martes, 6 de septiembre de 2011

CUADERNOS DE VERANO VI: BEING A SON

Una noche de terciopelo y glamour

Resulta que ayer fue el cumpleaños de Loudon Wainwright III, cumplió 65 castañas.
He dejado en la recamara el motivo principal de la escapada a Londres en julio, organizada el otoño pasado por una circunstancia: Jaime un tipo cojonudo que conocí en mi anterior curro, amante de la opera al que le había descubierto a Rufus Wainwright porque le podía gustar y así fue, me dijo: Joserra le dan al canadiense una residency en la Royal Opera House de Covent Garden y por primera vez va a actuar en ese santuario una artista que no sea de la lírica estricta o del ballet.
El caso es que al ver que una jornada estaba dedicada a su padre Loudon (una de mis asignaturas live pendiente)  y a tocar con él, no pude reprimir dar al click de compra y organizarme unas baratitas tarjetas de embarque.Low cost para High Velvet & Glamour y aparte el sueño Muswell Hill ( ya reseñado pero cómo siempre anónimo E es el que más se ha coscado de todo el amor que en ese vídeo hay enlatado...nos pueden quitar todo pero no la ensoñación british, eres un lujo y siempre te echo de menos Doctor)
Lo que nunca hubiera imaginado es que Amy hubiera dejado este Mundo estando yo allí, pura casualidad pero algo inolvidable, cierto que la matanza de Noruega la dejó como segunda noticia, día convulso pero la ciudad seguía con su frenético movimiento.
Al hilo Morgan.
El caso es que, después de reseñar conciertos no puedo dejar de hablar de una de las veladas musicales más inolvidables que creo disfrutare en mi existencia: primero por el sitio, nos sentimos como en una peli de Woody Allen, última época, allí entrando en la Opera House: noche de glamour y terciopelo como rezaba el cartel del Príncipe de Montreal: vaya que si lo fue.
Aunque la localidad fuera de anfiteatro, era primera fila y a pesar del vértigo se veía y escuchaba todo de una manera que todavía siento escalofríos, los reyes ingleses saben escuchar opera como manda el canon  y unos prismáticos ayudaron y nos dieron un toque más de Bilbao porque de verdad ...se nos caía la baba y nos sentíamos un poco Paco Martinez Soria y Lina Morgan.
Pero toda vez te concentras y pasas del ambiente posh para centrarte en la música, exclamas eso de "ricos cabrones pero cómo os lo montáis"
El estrafalario de Rufus quería que allí hubiera de todo (menos crystal meth, de eso se dejó hace tiempo) y te ofrecían comprar un helado (curioso) a millón en el intermedio aparte del libreto lujoso y demás parafernalia merchandising a todo trapo, incluido el estreno de su pretenciosa box-set, esa qué dices, se ha pasado cuatro pueblos pero que te sientes un hipócrita porque te gustaría tener la pasta y la poca vergüenza para comprarla como una perfecta Paris Hilton de la high culture.
Sí , lo sé, todo ese tufo quizás a Loudon le diera por ese sitio que todos sabemos con sus eternos chinos y camisa de cuadros pero bendito sea que cedió a los caprichos de su hijo porque aquello era una ocasión en una vida y así lo intuí y así lo acerté.
Muerta Kate, a la que vi en un Over the Rainbow y un Barcelona en Donosti con Rufus, inolvidables y ya me quité la cosa ( adoro a las McGarrigle y doy la caca nonstop con ellas, las Vainica canadienses), era una oportunidad de ver a la familia junta , empleándose de lo lindo en semejante escenario.
La cosa tenía dos partes y mucha generosidad por parte de un artista que pasa por egocéntrico pero que como dice él, no es más que un cantante folk frustrado....cómo se malinterpreta el humor, qué poca inteligencia hay con la percepción de Rufus, allá muchos de vosotros...prejuicios, se llama prejuicios ya que es uno de los compositores-cantantes-performers más interesantes y originales sino el más de la nueva generación. Cada vez canta mejor, cada vez es más completo, cada vez es más number one.
Para empezar, cedió una hora pasada a su padre y al repertorio de este y lo único que aparecía era la proyección de The House of Rufus para que nos quedara claro que aquello era un family affair, que podía estar en la Ópera de Her Majesty pero que era como si estuvieran en su cocina de Long Island un día de Navidad. Un lujo.
Después el descanso, en el hall con la peña tomando champan, nosotros un vino malísimo y carísimo y en la terraza con vistas al viejo mercado de Covent Garden parecía, en la luz naranja del ocaso del sol,  que por los tejados iba a aparecer volando Mary Poppins: ese Londres grabado en los cuentos de la niñez que nunca muere...
Segunda parte, planteamiento, sale Rufus con una banda más viejuna y sabía (como la de Nick Lowe) en la que estaba Brad Alberta, su cuñado, el marido de Martha  y se hace sus cuatro canciones obras maestras seguidas:The Tower of Learning, Going to a Town, Art Teacher y Dinner at Eight, toma ya, se atreve a acabar el mini set con la canción amarga, el vómito sobre el abandono, el dolor de que tu padre se pire de casa para siempre, el duelo (en ambos sentidos) y los reproches familiares que se hacen arte.
Qué momento más emocionante pero quedaba lo mejor...presenta a su padre y sus hermanas Martha y Lucy que ya antes habían cantado con su progenitor en el primer set y se lanzan con la mejor de sus composiciones y una de las mejores canciones de mi songbook y de lo que vamos de XXI: Poses pero cesión del estribillo a papá, tears in my eyes, I-N-D-E-S-C-R-I-P-T-I-B-L-E. Los cinco minutos musicales live 2011 y de la hora de una larga cartera llena de entradas. Creímos desmayarnos y resucitar.
Una familia como cualquier otra, como la de todo hijo de vecino pero con talento y una musicalidad y una voces tan bellas, diferentes, que se entienden, que arreglan sus diferencias en las notas.
Ya sólo por eso... el resto fue entrar en terrenos íntimos, en canciones viejas, en mundos de Stephen Foster e Irving Berling, en el piano de mamá. y el balance entre las voces generosas, amplias , sutiles de padre e hijo y los ángeles custodios de las hermanitas (como si Kate y Anna estuvieran presentes en su descendencia) hizo que mi deseo se cumpliera y que Mary Poppins nos llevara en escoba rumbo al hotelucho de Sheperds Bush across the streets of London.

My God lo que tres días y medio en esa ciudad pueden dar de si amas la música como a ti mismo, Amen.

Momentazo SUBLIME. Loudon tiene una voz de oro, Itzi lo sabe muy bien.




Kate, siempre Kate, Mary Poppins fue Kate. ¿No es algo único y maravilloso verles a los dos cantar, vacilar , lanzarse pullitas, quererse en definitiva? Padre no hay más que uno.

6 comentarios:

  1. y que nunca le he hincado yo el diente a esta familia...

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  2. Yo me lo habría hecho encima en ese concierto. Por Rufus y por el sitio. He sonreído con lo de glamour y terciopelo, porque Emilio siempre lo ridiculiza por el pantalón tirolés que llevaba en Release the stars. ¿Dará igual? Canciones, Joserra, canciones. Art teacher. Poses. Going to a town. Prejuicios y hasta homofobia, diría yo.

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  3. ¿Es que ZZTop no van ridículos en los conciertos? ¿es que un escenario no es para entretener?---anda ya que se metan la Mahou por el culo...jajaja.
    Pobre Emilio, no va por él; a él se lo consiento todo porque tiene mucha guasa.
    Es que, gustandote la gran canción americana mi niña, Rufus is the top now.

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  4. Me estoy acordando del post de Aitor sobre Elton John y Little Richard. Rufus no es el primer pianista gay que sufre el ninguneo de los integristas. Pero el tiempo lo pone todo en su sitio, al menos eso espero. ¿No te parece infinitamente más mariquita esto?

    http://www.youtube.com/watch?v=8SbUC-UaAxE

    A mí sí...

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  5. Eh!, que guasa tiene la Lu....jajajajaja.
    Mira Soulbro, todos nos hemos sentido alguna vez Paco Martinez Soria, Lina Morgan y Juanito Navarro al mismo tiempo....jajaja. Esto que cuentas es un LUJAZO con mayúsculas. Ya sabes lo que opino de la tierna florecilla (que no de papá y mamá) pero desde luego que me hubiese encantado estar ahí. Me fascinan los sitios como este.



    Un abrazo

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  6. Eh...no sabía yo que te ibas a tirar este momentazo, si no capaz de buscar un billete de esos e irme contigo! porque eso que te llevas en el corazón es mas valioso que la más cara de las joyas de la corona...y ya sabemos que somos los de aquí los que sabemos de vino...

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Amo la música más que a todo.

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Todos los textos pertenecen a Joserra Rodrigo salvo citas y párrafos con su autor referenciado.