BOBBY WHITLOCK - WHERE THERE´S A WILL THERE´S A WAY-THE ABC DUNHILL RECORDINGS.

THE UNSUNG HERO OF THE ELECTRIC CHURCH

Haber nacido en Memphis marca tanto como haberlo hecho en Bilbao. Bobby Whitlock es de esos personajes legendarios en la sombra del mejor rock con raices de la transición sesentas-setentas. 

Si preguntas quién compuso el disco Layla en Pasapalabra, te van a contestar Eric Clapton o , quizás, si es un enteradillo "Manolenta" pero nunca este nombre tan complicado y desconocido para el vulgar populacho.

Él , como Leon Rusell, hizo de transmisor de la tradición a los pálidos ingleses que querían hacer algo más que los 12 compases del blues de la Chess, él filtró la nitty gritty de la cultura musical sureña para impregnar todo Londres de sonidos de campos de algodón y vaqueros campanolos.

Bobby tuvo una existencia bien jodidilla de pequeño e incluso trabajó recogiendo algodón por lo que podriamos decir que es el alma real del sonido de los Dominoes de Derek.También sufrió de abusos y eso se nota es su sentida voz, es una maravilla, mucho dolor.

Pero es que hasta los Black Crowes le deben todo a éste buen hombre o esos nuevos chavales llamados The Wild Feathers que son puro Whitlock revisitado y que me encantan , por cierto.

Que se hayan decidido por fin a editar sus dos legendarios discos de 1972 es como para hacer una fiesta gitana y como no podía ser de otra manera es la peña de Light In The Attic la responsable, bueno no exactamente, quizás un subsello; FDR es quien lo ha hecho y , además, como Elvis manda.

El romanticismo, calidad, soulería y autenticidad que desprenden las canciones que componen sendas gemas ahora reeditadas en este lujoso cd y hasta hace bien poco perdidas en cajones de discos de tres al cuarto ahora caros por ebay, no lo puedo condensar más que en una palabra: obligatorio.

Exuda todo el románticismo gualtrapa de la época , ese que tan cojonudamente esculpieron en mármol los Stones en la Riviera Francesa y por supuesto, esta edición es para colocar junto al mítico disco doble mencionado del que Bobby fue en parte autor con Eric, el Layla.
Conclusión: Bobby Whitlock es directamente responsable de la masterpiece atribuida por la historia injustamente sólo a Eric Clapton, pesonaje que por si mismo,  no sabe hacer la O con un canuto pero que oledor de la calidad a distancia oceánica ( él que les echó los tejos hasta a The Band, menudo jeta) se juntaba con lo mejor de lo mejor y con la unión su fuerza era descomunal.

Darle a la melting pot, eso es lo que hacía el Bobby de Memphis, es decir todo mezclado , un blue eyed soul country del todo, delicioso, arreglado, con coros, sublime, carbón ardiendo. Estamos ante la reedición del año si o si, una especie de Dan Penn más roquero que no tuvo miedo a volar y se instaló en Londres y revolucionó de manera silenciosa todo el cotarro.

Si eres de los que te gusta más Winter que Angie de los Stones, estás en el camino acertado. Si crees en los callejones traseros de la música hecha con pasión desmesurada, eres devoto del gospel mundano y algo hippiota, no lo pienses más y hazte con este perfecto artefacto con un libreto que aporta más sabiduría que todas las revistas y blogs que puedas leer en una vida porque hay encerrada en esta genial edición, una labor de amor.

Ambrosia setentera de primer orden, retrato de un tiempo en que tocaras con uno de Traffic o con otro de los Mad Dogs de  Joe Cocker, todo sonaba 100% algodón del sur de la música que siempre es lo que da calor a las canciones. No olvidemos a Delaney & Bonnie, por supuesto, colegas de Stax, sello en el que todos estudiaron como si fuera su Instituto ( contribuyó como palmero en el I Thank You de Sam & Dave) y que estarían todos juntos y revueltos porque dios les cría y...

Back in My Life Again con sus arreglos de viento es realmente épica pero de ahí pasar a la preciosa reflexión de The Scenery Has Slowly Changed, te da una imagen perfecta de la grandeza como compositor y arreglista del protagonista. Ni te cuento la Tedeschi Trucks Band lo que puede adorar estos dos discos, la última canción mencionada está revisitada en la sublime Midnight in Harlem del matrimonio rubio de moda entre todos los suckers de la década de Nixon.

Hay también cosas muy country rock, ortodoxas del todo, baladas hermosas como The Dreams of a Hobo ( de cortar la respiración hermanos/as), temas en una onda muy Jimmy Webb, de chanssioneur total con dulces violines( la L.A symphony orchestra)  como Back Home in England ( su A Man Needs a Maid) ; el clásico Tell The Truth a toda pastilla y mucho putoamismo rockandrollero en su Raw Velvet de 1973, un Think About It , divino, de subirse por las paredes que comienza como balada sentida que se transforma en otra cosa para volver a la slow song, como Stevie Winwood sólo sabía hacer.
Estamos ante algo muy de la época , sean  Humble Pie o Traffic, mandanga de la buena la mejor,  pero encima de serie b, secreta y más pecadora.

No hay absolutamente nada de compromiso o sobrante, todo tienen carne y acaba con un Start All Over , otra vez con la sinfónica, donde te das cuenta todo lo que aprendieron los muchachos de las frases de guitarra de Curtis Mayfield, la guitarra está para cantar una canción por encima de otra, no para hacer ruido...

De quitarse el Stetson landers, hemos recuperado un enlace necesario, un eslabón pérdido en todo aquel rock que amamos compuesto de muchos sedimentos, aquel que contiene la palabra soul dentro,  de una manera u otra siempre acabamos en lo mismo: donde hay deseo, hay camino hacia el mismo.

The Bobby Whitlock Story ya lo ha encontrado y ya era hora.Ahora para hacer un poco de justicia, a pintar en las paredes: Whitlock is God.

WebRep

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