lunes, 26 de octubre de 2015

EN FAMILIA - VAINICA DOBLE (2000) / KATE & ANNA MCGARRIGLE (1975)



Estos dos tesoros son como el turrón en Navidad, te gusta ver que está ahí, en la bandeja de la casa de tu madre y aunque tu intención sea no probar bocado, al final siempre lo haces y te relames...
Mi cuento favorito tendrían que protagonizarlo cuatro brujitas: las hermanas canadienses Kate and Anna McGarrigle, Carmen Santonja y Gloria Van Aerssen. 
Y ya sólo me queda una viva, Anna. 

Gloría murió ayer, en su querida Cercedilla y por eso, estamos rotos y de luto riguroso.

Las cuatro se cayeron "al bote de mermelada" de pequeñas como Obelix al caldero pero en uno de mermelada casera, no de esa de la marca Hero superdulzona y que te hace a la mitad del tarro trozos imposibles de untar.

Estas dos parejas de ángeles nunca supieron de su existencia las unas de las otras y ahí está la magia del asunto y la causa de este tiro al plato a dos discos hermanos: sus propuestas y talento tienen muchísimos puntos en común. Hablamos de una telepatía transoceánica, de olor a galletas de mantequilla , buenas lecturas, mejores discos, películas de culto, artistas por los pasillos de casa, tolerancia máxima, libertad y todo del color de una colcha de patchwork. Eran hippies pero de verdad de la buena.

Hablamos del debut de las de Montreal y del último de las madrileñas, el del sello Elephant, el "En Familia",  póstumo tras la muerte de Carmen y que para este escribiente es una Obra Maestra del calibre de otras más cacareadas.

Estos dos tesoros son como el turrón en Navidad, te gusta ver que está ahí, en la bandeja de la casa de tu madre y aunque tu intención sea no probar bocado, al final siempre lo haces y te relames.

Propongo un experimento culinario-musical que nunca vais a olvidar: conseguir ambos discos y según suenan poneros "con las manos en la masa" como decía la celebre canción de las Vainica en la que participó Sabina.

Mientras cocinaís un bizcocho con nueces el domingo, poco a poco, y conforme el buen olor de la cocción de la mantequilla, el huevo y la harina inunde toda la casa, se producirá el efecto "como agua para chocolate" cayendo ipso-facto enamorados de manera incondicional de estas cuatro maravillosas señoras.

Un poquito de las de Montreal y otro de nuestras hippies modernas y castizas y os caeran del cielo toneladas de nostálgia de días antes de "reyes" frotando los zapatitos, de flotadores con cabeza de pato y bolsas de caramelos y pinturitas Alpino.

Las cuatro tuvieron claro su papel de madres, de madres protectoras pero pasadas de rosca, libertinas y libertarias, Jimmy Hendrix y Chopin, francés, inglés y castellano, utilizando el ganchillo para hacer vestiditos a las guitarras Fender, contando la tradición de la abuela con su toque irreverente. No se cortaron un pelo. Eran únicas, genuinas, eran dulces.

Y cuando me sumerjo en esos dos discos voy de la mano de Caperucita, de Blancanieves, del Oso Yogui y vuelvo a ser un niño. Y se me pone la piel, no de gallina, sino de borreguito y el corazón más blando que el fuamen.

Asocio el primer recuerdo de las Vainica con la movida madrileña, también entonces leí el nombre de Nick Drake en alguna entrevista de esos niños bien de Madrid que iban a Londres y compraban discos que aquí no existían. También a mis tías de Burgos, ambas solteras, ambas modistas, ambas entrañables, a sus caja de galletas de lunares azul añil de la Flor Burgalesa y al bloc de notas de la negrita del cacao colgado de la despensa. Hay días en los que quieres volver a su regazo, a esos años en los que estabas tan protegido en ese mundo que es , sin duda, vainiquero y mcgarriglero.

Carmen y Gloria estaban tan panchas en Cercedilla, a su bola, cocinando bizcochos.
Generando un fracaso que con el tiempo iba a ser un éxito, con su amateurismo militante y su negativa a la promoción cuando en realidad eran unas genios, si genios, he dicho bien, como Joni Mitchell.
Al igual que ellas , Kate y Anna, the same, en su querido Canada, tocaban el banjo y Kate estaba triste porque Loudon III le había dejado con una canción, un churumbel llamado Rufus y embarazada de una niña llamada Martha.

Me imagino a las cuatro poniendo los adornos de Navidad y sonando el piano y la familia a voces y me siento bien.

Me gustan todos sus discos y canciones que como el guadiana aparecen y desaparecen , sin embargo, si tengo que quedarme con uno de sus trabajos es con el último, En Familia por su equilibrio y porque contiene dos canciones por lo menos que me estremecen, que me hacen llorar. Lo mismo me sucede con el debut de las canandienses, paradoja.
También podría haber puesto Heliotropo, la verdad.

Y me gusta sumegirme en ellos en estos tiempos de desolación, de incertidumbre y de sentirse uno un poco inútil o desaprovechado como el gato de Polanski y con ellos hablar a solas con mis tías de Cercedilla y Montreal y que me enseñen, que me enseñen como buenas maestras que son.

Quiero con ellas volver a abrir la caja del Exin Castillos, comer galletas Maria con chocolate Dolca y que resuciten mis tías de Burgos, las de verdad, para que sigan viniendo del 21 de diciembre hasta pasados los Reyes Magos.

Imaginemos que Randy Newman tiene forma de pareja femenina, que el humor incisivo de una madre, la que tiene todo el conocimiento, se junta con unas armonías vocales que se entienden y que generan con su entramado un felpudo con el "Ongi Etorri".

Soñemos con aquello que nos dió el Ray Davies de los Kinks de las Soap Operas, pianos y melodías que te embargan los sentidos, besos hechos canciones, abrazos amables de tres minutos de los de Crosby, Still & Nash y estaremos en la longitud de onda de estos dos hermosos discos que han marcado y marcarán mi vida para siempre.

Porque en My Town estoy pillando el Ansa rumbo a ver la casa de mi abuela de Almirante Bonifaz y veo la Catedral de Burgos de refilón y sus agujas casi nevadas y esos muñequitos de los Gigantillos que me regalaron de Juguetería "Chapero" y ese olor al frío, quizás, también el morrete lo tenga pringado de un Chevalier y un sonoro lamparón en el jersey de rombos.

Y con Nana en Re me acordaré el día que mi ama me pareció negra en la oscuridad como Aretha pero era mi madre y no era el rey Baltasar y me puse a llorar porque los de Oriente no eran los padres; también de cuando me hace una manzanilla si tengo el estómago revuelto y lo que la quiero y lo mayor que está ya.

Si quiero ver el desastre que ha sido mi vida en cuanto a tomar la adecuada decisión para ganarme el jornal, escucho Jigsaw Puzzle of Life para ver que me pasa como al común de los mortales y su dulce acordeón me recuerda a la sonrisa de mi padre que, cuando venía del Tour porque era periodista de ciclismo, traía a su pequeño juguetes la mar de originales. Una vez me trajo un muñequito de cuerda que daba volteretas, mi padre con sus gafas de pasta como las que ahora llevo yo y que no se las ha podido ver a su hijo porque a mis doce años se marchó de este mundo. O también la desgarradora Go Leave para notar las ausencias, los agujeros del corazón, los amigos y seres queridos que se fueron.

O , por ejemplo,  el efecto que me produjo El paisaje cuando uno no era muy consciente de que era eso de ser padre: una angustia repentina que se convirtió en una especie de fortaleza para siempre. Protección, me decian mis Vainica, de eso te trataba, proteger esa sonrisa de por vida. Desayunamos, mi niño me pidió a Aretha, su muñeca negra, le estampó el bibe en la cabeza, nos reimos a carcajadas. Su madre se despertó y se me quemaron las tostadas, en la pradera azul, junto al mar.

Y si quiero describir el chisporroteo que producen los momentos de pasión desenfrenada, Chibiritas de Limón lo hace a la perfección. Son mis ojos chibiritas de limón. Y si tengo que decirte cual es la mejor canción en castellano de todos los tiempos, te diré que es Quiero Tu Nombre Olvidar que es puro Blood on The Tracks, Blue o Essence. Sudores me produce escucharla y más hoy sin Gloria.

Porque ya las canciones de Gloria y su voz, como pasa con las de Kate, no suenan igual, son tan amplias como el universo, aire de Sierra en el que respirar, y tan nítidas como las estrellas en verano y todos estos recuerdos.

Y entre medio y para no aburrir más, tenemos en un dos en uno, un tratado de las cosas que importan en estos cuatro días que son la existencia, incluso en un par de estrofas:

Reposar un rato
Respetar los ritos
Remendar los rotos
Reírse sin retintín

Recorrer las rutas
Retrepar los riscos
Remontar los rápidos
Relamer el regaliz

Sad and foolish that's how I feel
Don't you know how fortune favours few
Fortune's blind as blind as you my dear
What a pity, oh foolish you

Loving you was good love was kind
I didn't mind the payment's overdue
For the price of loving is none too dear
As long as I'm with foolish you

Esta no es una reseña al uso, el propio encuentro con estos dos discos es totalmente personal, esto es un homenaje a una de mis cuatro brujitas favoritas, esas que se cayeron en un tarro de mermelada y en mi corazón para siempre.

La familia no recibe, está rota pero agradece las muestras de agradecimiento y vuestros recuerdos para Gloria, dejadnos llorar con alegría.

Marcho que se me quema el bizcocho.



* Publicado hace tres días en Exile Magazine


6 comentarios:

  1. Solo entiendo el luto por el triste hecho de que no se abra con mas frecuencia ese joyero coqueto que guarda el cancionero de las Vainicas. Sorbos de magia para ensimismarse en ellos , lavar la gruesa costra de cinismo que vamos acumulando y desenredar algunos nudos de esta vida. Nunca podremos estar de luto por el fin de existencias tan aprovechadas de sensibilidad y cariño . Si alguna vez tuvo sentido el concepto de la música independiente se lo dieron estas mujeres . Antes del desengaño de Quiero Olvidar tu Nombre hubo un Sígueme (Taquicardia) decidido y esperanzado , y los dos son igual de verdad. Pronto empezará a soplar el inclemente Guadarrama ó el Cierzo y habrá que buscar esos rincones limpios y cálidos que son sus canciones . Amén Joserra , a contracorriente .

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    1. Remendar los rotos
      Reírse sin retintín
      Gracias por todo anónimo e . Sabía que te ibas a preparar para el cierzo que pasa por encima del Guadarrama.

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  2. No sé que decir Joserra , tus palabras me emocionan ; tengo un sentimiento que no lo siento contradictorio , por un lado me apena mucho y por otro lado no siento más que gratitud por todo lo que nos han dado , que es mucho y bueno , muy bueno ; sensación de privilegio de haberme beneficiado de todas sus canciones , cada siempre llenas de vida propia , pero de la vida de verdad , la que importa ; como la madre protectora que quiere enseñar al niño la vida con dulces metáforas en forma de nanas .
    Gracias por el regalo que son tus palabras , gracias Joserra
    Un fuerte Abrazo , my twin !!!

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    1. Te digo lo mismo hermano , Tudela es vainiquera ya ves, alli se necesitan mantas porque se conoce la fuerza del viento que es la vida. Un abrazo. Os quiero, amigos. Esta entrada era de la Land y aquí la he traido, estamos rotos y estamos de luto por Gloria , su voz ya no suena igual, suena mejor.

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  3. He paseado muchas veces (que son tan pocas...) por Cercedilla y he visto los colores de las estaciones cambiar como relámpagos. La sierra de Madrid te ofrece (como muchos otros sitios cercanos y a la vez tan alejados de la gran ciudad) oportunidades para tararear tus canciones favoritas y para encontrar en la soledad la compañía del alma. Vainica Doble eran de ese tipo de madres que (sin desmerecer a las nuestras) tantos quisimos. Aquellas cuya única memoria perdura en los paisajes celestes de las casas y en los jardines tan hermosamente abandonados.
    Muere un poco de lo mejor nuestro con la desaparición de las dos brujitas españolas. la tristeza siempre será bella.
    Abrazos,
    JdG

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  4. No sé que decir, ya leí este post varias veces, llevo desde el otro día escuchando y recordando detalles de mi niñez cuando las escuchaba de fondo en mis partidas de cromos de fútbol con mi primo mientras nos zampábamos bocadillos de atún, entonces no imaginaba su grandeza hasta muchos años después. Ahora me han emocionado mucho leer los comentarios de Anonimo E, Jesus y Javier. Abrazos y Vainica forever.

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Amo la música más que a todo.

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Todos los textos pertenecen a Joserra Rodrigo salvo citas y párrafos con su autor referenciado.