Nunca Bob Dylan ha sido tan buen contador de historias como en la época del Desire. Jacques Levy, seguramente, tuvo todo que ver. El dramaturgo se encargó de buena parte de los textos pero desde luego que la rima de la que los dotó, le iba como el foulard de la foto, a esa voz tremendamente salmódica y biblica que se le puso en el gaznate tras su estancia en la Camarga francesa.La transformación de su voz through the years es algo que siempre me ha fascinado.
Tengo una propia teoría sobre el momento crucial que marca la década de los setenta de nuestro héroe, por lo menos hasta su conversión evangélica, y no fue otro que su experiencia en Méjico rodando la película de Sam Peckinpah y componiendo la banda sonora de Pat Garret & Billy The Kid. Adquiere allí in situ, viendo a un maestro, una forma de ver los personajes más cinematográfica y aprende el aire de la frontera de ese que habló en Just Like Tom Thom Blues, él es Bob Esponja, todo lo succiona y lo pasa por su turmix. Los arreglos acústicos, los silencios entre sílabas le dan una nueva resonancia mística y religiosa a su fraseo, muy de frontera, muy en tecnicolor y para que se vea en pantalla apaisada inmensa. Lo cierto es que ya en John Wesley Harding y en las Tapes estaba toda esa carga de asceta, bíblica, de la weird old america pero es en la grabación de Desire es donde adquiere nuevos matices y cierta riqueza, aunque sobria de todas maneras.En aquel caos de probar músicos de ambos lado del Atlántico, le costó pero dió con la formula precisa para musicar su yoga tras la dura, larga y penosa separación de su musa y compañera Sara.
Todo se debe a un batería como nunca antes había tenido, el bueno de Howie Wyeth, para mi el que mejor que se adapta a His Bobness en toda su larga discografía, el bajista Bob Stoner, quizás el más soulful con Danko que ha tocado bajo su batuta (I love Hard Rain) y el violín callejero de la Scarlett de aire más bulgaro que americano. Esa combinación de almas errantes que se juntan en su avenida, le hace al intérprete volver a las raices de sus antepasados judios rusos del Caúcaso y encontrarse más con su propio origen, digamos , más mundano y menos americano de postal.
El resultado final y la selección que quedó para el disco publicado, todos la conocemos por lo que propongo jugar con un inmenso bootleg que tengo en vinilo que se titula The Desire Outtakes cuya producción pirata es española , ahí donde lo veís, y que directo está en la balda junto al Desire como lo está con el de Blood On the Tracks su corresponciente ( la NY version del album de la sangre en los surcos)
Tenemos tres tipos de narraciones o novelas en la época Desire: las cortas, las largas y las muy largas. Todas ellas se justifican en si mismas para el que conozca el inglés o se tome la molestia de leer una buena traducción de las letras.Se trata de contar una historia y si es larga, atiendes y esperas hasta el final.
Las kilométricas serían Hurricane, un thriller social, Joey, cine negro emocional, Black Diamond Bay, una de aventuras y Isis, un misterio insondable sobre la atracción y el amor.Todas pasan de los siete minutos o casi (caso Isis) y están plagadas de versos hermosos, juglarescos, con timing y rima eterna.Puedes recrearte en el conjunto de ellas o en todas sus partes, sobre todo en el timing de su voz y en las resonancias de sinagoga milenaria.En cada verso, evoca muchos paisajes, situaciones incluso sentimientos inconfundibles.Romance In Durango, largometraje de forajidos, una clara secuela sensacional del big bang de Méjico. Románticismo callejero de los de la cabra y la trompeta.
Para muestra el espectacular comienzo de Black Diamond Bay que te atrapa de interés por el cuento.
Up on the white veranda
She wears a necktie and a Panama hat
Her passport shows a face
From another time and place
She looks nothin’ like that
Las medias o largas serían aquellas dedicadas al amor/desamor pero que también narran vivencias de una manera poco convencional en el estilo de Dylan, el caso de Sara, puro neorrealismo italiano ( de una belleza tan infinita que supuso un año más de ir tirando con el matrimonio) y las maravillosas Oh Sister o One More Cup Of Coffee que parecen directamente grabadas en la fiesta nocturna de los gitanos playeros con todas las estrellas del firmamento brillando como diamantes en la noche calurosa.La verdad es que el sonido de estas grabaciones es de seminarista en pleno enamoramiento de la religión que decide profesar, vuelve a situar todo en ese punto en que dominas el pasado, manejas el presente y sabes a futuro, time out of mind, tiempo inmemorial.
Las cortas, un poco ninguneadas y a reivindicar, serían Mozambique, Rita May, Golden Loom, Catfish y luego está , la menina entre meninas, Abandoned Love, una de sus canciones para su Expo futura en el Museo del Prado ( de alguna manera se tendrían que exhibir como los cuadros, algo hay que pensar, hablaremos con Mikel Zugaza)
Mozambique es brisa africana, la sientes.
Rita May, es una gitanada de las buenas con un puente de oro:
All my friends have told me
If I hang around with you that I'll go blind
But when you hold me
I know there must be somethin' on your mind
Golden Loom bellísima letra y con Emmylou como una diosa en la segunda voz de los últimos versos:
Smoky autumn night, stars up in the sky
I see the sailin’ boats across the bay go by
Eucalyptus trees hang above the street
And then I turn my head, for you’re approachin’ me
Moonlight on the water, fisherman’s daughter, floatin’ in to my room
With a golden loom.
Qué forma de describir un encuentro nocturno, la sonoridad de algo tan sencillo como across the bay go bay ( pron. acros the bego bay), lo divertido que resulta moonlighton the water, fisherman´s daughter, floatin´into my room. El concepto de la música de Mike Scott y los Waterboys nace de cosas como ésta.
Abandoned Love merece capítulo aparte y es la representante de la transión del dolor de Blood on The Tracks al karma de Desire, la vuelta a la purificación del resquemor.
La canción tiene además su mítica propia leyenda, inmortalizada en una grabadora y es su toma del garito The Other End, donde la estrenó sin ningún pudor y con mucho sufrimiento, con una letra tan sincera que arrancaba a girones las capas coronarias.
My patron saint is fighting with a ghost
He's always off somewhere when I need him most.
The Spanish moon is rising on the hill
But my heart is telling me, I love you still.
¿Hay forma mejor en describir las ascuas humeantes del final de un gran amor? Obra maestra y fuera del disco.
Catfish es la ninguneada, una joya de blues claustrofóbico similar a las del Shakey de On the Beach donde Sugar Blue toca la armónica que impresiona.Parte de lo que vendría en Time Out Of Mind está ya ahí.
Tenemos también entre los outtakes otras tomas o tomas primerizas de la canción de Rubin "Hurricane" Carter (que se grabaron en diferente tempos, incluso en riguroso directo) y sobre todo un Joey que me tiene loco (tan diferente y hermoso que me ha llevado a agenciarme el bootleg y ponerme a escribir este pequeño rollo)
Quedaría como cover en la grabación el People Get Ready , clásico supremo de los Impressions de Curtis Mayfield, más como un calentamiento para la inspiración partiendo del siempre fuego gospel eterno. La versión es magnifica y gypsy, por supuesto.Tiene narices que Bob Dylan decidiera ser un hippie en plena era punk, siempre contracorriente.
Con todo ese material era realmente complicado secuenciar el disco en condiciones: no daba para un doble de los de antes , ni para uno simple más representativo de todo lo grabado con calidad, por la inexcusable duración de alguno de los temas punteros.
Lo bonito es ahora jugar sin prejuzgar el producto final que para el que suscribe es una obra de arte y un disco básico de su trayectoria y de la mía como persona, porque fue mi primer contacto con el artista que me ha educado y también , porque Desire es único, en sonoridad y en consecuencia: la Rolling Thunder Revue nació de ese espíritu de campamento de verano del dolor y la purga, un circo irrepetible. Lo único que se le asemeja , a otra escala, es lo que hizo Ronnie Lane con los Slim Chance que también me tiene colgado como una mona. Son ciclos, I love Hard Rain.
No soy muy objetivo porque por dichas razones es mi época favorita del minesotarra por mucho que el pintor hubiera sido maestro y creador absoluto en la década de los sesenta donde con veinticinco castañas ya pintó lo imposible para no ser superado en toda la eternidad por nadie.
Para mi , la única diferencia es que en los setenta es más humano y cercano, desde Pat Garrett a Street Legal es un periodo que me parece que se ensombrece con las alabanzas justificadas a Blood on The Tracks pero dicha afirmación no es ni para provocar, ni para minusvalorar lo imposible de despreciar: la invención de la pólvora la consiguió de 1964 a 1966. Estamos de acuerdo pero después y siempre, ha firmado colecciones de canciones legendarias y hasta bazofia (escasa) hasta el momento presente.
Sin embargo, insisto el Dylan storyteller, John Ford, entretenido aunque místico, sacerdote sin religión, profesor de yoga universal, de resonancias de campanas tibetanas y carromatos de gitanos feriantes, de lunas llenas y forajidos de leyenda liados con reinas moras, ese que le puedes ubicar tanto en el Monte Sacrosanto como en Brooklyn, ese que llena de intriga tus noches de insomnio, ese no es otro que el Dylan del Desire, por los siglos de los siglos, amén.
Esto es un regalo. para los sentidos. Buen fin de semana para todos. Blame it on Jacques Levy , vale...pero qué juglar para interpretar textos, qué compositor para establecer bases sobre la que recitar novelas.Desde luego le tenían que haber dado ese año el Oscar de actor principal.
Todo se debe a un batería como nunca antes había tenido, el bueno de Howie Wyeth, para mi el que mejor que se adapta a His Bobness en toda su larga discografía, el bajista Bob Stoner, quizás el más soulful con Danko que ha tocado bajo su batuta (I love Hard Rain) y el violín callejero de la Scarlett de aire más bulgaro que americano. Esa combinación de almas errantes que se juntan en su avenida, le hace al intérprete volver a las raices de sus antepasados judios rusos del Caúcaso y encontrarse más con su propio origen, digamos , más mundano y menos americano de postal.
El resultado final y la selección que quedó para el disco publicado, todos la conocemos por lo que propongo jugar con un inmenso bootleg que tengo en vinilo que se titula The Desire Outtakes cuya producción pirata es española , ahí donde lo veís, y que directo está en la balda junto al Desire como lo está con el de Blood On the Tracks su corresponciente ( la NY version del album de la sangre en los surcos)
Tenemos tres tipos de narraciones o novelas en la época Desire: las cortas, las largas y las muy largas. Todas ellas se justifican en si mismas para el que conozca el inglés o se tome la molestia de leer una buena traducción de las letras.Se trata de contar una historia y si es larga, atiendes y esperas hasta el final.
Las kilométricas serían Hurricane, un thriller social, Joey, cine negro emocional, Black Diamond Bay, una de aventuras y Isis, un misterio insondable sobre la atracción y el amor.Todas pasan de los siete minutos o casi (caso Isis) y están plagadas de versos hermosos, juglarescos, con timing y rima eterna.Puedes recrearte en el conjunto de ellas o en todas sus partes, sobre todo en el timing de su voz y en las resonancias de sinagoga milenaria.En cada verso, evoca muchos paisajes, situaciones incluso sentimientos inconfundibles.Romance In Durango, largometraje de forajidos, una clara secuela sensacional del big bang de Méjico. Románticismo callejero de los de la cabra y la trompeta.
Para muestra el espectacular comienzo de Black Diamond Bay que te atrapa de interés por el cuento.
Up on the white veranda
She wears a necktie and a Panama hat
Her passport shows a face
From another time and place
She looks nothin’ like that
Las medias o largas serían aquellas dedicadas al amor/desamor pero que también narran vivencias de una manera poco convencional en el estilo de Dylan, el caso de Sara, puro neorrealismo italiano ( de una belleza tan infinita que supuso un año más de ir tirando con el matrimonio) y las maravillosas Oh Sister o One More Cup Of Coffee que parecen directamente grabadas en la fiesta nocturna de los gitanos playeros con todas las estrellas del firmamento brillando como diamantes en la noche calurosa.La verdad es que el sonido de estas grabaciones es de seminarista en pleno enamoramiento de la religión que decide profesar, vuelve a situar todo en ese punto en que dominas el pasado, manejas el presente y sabes a futuro, time out of mind, tiempo inmemorial.
Las cortas, un poco ninguneadas y a reivindicar, serían Mozambique, Rita May, Golden Loom, Catfish y luego está , la menina entre meninas, Abandoned Love, una de sus canciones para su Expo futura en el Museo del Prado ( de alguna manera se tendrían que exhibir como los cuadros, algo hay que pensar, hablaremos con Mikel Zugaza)
Mozambique es brisa africana, la sientes.
Rita May, es una gitanada de las buenas con un puente de oro:
All my friends have told me
If I hang around with you that I'll go blind
But when you hold me
I know there must be somethin' on your mind
Golden Loom bellísima letra y con Emmylou como una diosa en la segunda voz de los últimos versos:
Smoky autumn night, stars up in the sky
I see the sailin’ boats across the bay go by
Eucalyptus trees hang above the street
And then I turn my head, for you’re approachin’ me
Moonlight on the water, fisherman’s daughter, floatin’ in to my room
With a golden loom.
Qué forma de describir un encuentro nocturno, la sonoridad de algo tan sencillo como across the bay go bay ( pron. acros the bego bay), lo divertido que resulta moonlighton the water, fisherman´s daughter, floatin´into my room. El concepto de la música de Mike Scott y los Waterboys nace de cosas como ésta.
Abandoned Love merece capítulo aparte y es la representante de la transión del dolor de Blood on The Tracks al karma de Desire, la vuelta a la purificación del resquemor.
La canción tiene además su mítica propia leyenda, inmortalizada en una grabadora y es su toma del garito The Other End, donde la estrenó sin ningún pudor y con mucho sufrimiento, con una letra tan sincera que arrancaba a girones las capas coronarias.
My patron saint is fighting with a ghost
He's always off somewhere when I need him most.
The Spanish moon is rising on the hill
But my heart is telling me, I love you still.
¿Hay forma mejor en describir las ascuas humeantes del final de un gran amor? Obra maestra y fuera del disco.
Catfish es la ninguneada, una joya de blues claustrofóbico similar a las del Shakey de On the Beach donde Sugar Blue toca la armónica que impresiona.Parte de lo que vendría en Time Out Of Mind está ya ahí.
Tenemos también entre los outtakes otras tomas o tomas primerizas de la canción de Rubin "Hurricane" Carter (que se grabaron en diferente tempos, incluso en riguroso directo) y sobre todo un Joey que me tiene loco (tan diferente y hermoso que me ha llevado a agenciarme el bootleg y ponerme a escribir este pequeño rollo)
Quedaría como cover en la grabación el People Get Ready , clásico supremo de los Impressions de Curtis Mayfield, más como un calentamiento para la inspiración partiendo del siempre fuego gospel eterno. La versión es magnifica y gypsy, por supuesto.Tiene narices que Bob Dylan decidiera ser un hippie en plena era punk, siempre contracorriente.
Con todo ese material era realmente complicado secuenciar el disco en condiciones: no daba para un doble de los de antes , ni para uno simple más representativo de todo lo grabado con calidad, por la inexcusable duración de alguno de los temas punteros.
Lo bonito es ahora jugar sin prejuzgar el producto final que para el que suscribe es una obra de arte y un disco básico de su trayectoria y de la mía como persona, porque fue mi primer contacto con el artista que me ha educado y también , porque Desire es único, en sonoridad y en consecuencia: la Rolling Thunder Revue nació de ese espíritu de campamento de verano del dolor y la purga, un circo irrepetible. Lo único que se le asemeja , a otra escala, es lo que hizo Ronnie Lane con los Slim Chance que también me tiene colgado como una mona. Son ciclos, I love Hard Rain.
No soy muy objetivo porque por dichas razones es mi época favorita del minesotarra por mucho que el pintor hubiera sido maestro y creador absoluto en la década de los sesenta donde con veinticinco castañas ya pintó lo imposible para no ser superado en toda la eternidad por nadie.
Para mi , la única diferencia es que en los setenta es más humano y cercano, desde Pat Garrett a Street Legal es un periodo que me parece que se ensombrece con las alabanzas justificadas a Blood on The Tracks pero dicha afirmación no es ni para provocar, ni para minusvalorar lo imposible de despreciar: la invención de la pólvora la consiguió de 1964 a 1966. Estamos de acuerdo pero después y siempre, ha firmado colecciones de canciones legendarias y hasta bazofia (escasa) hasta el momento presente.
Sin embargo, insisto el Dylan storyteller, John Ford, entretenido aunque místico, sacerdote sin religión, profesor de yoga universal, de resonancias de campanas tibetanas y carromatos de gitanos feriantes, de lunas llenas y forajidos de leyenda liados con reinas moras, ese que le puedes ubicar tanto en el Monte Sacrosanto como en Brooklyn, ese que llena de intriga tus noches de insomnio, ese no es otro que el Dylan del Desire, por los siglos de los siglos, amén.
Esto es un regalo. para los sentidos. Buen fin de semana para todos. Blame it on Jacques Levy , vale...pero qué juglar para interpretar textos, qué compositor para establecer bases sobre la que recitar novelas.Desde luego le tenían que haber dado ese año el Oscar de actor principal.
Uno de mis discos favoritos de Bob Dylan. Sólo por escuchar Hurricane, merece la pena enchufarse el plástico. Grandísimo Bob Dylan, haciendo de las injusticias sociales y del amor perdido perfecta poesía para los sentidos y para la derrota
ResponderEliminarGrande este disco. Me encanta cómo Bob se empapa de todos los temas y logra hacer de los perdedores y los renegados los auténticos triunfadores.
ResponderEliminarJoserra, sigues llamando O'Hara a Rivera. O es voluntario o es influencia de "Lo que el viento se llevó"...
ResponderEliminarComparto mucho de lo que dices, y lo dices de una forma preciosa. También para mi es un disco esencial, mi primer contacto con Bob. Y eso ya es mucho. Abandoned Love y Oh Sister son Top absolutas. Y Isis en versión Rolling Thunder.
Lo que tiene ser un loco fan del Hombre Tranquilo, jajajaja, gracias , vamos a llamarla Scarlett y así no fallo, jajaja. Desire es inmenso.
EliminarDisfruto especialmente cuando hablas de Dylan. Hay minuciosidad, conocimiento y pasión. Gracias.
ResponderEliminarYo, si me caso algún día, lo haré el quinto día de mayo.
Favorito sin duda en la discografía dylaniana. Ahora te queda para completar una revisión de los live de la gira Revue
ResponderEliminarMi primera compra on time. Comencé en el 75 mi idilio con Bob, con el grandes éxitos. Suscribo, y me gusta, lo que escribes. :-)
ResponderEliminarEn el vinilo original (lástima o no...) no aparecen varios de los temas que comentas ("Abandoned Love", "Rita May", "Golden Loom", "Catfish" y "People Get Ready") con lo cual no se si me perdí algo, seguramente si. Lo que si recuerdo son mis primeros estremecimientos en portales mojados, esperando un autobús que no llegaba nunca, apretujado contra mi novia de entonces, todo lleno de un "Deseo" sexual que según el mismo guión de la época no llegaba nunca, levemente solucionado con una grandeza poética que a muchos nos dejó helados.
ResponderEliminarSaludos,
JdG
Esta es una de esas entradas dignas de figurar en el Biograph o en una de las entregas de los Bootleg Series, y que no crezca la hierba. Yo la copio, la pego, la imprimo con el nombre del autor y el enlace, y la guardo en la carpeta del vinilo.
ResponderEliminarDespués de leer el texto casi da reparo comentar, pero no me resisto a compartir tres impresiones surgidas durante la lectura y la posterior escucha de algunas de sus canciones:
Queda siempre la duda (o la neura) de preguntarse cómo sería un single con alguna de las canciones desechadas (sobre todo la conmovedora “Abandoned Love”, claro, de la que harían una bonita versión los Everly Brothers que un amigo mío agradecía porque decía que, aunque no es tan buena como la original, al menos se puede escuchar sin sentir dolor).
Hace poco leí la letra de “Black Diamond Bay” sin escuchar la música y se lee como una novela en verso, es fascinante. Aquello de “as the last ship sails and the moon fades away from Black Diamond Bay” parece el final de un capítulo de alguna de las mejores novelas de Joseph Conrad o de Robert Louis Stevenson. (Por cierto, la Bahía del Diamante Negro es el embarcadero de la isla de Indonesia en la que se sitúa parte de la acción de la novela de Conrad “Victoria”, refiriéndose su nombre al carbón.)
Y el comienzo y el final de esa canción siempre me han transmitido una sensación muy parecida a la de ir en lancha por la ría que baña mi pueblo del norte de Galicia, con los montes cubiertos de bosques y las ramas de los árboles tocando con la pleamar la superficie del agua, los pequeños pueblos pesqueros aquí y allá, el cielo nublado, y el mar abierto a lo lejos. Es una canción con un soplo aventurero único e inagotable, el mismo que recorre el resto de los temas de este disco mágico.
Saludos.
Tete, eres bárbaro o visigodo? Joer qué postazo. Adoro el Desire y con todo esto más.
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