HISTORIA DE UNA OBRA MAESTRA: NOWHERE IS HOME

Pongo velas para que traigan su bolo a menos de 500 km o un vueling barato.

Resulta un poco chulesco proclamar a los cuatro vientos en plan voceras de Bilbao que una canción tan reciente adquiera tan pronto esa categoría de obra maestra, parece un contrasentido pero es que así intuí Nowhere is Home desde que la escuché y la valoración sigue creciendo.

Varias son las razones y quiero exponerlas.

Soy de los Dexys, como casi todos los de la generación new wave. Sus singles, su alegría Stax tabernaria y un poco militar, su riqueza coral y su regio compás les hacen muy similares a otros planteamientos punks de calité  como los Clash o a los Jam. Te ponen las pilas, vamos.

Ese apego inicial a la chispa de soul de estibadores y el descubrir, gracias a ellos, la magnifica y agradecida puerta trasera del club del Soul, donde se cuece la jambalaya, donde está Swamp Dogg o los Chairmen of The Board, los Isley o la family Stone, hace que su vuelta, tras 27 años! haya sido para un servidor, la alegría discográfica del 2012. Pero, si soy sincero,  no esperaba tanto.

Luego está el plano personal y lo que estás dispuesto a escuchar en el sermón del ínclito Kevin Rowland.

Es un personaje tan humano, tan imperfecto que abruma y lleva el passion is no ordinary word hasta la reserva de la bombona de oxígeno: eso puede que  a muchos les aparte ( histrionismo, comentan) pero a mi es justo lo que más me acerca, esa voz tan peculiar y melodramática, puro teatro inglés.

Todos los blue eyed soulmen han querido ser Sam Cooke pero Kevin quiere ser otro, mucho más juglaresco, no renunciar al teterismo y pintas británico: en serio, es un tipo genuino, más cerca de Ian Dury que de cualquiera que te venga primero a la cabeza.

Su actitud self-deprecating es tan inglesa y feroz como la pluma de Morrisey (ambas) y tan mordaz como el silbido que sale de las paletas separadas de Ray Davies. El humor siempre presente hace de él un entretenedor nato y aquí , en su nuevo disco, ha bordado el guión, nos agarra del brazo y nos lleva en un número perfecto de patinaje artístico, de principio a fin. Como dijo anónimo E, para los restos.

En Nowhere is Home nos habla de esa personalidad que no encaja con la felicidad establecida por decreto, con el estereotipo que disfruta justo de los partidos de fútbol y las Guinness, de las banderas y patrias y después, sin embargo,  está todo el día de mala hostia.Kevin es un alma torturada pero que encuentra siempre un arcoiris en el horizonte.

I don´t know where I belong, sólo hace falta escucharle esa frase con ese timing para ver que el tono cambia entre esos acordes de acompañamiento celestial, de guitarra digna de Steve Cropper: y  me encanta ver a la gente confesarse así más si Jerry Williams aka Swamp Dogg es su claro, nuestro claro maestro.

I want to be everythinnnnng, ahí  se ve su frustración, lo quiere todo, quiere ser libre pero es su propio enemigo ( the man in charged of yourself) y se pone llorón con una forma de rapear tan musical y descontroladora de emociones  muy rara de ver. Utiliza la formas clásicas del soul pero en clave raw power.

Los arreglos son  perfectos, tan Hi Records, luego está ese banjo en ese mini puente musical tan celtic soul rebel.

Es un placer darle al repeat y pensar que gracias a Van Morrison y a los Royal Studios de Memphis tenemos una forma concreta  donde desplegar una confesión tan humana y todo porque a unos chavales de Birmingham se le ocurrió meter en la nueva ola el inarticulado discurso del corazón, ese que discurre glorioso por los cielos northern soul con líneas de vientos Made In Memphis.

En serio, estamos ante una obra maestra, candidata a una de las mejores canciones 2012 y el mejor medio tiempo grabado por la banda de lo la dexidrina. That´s the truth, that´s the truth...Dexys are Home to me.