield. Me callo pero es que además tiene una pinta de hortera que no puede con ella y es achatado por los polos, ay pobre Eli eres mi pet hate.
Que Jimmy tocara el bajo en el Live at Harlem Square de Sam Cooke, esa monstruosidad sonora y rabiosa, quizás con el Apollo clásico de Mr Dinamyte Brown los dos lives definitivos y guias del soul de los sesenta, que cantara aunque sólo fuera en una de la dos millones de formaciones de los Drifters o que trabajara mano a mano con Brother Ray, lo dice todo brothers and sisters...es viernes y vuelve el soul a la Land.
Echar un vistazo a Jimmy, lo vale, black gold.

La primera un buen ejemplo de rapeo del bueno, no del cani y de como los vientos en el soul te pueden hacer llorar y los uhhhhhhhh de las negritas dejarte en bolas.La segunda con Brother Ray, estrofas compartidas, primero la deidad y luego el aprendiz.