martes, 7 de agosto de 2012

BOB DYLAN EN BAYONA - 20 DE JULIO

every little detail...

MY BEAUTIFUL REWARD

La corazonada era que el de Bayona iba a ser el concierto. Así lo dijo my darling companion, a pesar de que mucho después anunciaran la fecha del Guggenheim y , por lo tanto, la segunda vez que Bob pisaba mi Botxo tras aquel entrañable encuentro de la plaza de toros en 1995.
Teníamos ambos unas sweet memories de un especial bolo de Ben Harper & The Innocent Criminals hace ya unos años,  en su preciosa e intima plaza de toros, adoramos Bayona porque al tener amigos en Donosti y hogar, siempre que podemos nos escapamos.
Bayona es un primor, una gran desconocida, una preciosidad y siempre el sur de Francia para esos dylanianos que eramos chavales y minoría en la época cristiana del bardo, era sinónimo de paraíso donde poder verle. Yo tenía sitio en el coche de Bolo para asistir a la gira de Shot of Love en Toulouse pero era todavía menor de edad y no me atreví a plantearlo en casa (algo que lo pienso ahora y creo que fue una equivocación, tendría que haberme escapado , Dylan y sus negras...go chu, churú churú, chu chu churú...)
El caso es que lo de Bilbao, hace un mes,  fue un acto social pero lo de Bayona un acto de fe y amor, además reciproco.
Uno también estaba en mejores condiciones mentales en el segundo...a la vera del museo de Ghery tenía un dolor de cabeza impresionante cuyo único ibuprofeno resultón fue el abrazo de Jesús y su familia del Cierzo y el de Mario ( ese máquina adorable malagueño que organiza el Ciclo de Bob en la Uni de Sevilla, esperanza de renovación y pasión)
Además, el setlist en el botxo tendió al roquerismo, no dejando demasiado hueco a las baladas en las que la arruga interpreta y se deja sudar fadista , lo que mejor sabe hacer ahora el capo del North Country.
En Bilbao importaron el resto de canciones, las que no estaban en el setlist mientras que en Bayona nada te hacia recordar otra cosa que no fueran esas especiales interpretaciones frente a tus ojos, in the making.
Creo que era ya la vez veinte que le veo y puedo decir que es de las de los cinco dedos: una de las mejores.Además ver a un Dylan en tarde de dos orejas a estas alturas es un privilegio.
Fue algo curioso, especial, sentido pero es que todo lo hacía presagiar. Charo venía desde el Sur a verle,  estaba con nosotros, John Phillips también con su prima Carla, el gran Mansion (pura pasión), mis sobris, mi amigo Javi con Lurdes, su darling companion...tan buena compañía, todos tan fervorosos, como parroquianos que se quieren con Dylan de fondo.
Porque mucha gente me decía...joder Joserra habrá que ver a Dylan después de todo el tinglao que montas con él y yo pensaba , no , no por Dios que es un hueso duro, que para disfrutarlo hay que vivirlo día a día, conocerlo y sentirlo ya que si no no te apeas de la burra; incluso tener un entramado de relaciones personales impregnadas de su banda sonora...si no, poco zumo se saca de la naranja.
Pero a Bayona fuimos los fieles que no los fanáticos, estos últimos jalean hasta los bolos malos, nosotros somos exigentes. Bilbao estuvo muy bien y tuvo sus momentos ya que Roberto estaba pletórico de ganas de expresarse pero claro ...no se puede comparar un Summer Days con un Forgetful Heart a la hora de servirnos de tester de lo que ronda por el alma de este genio.
Digamos que en Bilbao toco el setlist festivo y en Bayona el sentido e incluso en las que se repiten noche a noche también el enfoque fue más intimo porque el ambiente de respeto, señores de su edad que vivieron el Blonde on Blonde en fecha, la altura del escenario ( en Bilbao era alta y lejana) y el charme hacian apropiado meter más baladas en el repertorio que a buena fortuna nos tocó disfrutar, como las bonolotos.
Charo no paró de llorar en todo el concierto y aquello le dio un aire muy muy emocionante, la distancia también,una proximidad, una cercanía mágica y un Bobby tremendamente elocuente como en esos piratas de la gira con Tom Petty por Europa allá por 1987. Le Chansonieur.
Uno necesitaba una recompensa tras tanta cruzada, tras tantas tardes escribiendo y montando fiestas en su honor...como dice Maider la hija de Luisma...aita Bob Dylan es un desagradecido...mira que no ir a la fiesta que le montó Joserra?...No pude verle en la Sociedad Bilbaina ni en el Hotel Carlton pero qué más da, en realidad lo que a mi me gusta es que me cante, me cante sin parar.
Creo que obtuve mi beautiful reward  en Bayona en forma de cuatro perlas engarzadas en un setlist vibrante: Love Minus Zero ( esa yo creo que venía a cuento de muchas cosas, primero, porque siempre suele caerme en el boleto, la recuerdo en el de Roma,entre otros) La interpretó de una manera tan mimosina, tan respetuosa con ese credo del amor real que es que nos la tomamos como un regalo por la efemérides de la entrada anterior, Bob sabe demasiado como para discutir o juzgar y se posó como un cuervo en nuestra ventana rota hace 30 años. E iba en segunda posición, lo que abrió nuestra percepción y predisposición hasta límites insospechados, la tarde era dulce ( En Bilbao fue Man in the Long Black Coat, ahí se ve perfectamente el cambio de tercio, no peor sino diferente, de ahí lo bonito de ir a más de una fecha de sus giras, eso lo hice sólo en 1995 con Bilbao y Zaragoza y gracias a ello escuché When I paint my Masterpiece)
Después un Desolation Row a ritmo de habanera monkiana (hay que ver que morro y alegría le echa con las teclas del gran piano, es único) recreándose en sus estrofas con el sello P.O.M. incrustado en cada sílaba , en cada rima, en cada visión de ese mundo al revés pintado ahí en esa letanía para siempre.
Para que viéramos que era el concierto del amor se marcó un Make you feel my Love apoteósico ( y que hubiera un gilipollas que dijo que esta canción manchaba TOOM por su blandenguería... sin comentarios...eso son infidels)
Ahí fue el derrite, creíamos morirnos de gusto...la compasión , ese feeling tan dylaniano, desde I want you hasta seguramente Tin Angel, lanzaba destellos al ruedo y la steel le daba a todo un  poso de un café oscuro y evocador. Escuchar para creer.
Tuvimos varios episodios de carne de gallina y cuando en un concierto de este señor se te pone la piel así, no hay comparación con nada en este Mundo.
Sin embargo, cuando se produjo una dulce conversación ente él y yo fue fue con Forgetful Heart, algo privado que tenía más que ver con mi amor por Amália Rodrigues o los The National: por un desgarro de fado y cigarro, por el temor y grandeza de la arruga, entender a donde llegamos.
Soñé y supliqué que la tocara, daba la brasa a todos con eso, sobre todo desde la charla en Sevilla ya que elegí un vídeo de una interpretación de la misma para explicar la arruga , para ver el sentido del epítome del performing artist, de que si Dylan gira sin parar como una peonza no es por el business sino para buscar el duende,allá donde quiera estar, en una estrofa o en un puente, hasta en un movimiento; él es un artista de directo, lo enlatado es un 5% de lo que ha sido capaz y es capaz de darnos.
No sé, serán chaladuras mías,  pero ese Forgetful Heart me lo tomé como un guiño personal, como un fado sentido y hermoso, me pareció sublime, ahí con el micro y sus eternos gestos tan descompasados como su timing: me habló de él, de que está mayor pero ama la vida, de que no cambiamos tanto aunque nuestras derrotas y victorias conviertan nuestro discurso en algo más pausado, en algo mucho más  bello.
Me acordé de Emilio cuando dice que suena a traqueteomizado...pues bendito sea el tubo que permite salir de esa garganta tanto sentimiento y también de Tribulete cuando exclamó que ahora es cuando mejor canta, y quién dice que no? quién sabe tanto para juzgar?
La contradicción, el hueso duro, las lágrimas de Charo, las chapas y las camisetas de la 70´s Fest, un corazón olvidadizo, un traje sobrio negro elegante, una banda sorprendida por el milagro, este currismo militante y la amistad desaforada, escuchar los fados del minesotarra con respeto y silencio de taberna, todo envuelto en ese eterno olor a croissant de nuestro país vecino, culto y encantador, hicieron de la cita en Bayona, la cita, mi bonita recompensa.

Pasen y vean: me ha costado un huevo hablar sobre este concierto porque todavía sigue permaneciendo su sabor. Dos vídeos que como casi siempre representan un 10% del lo que fue escucharlo en directo.
Ahora toca esperar a que con Tempest renovemos los votos.






6 comentarios:

  1. La voz fea más bonita del globo.

    Pd. Duele.

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  2. Afortunado Joserra. ¿Veinte veces dices?. Qué pasada. Y cada concierto parace que sea el mejor. Me encanta ver la pasión que tienes con ese viejo cascarrabias. Yo no estoy ni de lejos en esos niveles aunque me sigue gustando mucho el abuelo. Un saludo.

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  3. ¡Qué bien! Vuestra fidelidad se lo merecía. Os imaginaba allí saboreando la verdad y las emociones del de Duluth. Ya sabes cuánto me alegro.
    Abrazo gigante.

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  4. GRACIAS(sí, con impecable mayúscula)por vosotros, por ti, por Bayona, por el piano de cola, por el Majestuoso Bob, por este post.

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  5. Yo estuve allí, en el concierto de Dylan en Bayona... Fue la primera vez que le ví, estuve en primera fila y fue inolvidable. Increíble!

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Amo la música más que a todo.

Amo la música más que a todo.
Todos los textos pertenecen a Joserra Rodrigo salvo citas y párrafos con su autor referenciado.