martes, 12 de abril de 2011

DINOS RETURN

Volvamos a la actualidad y a las nuevas ediciones sonoras después de este largo salto en el pozo clásico, ese pasado que es siempre presente, ni cerrando capítulo podemos eludir a las leyendas.
Dos dinosaurios vuelven con dos discos como soles: el del foulard y la chaqueta de terciopelo granate denostado por los helmistas (Judassss!) y el pequeñín cantor de NY ( al que le salen más pretendientes clones e hijos putativos que a Camarón): Robbie Robertson y Paul Simon, casi nada al aparato.


Empecemos por el guitarrista matemático, ese que todos le hacen responsable de la ruptura de The Band y de no darles créditos mientras los camellos se descojonan de risa al ver las caras en las esquelas de Rick y Richard. El grupo era un muerto viviente, se lo cargo el alcohol y las drogas y no tenía futuro por lo que Robbie movió la ficha correcta y se fue en el momento justo y , además, con el fin de fiesta oportuno y bien filmado (eso si el que más sale es él porque Richard parece no existir)
Su carrera en solitario tiene pocos admiradores porque su rollo no tiene nada que ver con el legado de La Banda, para empezar porque su registro vocal es limitado y espectral y sus gustos son caros.  
Su primer trabajo me encanta, como a John Phillips.
A mi todo todo aquel al le que da un poco por saco su propio pasado y se lo carga de vez en cuando, me gusta (lease Dylan), no se puede estar de continuo con el Dixie Down volumen 7, anda qué menudo coñazo hubiera sido, Dixie Down sólo hay uno.
Las alianzas de Robbie fueron inteligentes, desde Rickie Lee Jones a los Neville, de los Blue Nile a los Indios Americanos.Se adaptó a los tiempos y chapeau por el tío.
Es cierto que a sus escasos discos en solitario hay que lanzarse en determinados momentos porque tienen el sabor del sushi, la primera vez puedes vomitar porque no sabes como morder el alga pero luego vuelves y a la tercera hasta te atreves a pasarlo por el wasabi para que pique.Para la tortilla de patatas jugosa ya está Helm pero hay paladar para todo.
Su nuevo trabajo How to Become Clairvoyant está en esa línea actual de un Clapton o un Winwood, discos para la alta sociedad con yate en Saint Tropez y tías maduras de Gucci y a eso suena pero ¿a quién no le gusta un día sentirse dueño de un Bentley como el de Keith con mansión en la costa azul?
Me pasa con Robbie como con Antonio Vega, sus últimos discos eran como si fuera rico del lujo que exudaban sus producciones pero escuchar al maestro de las seis cuerdas (cómo tocaba, parecía Gilmour) me producía un placer extremo y quería reconocer algo nachapopero casi inexistente pero me daba igual, era otra cosa mariposa.
Este nuevo trbajo tiene un corte menos extremo, más clásico pero es Robbie total y me está gustando bastante aunque esas letras sobre su mítico grupete y sus razones para mandarlo todo a la mierda, no vienen a cuento, más si cabe de una forma tan tardía y naif. Levon lo va a tener a huevo para descojonarse o quizás se le ablande el corazón pero, sinceramente, no procede.
Eso me fastidia un poco pero la verdad es que está tocado todo muy profesional y tiene funk y groove...eso es suficiente, luego está el tema de la frialdad, ahí cada uno que valore pero está hecho con el corazón. Habrá como siempre los que le tachen de música de aeropuerto y los que le den una super categoría que tampoco tiene. En eso estoy de acuerdo con Mikel Muñoz, nada, absolutamente nada editado por sus componentes alcanza lo que aportaron juntos y nunca lo harán los tres vivos aunque sean agraciados en el sorteo del milagro de Lourdes.Seguimos escuchando y nos contamos.




Me refiero a que si hablamos de dinosaurios me deja más ojoplático lo conseguido por Paul Simon en su So Beautiful or So What.
Y cada vez tengo más claro eso que se dice que tras Dylan ha sido el artista más relevante para los songwriters de habla inglesa de aquí al fin del Mundo, todo suena a él y hay hasta grupos hype como Vampire Weekend que nacen de sus conquistas.
El bueno de Paco en un comentario lo clava ¿cómo se puede conservar esa melaza en la voz para decir cosas tan ácidas?¿ qué tipo de voz es esa que no le envejece?
Los críticos dicen que es una vuelta al Graceland y mienten, este disco lo que es es una vuelta a componer e interpretar canciones muy buenas y punto porque las líneas de guitarras serpentina que se trajo de Sudáfrica entonces ahora parecen más de los Talking Heads tocando la kora con Diabaté.
Mirad chicos, no llevo más que tres escuchas pero este disco es el mejor en lo que vamos de 2011 y al tiempo: vale que es Paul Simon pero salvo Neil Young (otro que conserva su voz) es el unico austrolupitecus que todavía tiene cosas que decir de manera impoluta.
De verdad, yo le he sido bastante fiel y el Rythm of the Saints con su rollo brasileiro y ese otro de rollo puertorriqueño me molan pero esto es todo un acontecimiento, Ramone de vuelta a la producción, esa sensación de andar con zapatillas o descalzo por casa, después el minutaje, disco corto, el de Robbie largo (mala espina) y variedad con una secuenciación perfecta aunque se dejan para el último cuarto de hora los temas más tranquilos.
En texturas ahora Harper, su hijo, parece el abuelo y el padre parece su dagal, vamos que The Afterlife ya les gustaría componer a Vampire cosa semejante.
Dazzling Blue es realmente orgásmica y más azul que el cielo del Cabo San Vicente, esos coros de Mali que surcan mi corazón como gospel africano de añoranza del sur.
La cuarta es kora power, le va como un guante. En serio esto es una joya. Paco vete hasta Sevilla si no está en Huelva pero pilla esto y luego me cuentas.
Love & Hard Times hace lo que sólo él o Randy Newman saben, emocionarme con arreglos Gershwin y vuelo por los paisajes en los que el cabronazo del Cava está ahora mismo (mirad su comentario), ese Central Park que es un poco de Simon, sublime.
La segunda cara quizás no tenga esos niveles de asombro pero está perfecta y es para valorar con más tiempo y un verano de disfrute. Amulet es una pieza de guitarra acústica excelente y cortísima, muy bien tío.
Questions for the Angels parece una oración de Bookends pero actual y Love & Blessings es más beduina con unas guitas de escándalo y se cierra con el numerito que le da título muy sincopado y afrikaner que te deja con ganas de dar al play de nuevo.
En serio, en palabras de Coco, una puta maravilla.Vuelta al pozo, al pozo de las esencias.

Estoy también con cosas del año pasado Deer Tick y hincando el diente al de Jesse Sykes ( unos favoritos, alucino mucho con su guitarrista, el de Whikeytown, top class), a la joya soul reeditada de Merry Clayton ( ánonimo e, un pasotón) y a un tal Kurt Vile que me parece una mezcla entre Alex Chilton y el Robin Hychtcok más pausado y que puede ser el disco que fue, en otro rollo , el de Dylan Leblanc, una mina. En resumen , no paro, puto r&roll.


Cortesía de Mikel Muñoz que me ha enviado el enlace, a classic Letterman:


Este Paul es un tesoro y la ha vuelto a liar:



2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho comohas desarrollado el post. Estoy contigo en que The Band se arrastraba sobre su tumba bastante antes de que Robbie decidiera largarse; y de igual modo coincido contigo en que al menos el músico se arriesga...que guste más o menos..eso es otra cosa. A mí, personalmente, Saint Troopez, el champan de a 500 euros la botella y la indolencia papanatas del "artísta" me la pela..Otra cosica es Paul Simon. Aciertas en todo el comentario de su disco y de su carrera. Altibajos y crisis creativas aparte, el tío es un portento con una cabeza que aún funciona y sabe hacia donde está el norte,o el sur, de la creatividad. Y lo demuestra.
    Grande Simon y grande el post.
    Un abrazo.

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  2. pues si, totalmente de acuerdo, la lastima es que para muchos este tipo no les parezca culpable de algo, simplemente no les parece nada, y tendrian que remediarlo

    saludos

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Amo la música más que a todo.

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Todos los textos pertenecen a Joserra Rodrigo salvo citas y párrafos con su autor referenciado.