BEAUTIFUL WRECK OF THE WORLD- WILLIE NILE

Año 2000, después de dos discos en Arista que son dos p.o.m. seguiditos y comentados, el tipo acabó harto de las discográficas como era típico de la época ( ¿remember Bruce or Tom?) y estuvo en barbecho, desaprovechado.

De que te den la palmadita no se come y aunque publicó un disco y un ep-disco ( 6 temas) en dieciocho años que serán reseñados, no se da el retorno hasta el cambio de número de siglo.Quizás fue la eterna reivindicación de los poetas de la Fender de los Ryan Adams de turno o sea lo que sea pero alabado sea el Señor...

Es un disco cinco jotas pero aquí el tiempo no ha pasado en el buen sentido porque una cosa es sonar a uno mismo pero canciones, siempre tiene que haber canciones buenas sino la cosa suena chunga y Willie no sabe componer una mala.

La portada ya te cuenta cosas: que él no ha engordado, que sigue en la calle y You gotta be a Buddha in a Place like This is a classic. Esos infernalmente dulces solos y esos recitados...que me río yo de los jodidos rappers.

Pólvora de Andy York a la lead guitar, su escudero el sábado, como un Neils Cline (Wilco) más ortodoxo pero lleno de energía como vuelve a demostrar en Black Magic and White Lies (aquí está como si AC/DC no fueran tan burreznos aunque es lo suyo claro, ser burreznos)

Bread Alone es calmada, nocturna y es ese estilo que ahora hace Lucinda en un Convince Me y que tan bien le va a la Reina de Lake Charles, otra vez, con la tercera te gana el pulso para con un medio tiempo trotero, la misma táctica de ganar los partidos, un Buddy Holly que te haga la carrera amable,sonrías y digas: joder pero qué bueno eres mi arma.

Sigue con History 101 más a piñón fijo para ofrecernos un presente muy especial: The Man Who Used to Be que podría estar en el Sound of Lies o el Rainy Day de los Jayhawks y eso es llamarle , guapa, guapa y guapa.

En la que da título, Beautiful Wreck of The World, las gaitas irlandesas le dan el toque catedral de San Patrick y Pogues que siempre nos pone tiernos y ya te digo que Mike Scott comparte mucho con Willie, es lo de la marmita tios, la puñetera marmita.

Brain Damage es rockabillesca, un tren de carga entrando en la Central Station y The Black Parade podría ser de Keith y sus Winos, balada yonki arrastrada no más.

Oatmeal Box es otra debilidad donde vuelven los vientos de Eire tan presentes en la ciudad del Hudson desde tiempo inmemorial, muy preciosa ella, muy del Fisherman´s Blues.

En Somewhere It´s raining vuelve al passion rock tan suyo porque para el final siempre reserva los escalofríos mortales, en este caso su homenaje a Jeff Buckley On the Road To Calvary, ojo al dato de la intro imitando el estilo de la guitarra del inquilino del Sin-É y tomá ya con una nueva Visions of Johanna, ni más ni menos, es a la canción a la que me recuerda.
Jeff sonríe en el Cielo.Cos you carry me across the mighty river...on the road to Calvary...que corte de respiración, que tema imprescindible para entender a los poetas de la fender, un hito.

Como digo yo, pienso en  la estúpida muerte del arcángel Jeff y me pongo de una mala hostia... porque era tan necesario, uno de los diez vocalistas-artistas mejores de la Historia y con un solo disco, olé, porque Drake está también pero con tres.  

Y telón con la cajita de música, la piano-llorera de Tiorunda Surprise pero por escucharle pronunciar Keith Richard ya merece la pena. Esto lo consiguen pocos conmigo, Eels , Randy Newman, colocarme indefenso como un niño.

En definitiva, un retorno glorioso y este disco está al nivel de los dos primeros, sobresaliente cum laude es una nota demasiado baja, se lo dan a cualquiera en las jodidas universidades, esto es otra cosa, esto es arte supremo de las sucias aceras.
Impaciente es la palabra que mejor me define de aquí a pasado mañana.

Roquea Willie, roquea, haz los gestos folclóricos de los que habla Madame que yo, me muero.