lunes, 15 de septiembre de 2014

RAY LAMONTAGNE - TILL THE SUN TURNS BLACK (2006)



Esta entrada esta escrita a primeros de agosto de este año , en Melides, en un cuaderno.


Estoy seguro de que algún día , a este disco,  le sucederá lo que les ocurrió a los tres diamantes de Nick Drake. Su tiempo les dejó pasar, no les entendió ni quiso detenerse en su bien camuflada belleza infinita.
Obras de arte atemporales, tan humanas como sobrehumanas, suspendidas ante el propio encantamiento de sus creadores, condenadas al cajón de los hilos y ay bienaventurado aquel que no haga limpieza y las conserve de por vida porque será inmensamente afortunado el que reciba tan inmenso legado.

Me he venido a Portugal, como casi siempre, a curar del mal de los nervios, como le llamaba mi abuela, ahora ansiedad, con ganas de remover mobiliario, cambiar de colores mis paredes y verlo todo desde una calma necesaria que solo me la da el clima y el ritmo de vida lusitano.

Reposando en la tranquila playa del Lago de Melides, con un cuaderno negro, solo ante el océano en esa extensa franja de arena que va desde Sines a Troia, un rato apartado del resto, a solas, en lucha por arrinconar fantasmas recurrentes, pensamientos inútiles en bucle, sensaciones de derrotas en batallas en las que ni siquera ha sido uno soldado, cuando el rumor de las olas es medicina y canción.

Pero en shuffle del viejo ipod blanco aparece Ray y su segundo disco y se complementa el insuperable sonido ambiental.,  fundiéndose con el propio ruido personal.

Es ese mismo álbum que estrenó su hondura un poco más abajo del litoral, hace ocho años, en el atardecer vicentino de su cabo mítico, en el justo momento en que el cielo se torna color berenjena y el viento azota un completo día playero regulando temperaturas interiores y exteriores y poniéndo a cada cual en su sitio.

Till The Sun Turns Black, estoy seguro, que nació de un viaje al interior de su propio compositor como el que ahora me planteo y puedo darle la ISO de sus plenos efectos curativos,  los mismos que en el otoño produce el Common One del cowboy de Belfast.

Un sonido muy profundo deja transparentarse unos rasgueos casi fadistas, cuerdas de nylon y las notas de un piano con eco te dicen que estás aquí en el presente y no en el pasado, Be Here Now y tampoco en un futuro incierto que ahoga. Este es mi lugar y aquí hay la suficiente luz para enfocar y hacer balance de tus pérdidas y ganancias anuales.

Espacios atlánticos, necesarios para redimensionar dramas, vida y miedos. Así se desarrolla la primera canción del bardo de apellido francés y , de esa manera , te pone en total situación.

No estamos ante una colección de canciones sueltas como en su anterior Trouble sino ante un estado de ánimo, el estado de la costa del Parque Natural de la Costa Vicentina y el Sudoeste Alentejano, donde se pone el sol y todo se torna al negro de manera lógica y natural.

Una maravilla , un regalo del cielo es la segunda, Empty: su trote, su tono sensual, su recitado inmenso te abraza. Well I will always feel this way...suena como esas caricias del Blonde On Blonde, incluso con rimas prestadas de él y unos arreglos de cuerda que producen sintomas de congoja emocional grave. 
Mirando como los demonios se van quemando en la hoguera, como entender de una vez por todas que su misión es terminar contigo y debes acabar con ellos. El vaciado, empty.

Barfly con su bajo ala Sweet Jane y sus guitarras cristalinas encierra una interpretación sexy como pocas. En ese sentido Ray Lamontagne emparenta con Marvin Gaye más que con cualquier otro cantante extraordinario , como es él. Ray es sexual,  explícito, suena a arrumaco, al placer previo a la explosión.
Y es entonces cuando unas notas de Stratocaster caracolean y hacen a los tambores disfrutar. Menuda preciosidad.

Venerando el Muscle Shoals Sound tenemos Three More Days, ese perfecto single de tiempos pretéritos, lleno de bravado, pianos Spooner y lineas de la Stax. Clarence Carter estaría bien orgulloso de haberla cantado. La voz es sobrenatural en este southern soul de songbook y academia.

You Can´t Bring Me Flowers es intriga hecha canción, en una onda muy blues como los Them o los Doors. Una flauta remata su toque moonshine whiskey on the rocks, muy Blue Note, groovy y cool.Tersión.

Cambio de tercio con Gone Away From Me que parece del primer disco de Leonard Cohen, una melodía ancestral sobre la que poder cantar. Una guitarra pequeña o ukelele salpica toda su gracia mientras una sección de viento del Ejercito de Salvación le da un poso marinero, marcial, de sol poniente.
Enrroquemonos en el amor verdadero, tratemos de que no se escape recuperándolo cada minuto, en cada gesto y cada pensamiento,porque life is long y yesterday´s gone.

Sopla viento ligero, de poniente, no hay nadie en trescientos metros a la redonda y llega un intrumental como los del Pink Moon que introduce Lesson Learned, una confesión en toda regla que sumada a lo que precede ya le da a todo el tesoro su  tono reflexivo, acústico, delicado, místico, único.

En Truly, Madly, Deeply se queda sin palabras, como si fuera un interludio a un fado menor dejando a tus pensamientos llenar los espacios con una sucesión de acordes vitales.Sol, horizonte y luz.

Pero el momennto cumbre del disco es, sin lugar a dudas, la canción que lo titula: Till The Sun Turns Black  donde en este sagrado oeste continental suena a himno porque el astro rey se pone frente a tus narices, sereno, ordenado, profundo, colocando las sombras en su lugar y diciéndolas que mañana volverá a rescatarlas.Los estremecedores arreglos de cuerda van y vienen como las fuertes espumarolas de las olas, blancas y brillantes.

La condición de cantante puro Casanova se hace perla en la balada isabelina y barroca Can I Stay, una suerte de mezcla de Lady Jane y Just Like a Woman. Su interpretación produce desmayos unisex y se siente en la piel y en la nuca, como ese soplido del ser amado, su poder de seducción es descomunal. Oirle cantar es oirle suplicar y quererle como pasa con Otis.

Within You cierra el viaje como si fuera un Hey Jude espontáneo, un mantra con el que completar este ejercicio de respiración sonoro, de vaciado de depósito de aguas residuales y llenado del fresco manantial.

Seguro que algun día, a este Till The Sun Turns Black se le considerará como lo que es, una absoluta obra maestra, otra relativa al inarticulado discurso del corazón y como es el proceso que llevan las cosas, con su principio y su final, como los días en Melides. Esta proeza generosa nos viene a contar , otra vez pero a su manera, que la respuesta ante tantas preguntas la tienes dentro de tí, dentro de tu propio escenario, simplemente mirando como se pone el sol, aquí y ahora.



No dejes que tu mente 
se canse y se confunda, 
tu voluntad está tranquila; 
ni siquiera lo intentes. 

No dejes que tu corazón 
se vuelva pesado 
dentro de ti hay una fuerza 
escondida.

No dejes que tu alma 
se quede sola,
es cuestión de tiempo,
ya pasará. 

No busques el amor 
en rostros, ni lugares, 
está en ti, 
ahí es donde encontrarás 
la bondad. 

Ahora estás aquí, aquí y ahora... 
Ahora estás aquí, aquí y ahora... 

No pierdas la fe en mi, 
y yo trataré de no perder la fe en ti. 

No deposites la confianza 
en muros, 
porque los muros solo te aplastarán 
cuando caigan. 

Ahora estás aquí, aquí y ahora... 
Ahora estás aquí, aquí y ahora...

Con subtítulos en portugués, por supuesto!

7 comentarios:

  1. Es un muy buen disco. A mí de Lamontagne siempre me sedujo. Esa mezcla entre Van Morrison, tu querida The Band y Tim Buckley es irresistible. Un songwriter de raza, sin duda.

    Un abrazo, caballero.

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  2. "Touché" Joserra. Lo tenía escondido en un cajón desde que me lo ordenó el médico, castigado por adicción, por mal de melancolía, de bajada a los infiernos. Tu comentario ha sido como encontrar oculta, entre las páginas de un libro antiguo, una foto de aquella novia que uno sabe interiormente que es la única. Si he de definirlo con una única palabra es algo tan portugués como "saudade". De eso está lleno este disco, que es a la vez droga y medicamento. Un abrazo

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  3. Estoy contigo en todo, yo tambien sufro etapas "malas" pero hay que tirar adelante.
    Ray un genio, lastima ultimo disco...

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  4. Mal de los nervios, mal universal, mal de los tiempos que corren .... Satisfied Mind fue mi playa portuguesa en otros tiempos. Solo hay que buscar una.

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  5. Creo que la realidad es que todos los admiradores de Ray estamos tirando de pasado por que no nos gusta el presente. Estuve a punto de dedicarle un post en Redondo, pero quiero dejar pasar el tiempo por que en este momento me invade la rabia de ver a RAy, invadido por el espiritu de "modernidad" made in Black Keys. Mas adelante quizas...

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  6. No he inmersionado aun en su universo, pero oyendo estas dos canciones, si es cierto que la comparación con Nick Drake no es gratuita, tiene cierta brisa, su sonido, a Nick. Me gusta mucho.

    A mi luna la veo poco,, pero cada vez que lo hago, esa brisa atlántica, me sopla en el corazón. A brissa do cora¢ao, compuesta por un ya maduro Leone y cantada por mi fadista contemporánea favorita, Dulce Pontes. Pero es imposible, ni con ella ni con ninguna.

    Buenas noches Rodri!

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  7. Eso si, sea delirio, sea realidad, o sea muleta para que envista y cambie mi vida, es una de las cosas más bonitas que alguien ha hecho por mi. La vida!

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Amo la música más que a todo.

Amo la música más que a todo.
Todos los textos pertenecen a Joserra Rodrigo salvo citas y párrafos con su autor referenciado.