lunes, 11 de junio de 2012

LIGHTSHIPS- ELECTRIC CABLES

GERARD LOVE IS BEAUTY

Está cayendo una gorda ahí fuera y dan ganas de convertirse en Tommy y no ver, ni oir nada de lo que nos cuentan sin parar, todo es un previo de algo que nos llega y que resulta muy feo, reflejo de la pura miseria humana y una falta de sentido de la responsabilidad, un sálvese quien pueda , is the disease of conceit.
El sábado subimos a Frías a cortar la hierba y cuando estás en el campo deja de pender  sobre ti esa espada de Damocles que es estar comunicado con el mundo exterior, las noticias, las redes y toda nuestra gran prisión.
Aunque suene hippie decirlo, sentir la naturaleza es lo único que nos queda, es donde encuentras belleza y paz, te encuentras y sale casi gratis. Siempre ha sido así, desde tiempos de los Beatles y mucho antes,  pero ahora,  llama mucho más la atención.
Todo esto viene a cuento de que la portada del disco del proyecto de Gerard Love, LIGHTSHIPS,  la voz más pop y ensoñadora de nuestros escoceses favoritos Teenage Fanclub, es un canto a los distintos tipos de verdes, transmite calidad y misterio desde que lo ves en el estante. No tenía duda en pillarlo nada más salir y por varias razones: aunque me encantan los grupos de varias voces, se llamen Beatles, CSN&Y, Nacha POP, The Clash o The Band, siempre hay una de ellas con la que se me va completamente la olla: en el caso de los de Glasgow , Gerard me hacía sentir  el desmayo de la Dama de las Camelias pero en pop. Ese Brian Wilson estampado de tartán, ese hijo de Chris Bell algo northern soul ,  ese sabor dulzón a crema solar y sal de atardecer en t-shirt, ese es Gerard Love.
En esas locuras que se piensan cuando fantaseas escuchando tus viejos discos, soñaba con uno donde Gerard no tuviera que esperar su turno.
Y como los sueños siempre se hacen realidad, aquí tenemos el resultado y es fresca hierba recién cortada y regada, como la de Frías, toda vez se ha ordenado su crecimiento mediante estrofas y estribillos, segadoras que hacen un perfecto green para que la bola corra hasta el path y así entre. 
Y  este Electric Cables es un campo de diez hoyos precioso, onírico, impresionista, el disco necesario para el verano, para las siestas bajo el castaño. Sinceramente no sé qué decir para que no me llaméis exagerado pero es que esto es demasiado, lo que está pasando este 2012 no ocurría desde el 2005 , año que recuerdo como especial en nuestra querida música. Propuestas variadas, diferentes y de un nivel majestuoso, de hecho abruman este junio.
La flauta inunda todo el disco: una fogata de pop eterno, intrincado, casi bossa nova, en la línea de Mojave 3 o su maravilloso líder  Neil Halstead, donde parece que el día 30 de agosto es eterno ( suele coincidir con el día que me despido de mi costa vicentina en un anochecer berenjena en la fortaleza de Arrifana, pensando ¿no podría ser 30 de Agosto todo el tiempo?, esos dulces días que acortan pero donde el calor ya no aprieta y la luz es especial, agridulces porque se acaban)
No es algo que admita destriparlo porque es el curso de un rio, es una ola perfecta rip curl, es un paseo en la playa cuando todo el mundo se ha marchado, son unas simples sardinas a la brasa con una Sagres, es un beso salado, es sentir el salitre en la entrepierna después de haber estado casi todo el día en pelotas al lado más este del viejo y convulso continente en los únicos kilómetros de playa en los que no hay atisbo del cemento o masa humana, es una ducha rápida y salir a la terraza a escuchar los fados de Amália con unas velitas y una bandeja de berbigaos al vapor, es querer a los que quieres, sentir que la brisa atlántica pide chaquetita cuando se pone el sol y no perder los puntos cardinales de la brújula del corazón. Electric Cables es el disco del verano 2012. Y aparte de todo eso y con sólo un par de escuchas, puedo decir que es una P.O.M. Los sueños se hacen realidad, el verano llega y se va, la fotosíntesis se llama este año Electric Cables.
Un velero en Arrifana

Siempre al ver las fotos pienso que ellas no plasman el sinfín de tonos del atardecer algarviano, sólo el ojo humano puede percibirlo, los LIGHTSHIPS, por algo se llaman así, has absorvido absolutamente todas las tonalidades en este Pet Sounds del nuevo siglo. No te  pierdas este disco por nada del Mundo.

Quiero dedicar esta entrada a mi sobrina Ana que es la que  se segó ( con la ayuda de Javi) casi toda la hierba, mientra le ponía el vinilo de Kiwanuka y es que ella es un poco como este disco de Gerard, necesaria, además veo en Ana lo que tanto echo de menos de su padre y eso me suple su ausencia.


4 comentarios:

  1. Joserra, nos vamos siguiendo la pista. Tengo ya hecha la reseña de este disco, a publicar esta semana. Simplemente delicioso, sabía que Love no decepcionaría.
    Sensibilidad y belleza en estado de gracia.
    Vamos bien este año, aunque sólo sea en discos!

    ResponderEliminar
  2. Si, lo tengo desde hace un mes y pico, me puso en la pista nuestro amigo Ned, ya sabéis mi absoluta pasión por los Teenage. Es exquisito, como bien dices un buen hijo de Chris Bell. Bonita dedicatoria a tu sobrina.

    Supongo Joserra, tú que estás más al loro que yo de novedades, que conoces el proyecto paralelo de Norman Blake llamado Jonny, también está muy bien. Ahora falta McGinley al que le tengo especial aprecio porque lo conocí personalmente, todo un caballero escocés. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Precioso disco a sumar a esta , totalmente de acuerdo , añada tan buena que nos esta ayudando al auto-rescate emocional que es lo que nos queda , porque por lo demás ,y perdón por sacar los pies del tiesto, mientras no se produzca el rescate ético e intelectual que terminen con la avaricia e incompetencia infinitas que nos han llevado hasta aquí no lo veo claro Joserra. Si veo este , el de Hal, ó el de Beachwood Sparks para alegrarnos los próximos meses y el de los Dexys para los restos . Un abrazo Joserra

    ResponderEliminar
  4. Fantástico disco!!!! Y buenísima y emotiva entrada!!! Es un privilegio leer tu blog!!

    ResponderEliminar

Amo la música más que a todo.

Amo la música más que a todo.
Todos los textos pertenecen a Joserra Rodrigo salvo citas y párrafos con su autor referenciado.