sábado, 16 de febrero de 2013

DISCOS CREPUSCULARES: THE VIRGINIA EP- THE NATIONAL


Añoro la vicentina, mi costa, no hay atardeceres más bellos para mis ojos, el olor a crema solar usada mezclado con la luz que se apaga inmensa es la combinación con la que me gusta imaginar la época de los descubrimientos. Me siento un desterrado del Oeste. Los crepusculos allí , en la atalaya de Arrifana, son ciertamente míticos, te inunda el lila del cielo, la brisa fresca te abraza y piensas que el sol se va para Brooklyn y aquello te conecta con los sonidos urbanos de Nueva York. 
Las dos veces que he visto al grupo The National han sido en Portugal, alli cerquita, en el Parque Natural,  en el Festival del Sudoeste. Ellos no me cabe duda que adoran Lusitania y tienen algo especial con el país vecino porque saben de fado, ese sentimiento triste pero armonioso, curativo y tan parecido al blues.
Siempre afirman que su mejor concierto lo dieron en la norteña y bellísima Guimaraes ( allí nasceu Portugal) y es habitual que toquen en el Teatro Coliseo de la ultra-bella Oporto o en la fundamental y mega-bellísima Lisboa. 
Adoro Portugal, lo sabéis y adoro a The National.
Llevo mucho tiempo enrrollado con lo del Rust Fest de Frías, me está consumiendo muchas energías, muchas horas, todo por un sueño pero hoy,  me apetece retirarme a mis aposentos de La Land y volver a mis chaladuras y ensoñaciones , a pasar un rato íntimo con vosotros. Además en Bilbao  llevaba lloviendo 60 días y no hay nada más apropiado para su música: la lluvía y el crepúsculo, los ratos de reflexión.
A lo que iba , esta semana mi hijo me ha comentado, ¿vamos a ir otra vez a Portugal en agosto? Lleva haciendo la pregunta toda su vida el pobre. Él y yo creemos que porque pasa de ir (es la edad)  pero en realidad conoce de saudades y es lo que ha visto desde muy pequeño y aquello engancha. 
No lo sé , el caso es que ha sido telepatía. Este año no sabe casi nadie en este país lo que va a hacer a un mes vista pero desde luego poner la cabeza en "vicentino" me ha relajado, me ha echado el freno. My darling companion está preocupada por mi, por esos acelerones, cuídate me dice.
Me fuí de Aljezur casi hace seis meses, disimulando las lágrimas con el traqueteo del Carens lleno de arena por el empedrado de la parte vieja del bello pueblo del Algarve, sonaba Bill Fay y su Be peaceful with yourself.
Y ahora pienso que allí soy yo mismo y no me enrredo tanto en las relaciones sociales, soy mucho más introvertido y hablo tan sólo con el horizonte. Y como además,  cambias de país aunque te sientes en casa o mejor,  las relaciones con los lugareños son diferentes, son tan educados y discretos, humildes y honestos, nunca hemos tenido un problema,  es más, siempre nos sorprenden porque viven más integrados con aquella paz, resignados y elegantes a su manera, a pesar de estar dejados de la mano de Dios y ser para los de este país unos perfectos ignorados.
El caso es que los The National desde que les vimos tomando un café mañanero en Pao Rogil antes de su concierto ( la primera vez,  charlamos con ellos, recoméndando a Matt la mejor playa) les veo muy cercanos, sin embargo, su musica me parece inalcanzable y celestial.
Son tan originales partiendo del post-punk y de Leonard Cohen, laten de una manera tan emotiva... tienen a ese pedazo de batería maravilloso.Sus ganchos y estribillos, sus puentes, todos suenan a rumores de ciudad músicados, a secretos inconfesables, a momentos de amor pleno.
Hace tiempo que no les rescataba para el blog pero en la serie crepuscular The National tenian que estar.
De ellos te van a contar siempre el cuento incompleto: Alligator-Boxer o la Violeta...¿Cuál prefieres? Porque el primero y el segundo y ese ep con el que les conocí magnifico, con el About Today, son obras menores comparados con su trilogía siempre mencionada entre fans pero hay un tesoro que quizás sea tan definitivo como los mencionados.
Se llama The Virginia EP y es el típico disco hecho de descartes o caras b más  temas en directo pero en eso son como Oasis, son muy buenos en las caras B. Leí en los comentarios de amazon que es el perfecto complemento al Boxer porque pertenece a sus sesiones pero si y no. The Virginia EP tiene entidad propia y como el Northern Light-Southern Cross de The Band que le antecede en el serial, representa todo el arco que abarca el grupo o por lo menos,  su faceta "vicentina" saudadosa.
Es esplendoroso atacarlo en su edición de vinilo amarillo con manchones,  con esa portada con el ala del avión, donde siempre me gusta ir , mirando el paisaje o las nubes para estar más seguro, donde me siento tambien muy cerca de su sonido, en el cielo.
Como si fueran unos The Band post-punk abren con You´ve done it again Virginia una canción fundamental, majestuosa, donde los arreglos sublimes de Padma Newsome le dan ese toque de importancia real, de transcendencia profunda. El tono sigue violeta como el paisaje portugués en ese rememorar rumiando tu cabeza que es Santa Clara donde quien quiera verlo y esté abierto a ello, se ven influencias de Bruce, quizás porque se hable de un river, quizás unos acordes...Son tan especiales y únicos.Los vientos, esas líneas que Bon Iver se trajo a buen recaudo, son grupos de un mismo movimiento y son colegas.
Blank Slate también les emparenta con REM primera época, murmurar letanías frente a un groove y arpegios inventados por Johnny Marr, dueños del ataque por fases, de ir poco a poco aumentando la intensidad hasta arrollar, como si los Planetas fueran mucho menos coñazo. Suenan guitarras.
Tall Saint vuelve al tono monacal y de meditación con un estupendo estribillo y letras como:

Don't tell everybody at the table about your dreams
They're too amazing, it'll melt their minds
Take 'em to Hollywood, cut out the good parts
Become millionaires

Without Permission cae de lleno en renovar el My Way de Sinatra para la nueva generación y en la tristeza y monotonía hecha arte mientras que Forever After Days es una demo pura que lo traslada a terrenos nebraskeros, dando el tono necesario para que tenga todo un halo especial de momento de duda. Primera cara, crepuscular como ninguna, canciones en toda regla formadas para presentarse e incorporar a las de los proyectos hechos para la ocasión, sin compilar , no a ese millón de extras de discos que despistan del meollo. Una guitarra de nylon arpegía en la ditancia...eso es Portugal.

La cara B comienza con lo que si suena a demo inacabada Rest of The Years que tan sólo sirve como muestra de que el proceso de nacimiento de sus canciones es muy sencillo pero luego empieza la espectacular muestra de clásicos en directo con el intercalado de su perla del Orinoco, Lucky You, una de su setlist impreso en letras de oro: su melancolía es un paseo por los acantilados que comunican Praia Bordeira y Praia Amado donde se intuye el cabo San Vicente y el paisaje estremece, un Knockin´on Heaven´s Door de nuestro tiempo y para la eternidad.


Tomas live de Slow Show ( otra con influencia REM) del Boxer,  de esa obra maestra que es Fake Empire, una forma de describir con lo que toca pelear los once meses hasta que vuelvo allí y la razón de mis lloros al marcharme: la vida, la rutina y los compromisos de la ciudad, the ties that bind.
Fake Empire es princesa del Boxer, un fado menor.

Y para acabar las dos cosas por las que merece la pena comprarlo aunque consideres que son unos aburridos como me consta que algunos les consideran: la escalofriante versión del Mansion on The Hill del Boss como si fuera del Joshua Tree de U2, con un crescendo de jinete real y un violín de Padma volatil y fino como pocos escucharás. En fin , una de las cover de Bruce más definitvas y que sirve para enlazar influencias y tradiciones y darse cuenta de qué magnitud tiene la aparentemente sencilla canción ( Nebraska es el Pink Moon del de New Jersey) Puro Portugal, puro Oeste como la POM del disco y de su carrera para un servidor, con la que suelen acabar sus conciertos y por la que me enamoré de ellos: About Today. Se quedá solo el sonido de bombo mientra todos se despiden y lo confundes con el latido de tu corazón. Un arpegio con un tono celestial y una conversación intensa te llevan directos a la saber que tú estás alli en la vicentina un día de un azul insultante y de repente ves llegar del horizonte del mar una especie de humo, una cola de niebla fina que en media hora forma un inmenso platillo volante blanco encima de la playa y tienes entonces que ponerte la t-shirt porque el Atlántico es más grande que el continente y detrás , tierra adentro,  la linea azul hasta la que no llega la bruma por el calor. Desde Brooklyn será que llega la tristeza que se disfruta, la vuelta a la realidad y a la pelea, el espejo de que llegarán las nubes, la lluvia hermosa pero también despejará y se volverá a sonreir. Eso es The Virginia Ep, ese fenómeno atmosférico y emocional curioso que siempre se repite, una especie de crepúsculo húmedo fuera de hora, como un eclipse, algo hermoso de verdad, The National o la sublime adicción.


En el Coliseo de Oporto, prueba de sonido: adoran, adoro Portugal.
En los videos del concierto se aprecia la devoción que se tiene por ellos (tb por Lambchop) en ese país, que nos da mil vueltas en el conocimiento de idiomas y en la pasión por lo que suena a saudade, algunos lo llamaban cultura.




SUBLIME COVER
 

3 comentarios:

  1. Maravillosa entrada y magnificas canciones.

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  2. Creo que jamás habría asociado The National con Portugal, y creo que a partir de ahora siempre me acordaré de ciertos lazos. Abrazo.

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  3. Un fenómeno atmosférico y emocional. Inalcanzable. Como la luz crepuscular. Pues si, eso es también “The Nacional”, una especie de carga de profundidad latente al ritmo del percusionista que a veces debes evitar para no lastimarte. Desde que me los presentaste con el precioso e hipnótico “Daughters of the Soho Riots" y despes de verles en la Vicentina, sigo disfrutando y también esperando, no se qué, pero esperando.

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Amo la música más que a todo.

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Todos los textos pertenecen a Joserra Rodrigo salvo citas y párrafos con su autor referenciado.