Hay discos meninas, clásicos y hay discos, que como tan bien apuntó Anónimo E, te hacen cratacrack y se incorporan a uno mismo, por lo general, coincidiendo con un acontecimiento vital.
Yo la vena hippie del r&roll la entendí vía Inglaterra, de la mano de este tipo cuya foto de portada es para mi tan mítica como la de Nick Drake en el Five Leaves Left, además tienen un aire (la foto, no ellos) y esa triste luz blanca y bella del Norte.
Además al autor de Pink Moon le descubrí en los noventa.
Hablamos del año 1979 y de tardes perdidas en la tienda de discos Beethoven (primero en la calle Manuel Allende, después en la calle Askao del Casco Viejo), hablamos de aprendizaje junto a José Ignacio e Izaskun , sus dueños, también de mis amigos Javi y Jóse. Allí, los tres como pipiolos, llegábamos unos de comprar Hard Rain de segunda mano en la tienda Woodstock y otro enseñándo para que viéramos lo raras que eran, las cassetes de Arabia Saudí de los Fab Four que el padre le traía de sus viajes.Nuestro único bagaje era el binomio Dylan/Beatles y de ahí al cielo.
Nos llamó la atención ese escaparate lleno de "Fives" de JJ Cale. Era una tienda como lo es hoy Radio City en Madrid, pequeña, pulcra y llena de delicatessen.Olía tan bien, tenía una estética tan nueva para ese Bilbao tan desvencijado.
Allí estaba tambien en los cajones esta portada y "su chef" me introdujo en su historia, a la que él había llegado como todo el mundo en este país vía Led Zeppelin y su Hats Off del 3 y las reseñas del Vibraciones.
José Ignacio como buen tendero, sabía que me iba a soplar seis pagas (400 pts. disco novedad importado) nada más que oyera el Don´t you grieve y es que hasta hoy, no he escuchado una imitación tan perfecta de Dylan y que sea tan buena.
Y para que no me arrepintiera también me pinchó de prueba (cuidaba tanto las copias que te ponía dos e ibas que chutabas) la segunda : I hate the white man que era un Masters of War o un Hattie Carrol descarado pero que para si lo querría Bob en su cancionero.
Con estás y tras acumularla pacientemente, solté la pasta y me fui con la bolsa y el disco dentro, apresurado, a mi pick-up...!me daba tanta intriga como seguiría aquel hermano gemelo de The Freewheelin!
El chasco fue con la tercera: Tom Tiddler´s Ground que no dejando de ser folkie, tenía el regusto a campiña inglesa. Ahora caigo en la cuenta de que esto y los Kinks están en la base de mi englishness aparte de la peli Oliver Twist: esa pasión desaforada por las teteras y las mermeladas de todo tipo de fresas.
I´m a Village Green Boy y que le voy a hacer si tanto monta, monta tanto los UK que los USA y no concibo la historia sin el porro fumado entre los Liverpudianos y el Minesotarra, momento big bang como pocos.
Me and My Woman era algo sofisticado, delicado, isabelino y con mucha alma y generaciones de Harper embutidas. Era algo tan personal que en aquel entonces sólo lo podía comparar a lo que hacía otro ídolo, Mikel Laboa que cambiaba de la balada hiriente al Gernika psicótico y lisérgico en un instante.
Little Lady, South Africa eran como continentes...cosas para asimilar poco a poco para un estudiante de BUP pero de una belleza radical y ya el tono de voz me apresó y la forma de tocar la guitarra me hipnotizó como a Mogwli.
Forbidden Fruit, I´ll see you again y Commune me las sé de memoria...las canto con las entrañas y los efectos de voz duplicada, la forma de grabar y los arreglos de cuerda de Bedford son cosas que no se han superado (Radiohead entra a saco siempre que puede en esas texturas made in Harper)
Llegó la menina y entré en estado de catársis, quizás sea la primera vez que experimente la tristeza real, una agonía bella que me ha hecho disfrutar desde el fado al Boatman´s Call de Nick Drake, por poner dos ejemplos dispares: Another day, bien saben los que me conocen es una OBSESIÓN de my songbook y está con un Suzanne o un Famous Blue Raincoat, ahí , altanera, orgullosa y radiante after all these years.
When an old cricketer leaves the crease es su OBRA MAGNA , más ancha que el Támesis, que el Canal de la Mancha o que el mar del Norte, parece un cuadro gigante de la National Gallery, escuela inglesa siglo XVI.
A veces, desechamos los discos recopilatorios pero debo decir que luego compré prácticamente todos sus discos, algunos vinilos , otros cds pero nunca, never, uno me impactó de manera semejante y mira que los tiene buenos. Me pasa parecido con el The Best de 1975 de Leonard Cohen que cayó a la buchaca en los meses siguientes.
Menudos bofetones , menudas formas de hacerse mayor, lo que ganó el Rodri con esas escuchas dejando aparcados los libros para el día de antes del examen.
Un consejo: adentrarse en el mundo de este GENIO...que no se extienda la pereza, me lo agradeceréis. Se admite jamón pata negra, hongos y todo tipo de setas comestibles, vino de Burdeos y quesos con denominación de origen de vuestras comarcas.
Roy is F*`^+g Great!
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