Lo has hecho, Fionn, lo has conseguido |
Que mal tratamos a los que realmente queremos...siempre les dejamos los últimos. ¿Será que nos perdonan siempre o es que sobran las palabras porque los sentimientos se intuyen?
Es un tremendo error, de vez en cuando hay que sentarse y contestar ese email que te ha emocionado (Coco) o dejar un rato, cueste lo que cueste, para dar a los pedales de la bicicleta de manera conjunta que es la manera más sencilla de definir la amistad de la buena.
Yo a Fionn le conocí con el primer tema de su primer trabajo y me cautivó a galeras: Too Good Too Be Gone me parece que con First Day of My Life de Bright Eyes, es de lo poco que puede hacer a Bob o Leonard exclamar eso de : hosti tú el chaval es bueno!
Un tema con guitarra de palo impresionante, tres acordes o tres arpegios y la verdad, tan fácil pero tan difícil.
El caso es que disfruté muchísimo de su primer trabajo, el notable The End of History y le seguí con el más roquero The Shadow of an Empire que podría estar más en una onda Chuck Prophet made in Ireland y que si tenía pecado era su adoración a His Bobness, el tema del título es un Chimes of Freedom en toda regla. Pese a todo, Fionn seguía siendo notable y a tener en cuenta, independientemente de que para los criticos era un goodie, un mimado y siempre se le ponían las cuatro estrellas.
Pero hay que pasar a otro status, como sucedió con Josh Ritter, hemos tenido paciencia y con el tercero ha llegado el cambio: esto son palabras y canciones mayores con acordes menores.
Discos como O de Damien Rice o el Till the Sun Turns Black de Ray Lamontagne, destacan entre la gran maraña de chicos sensibles que , a veces , nos ahogan, salen como setas pero hay que saber hacer bien la criba. Fionn es uno de los más finos granos de oro, la pasa.
Con su aspecto dickensiano, una especie de Beck de la Isla Verde con guitarra remendada y curtida, es de la familia Cohen, de ese tipo de levedad del ser que no insoportable ( insoportable o triste será para algunos, los que no tienen mucho de alegre en sus corazones, me descojono yo con eso de la tristeza, no lo soporto como argumento, es un argumento triste y desfasado)
Jesús de Radio City, la tienda de discos maravillosa de Madrid, esa que quiero yo siempre abrir en Bilbao y que tendré que esperar a que la gente tenga algo más de pasta en el bolsillo, yo incluido y sea más cultivada y sepa que hay que respetar el formato original y en alguna medida apoyar al artista ( no hay cosa más gratificante a la larga, tus cds y tus vinilos son tus fotos pero de las que miras, no las que archivas...)
Pues digo entonces que Jesús me dijo que era el nuevo Bill Fay y acertó porque Jesús controla y sabe trasmitir pasión por la música que es justamente lo que tiene que hacer un valiente que se dedica a venderla en los tiempos que corren.
Pues digo entonces que Jesús me dijo que era el nuevo Bill Fay y acertó porque Jesús controla y sabe trasmitir pasión por la música que es justamente lo que tiene que hacer un valiente que se dedica a venderla en los tiempos que corren.
Es todo un piropo y es del todo cierto ya que el disco está plagado de arreglos de cuerda (mmmmmmm....) soberbios como hacía el autor de Be Not So fearful.
Más que a Nick Drake porque ahora se dice que todo lo que es poco íntimo se parece a Nick Drake cuando a Nick Drake es imposible que se parezca nadie.
Pero a lo que dice Jesús, añado que a un servidor le recuerda a la época mitológica de Roy Harper, ese Sow Mare Bitch Vixen que es , directamente, uno de los temas 2011, con el que el escalofrio lo tienes garantizado si te mueves por los parámetros de los mencionados en el articulo, no si te gusta el último de Greg Allman o de Wilco. Cherrypickin´.
Y todo en los 100 acres de Sicamore es un dia de niebla en Cantabria, en el interior, el valle de Carmona por ejemplo, donde la ventana esta ciega de vaho y la chimenea chisporrotea y te has escapado del Mundo a purgar penas pero no para hundirte en la miseria sino para tomar decisiones que es justo lo que a mi me hace falta. Esa es la razón por la que aunque no esté en Carmona (Cantabria) ni de momento esté la ventana empañada, Fionn Regan sea responsable o ponga banda sonora a mi futuro inmediato.
Escucho The Lake District y me dan esos putos Cypress Avenue Blues, esos que te agarran desde abajo y te emocionan pero que son tan placenteros, pura droga y evasión que hay que saber aprovechar para ir avanzando, poco a poco. Al tiempo, este trabajo puede ser como el Heartbreaker de Ryan Adams ( que Chals tan bien rememora) o los citados, es decir, un milestone que dicen los americanos, de eso que aquí asociamos con los secretos del corazón. Si tuviera que comprarme sólo media docena de discos este año lo tengo claro: el de los Decemberists, el de Bob Iver, el de los Jayhawks, el de Ry Cooder, el de Fakeband y éste. Bueno y el de los pasticheros y la botella vintage Dr: , el de Nick Lowe.
Quedaría así completo el ciclo de esta alma ambulante, desubicada pero que va encontrando su estrella del norte. Los voy a tener ahí , cerca, siempre.
P.D: ahora que lo pienso es un disco para el Otoño , para las jornadas de hongos y nueces en Frias que se acercan, por eso he esperado tanto pero siento que me he quitado un peso de encima porque esto os lo tenía que recomendar como fuera.
Voy a ponerme con Fionn en breve. Te doy la razón en que la tristeza por la tristeza no vale, tiene que ser un paso hacia The Promise Land, siempre The Promise Land. Bill fay, otra referecnia para seguir. También coincido con lo de Josh Ritter, uno de los grandes ade hoy, a tener en cuenta. Saludos rodri
ResponderEliminarla tristeza llega sin que te des cuenta, no se busca, y pasan los meses y los años y ni tan siquiera sabes que lo estás. Justo hasta que alguien amigo le pone freno. Y es con ese freno y todo y muchas veces no acaba de irse.
ResponderEliminarvoy a buscar a Regan y a Fay. Como siempre gracias Rodri. Abrazo!!
No lo conocia, para variar. Un gran músico.
ResponderEliminarSaludos, Joserra.