lunes, 9 de junio de 2014

ANOTHER SIDE OF BOB DYLAN- LA SERENATA DE NYC CUMPLE 50.



Gypsy gal,  the sounds of Harlem, no puedo aguantar tu calor.

Se cumplen 50 años de la grabación de un disco realmente especial de His Bobness, aquel donde optó por la bohemia romántica, donde mostró su fuerza vulnerable, reivindicando que era un desafinado que también tenía corazón y que ya le pesaba el mastil de la bandera que le habian adjudicado.

En una sesión realmente mágica, un 9 de junio, Bob Dylan con una voz en estado de gracia, pegajosa como un beso en una noche de verano, descargada de intenciones como un gesto transformado en tick nervioso y acompañada con una guitarra de Romeo enamorado y una armónica de asalto y pólvora, sin darse cuenta, parió algo tan hermoso como inexplicable.

Como un paseo en coche de caballos por una metrópolis hirviendo, observando a las parejas reir, encajando en los oidos la métrica las palabras del amor verdadadero, las advertencias de los padres lanzadas por un chaval  de 23 años, todo calzado en esos zapatos de piel del número correcto que no hacen rozaduras y observando siempre el misterio del horizonte dorado entre las sombras de los gigantes de cemento y cristal, así resulta escuchar de nuevo y para siempre, esta colección de cartas personales inolvidables. Escritas en Grecia, muchas con Suze en la cabeza, un Blood on The Tracks más dulce y universal, diez años antes.

Uno, ya estaba dento de la tripa de su madre, a un par de meses de nacer,  en el año en que las viñas de La Rioja dieron su cosecha más extraordinaria (también lo debió ser la de las dos botellas de vino Beaujolais que se bebió en la sesión), todavía reinaba la inocencia en las ediciones discográficas y las galletas de coco se guardaban en latas con tapa de Cola-Cao, la vida se vivía en un hermoso blanco y negro tirando al sepia, eso me cuentan, las historias se servian directas desde la cocina pero sabiéndo lo que uno decía, las campanas sonaban en la ciudad y la juventud tenía el mayor de los talentos, era todo poético pero no intenso, había tiendas de juguetes normales, los coches se calentaban y había que pararlos y abrir el capó, se ponía todo el alma en el asador, sonaban canciones en guitarras españolas y el sol brillaba de una manera especial.

Todavía, Another Side Of Bob Dylan, aunque cincuentón puede transformar nuestras vidas a cualquier edad.

Felicidades! I got to know, babe, will you surround me y así realmente saber si soy de verdad.



8 comentarios:

  1. Quizás sea mi favorito de la etapa pre-Bringing.

    Me encanta su tono semi-improvisado (lo grabó en una sola sesión), su apasionada musicalidad, su tono rompedor (porque lo tiene, ya lo creo que lo tiene).

    Una joya infravalorada.

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  2. Quizá mi favorito 'dylaniano' pre-highway61... por romántico, claro.

    Abrazos.

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  3. No hay duda que es el mejor de la e´poca folkie acustica sin embargo nunca me ha emocionado mucho esa etapa

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  4. Efectivamente, medio siglo de uno de mis discos preferidos de Dylan, también del The Times They Are A-Changin pero yo prefiero mucho más esta otra cara de Dylan, uno de los primeros que me agencié suyos en vinilo, ha llovido tanto que me asusta pensarlo. Abrazo.

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  5. Qué bonito texto reivindicando una pasado mitificado, pero mucho más auténtico que esta era de wassaperío. ¿Te digo lo que opino del disco o ya lo sabes?

    Un abrazo, Joserra.

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  6. Hermoso e inexplicable, ahí le duele. Es fascinante esa especie de ambigüedad, la imposibilidad de clasificar sus canciones, ya que todavía hay ecos de lo inmediatamente anterior (“To Ramona” con respecto a “Boots of Spanish Leather”, o “Chimes of Freedom” a “When the Ship Comes in”, por ejemplo), pero en todas ellas se intuye claramente algo rompedor llamado “Bring It All Back Home” que estaba a la vuelta de la esquina: ahí es nada el puente entre ambos discos que tendió en la cara B del segundo de ellos. Es como si hubiera hecho un disco folk queriendo hacerlo ya de rock and roll, podría ser folk pero no suena como antes, y algunas canciones (como la joya cuyos versos abren y cierran el post) son ya una especie de rock and roll acústico que sin embargo, aunque luego otros harían muy buenas versiones con guitarras, bajo y batería (pienso en los Byrds), nunca sonarían tan desgarradas, tan sensuales, tan “eléctricas” como la original.
    Un abrazo.

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  7. Increíbles palabras, haces poesía, Mentor. La música tiene muchas formas de llegarnos, dos importantes son el descubrirla por uno mismo sin querer y otra que te la dejen amar y te la muestren, si lo que presentas es canela en rama, tú haces que todavía parezca más extraordinario. Le pones textura, le pones olor y hasta sabor....gracias por regalarnos el amor por la música.

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  8. Es realmente grande, pero qué no lo es en este extraterrestre. Creo que tampoco es cuestión de si el más grande o no, es un paso más es ese maravilloso camino de su obra.

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Amo la música más que a todo.

Amo la música más que a todo.
Todos los textos pertenecen a Joserra Rodrigo salvo citas y párrafos con su autor referenciado.