lunes, 27 de febrero de 2012

RUFUS WAINWRIGHT CON LA ORQUESTA SINFÓNICA DE CASTILLA Y LEÓN-VALLADOLID 25 FEBRERO 2012

DON´T LOOK BACK. THE PRINCE OF MONTREAL

De todas mis defensas Rufus se lleva la palma de controvertida. El Príncipe de Montreal nace de otras tradiciones aparte de la singersongwriters de sus exquisitos padres ya que su mamá Kate le ponía opera y clásica y él lo asimilaba entre discos de pop de los setenta como una protesta ante su rebelde adolescencia y para desmarcarse de la guitarra de palo, eso forjó su peculiaridad y su valentía. Él no tiene los Chuck Berry licks pero él es pop y el pop viene del rock& roll. Muchos no le soportan y  antes uno intentaba convencerles pero ahora a mi me la sopla salvo que no entiendo a un melómano que no sea capaz de disfrutar de semejante manjar.Bueno la teoría de los gustos...me rindo.Hace poco tuve que soportar a uno que decía que desde los Want no hacía nada bueno y sólo hay dos discos de por medio y uno de réquiem, joder entonces, tan malo no será...¿no?
Sigo pensando, cada vez que le veo, que cada vez es mejor artista y mejor cantante pero lo del sábado en Pucela fue demasiado.
Si me hubiera muerto en semejante recital de una belleza lírica tan ESPECTACULAR, como si me pasa en uno de Lambchop, no me hubiera importado nada, en realidad nada importa cuando ves hilar arte con letras de oro desde primera fila pero como no me morí  pues lo tengo que contar.
Soy de violines, pienso que a las canciones ( leasé Randy Newman) les dotan de una emoción inconmensurable y que para admitirlos,  las melodías tiene que ser grandes.No todo el mundo se lo puede permitir. Rufus es un artista integral y un cantante con un gusto soberbio lo que pasa es que se parece más a Mozart que a Bruce.Es de otra tradición mucho más refinada, es una rara avís, es de los mejores artistas de los que me ha tocado disfrutar en directo.
Lo del Auditorio Miguel Delíbes lo hacen pocos. Una obertura , antes de aparecer , con el Carnaval de Dvorák y la maravillosa Sinfónica de Castilla y León bravissima, nos habló de la vida y como dijo el director de la orquesta, se lo comía con la mirada , jejeje, justo exactamente como las canciones de Rufus.
Después el divo con su traje de príncipe de Gales, zapatos Marichalar doble hevilla y un foulard un poco patchwork que le daba ese toque de irredento bohemio, de eterno romántico como le llamaba su madre. Tiene clase. Aparte el rosetón de tela blanca que se plantó que seguro lo robó de algún comedor del hotel donde se hospedó pero que a él le queda como no nos queda al resto de los mortales, por haberse creado una imagen que le sale de natural.
Rufus es así, no es falso más que muchos se empeñen y si pide silencio durante los cinco soberbios sonetos musicados de Shakespeare es porque se lo toma en serio y se deja embelesar por la música. De levitar,, qué belleza mayúscula tener la oprtunidad de ver acariciar una sinfónica su voz y a él corresponderla con maestría. ¿Quién puede hacerlo? Rufus.
Desde que le descubrí a mi me trae su voz una sensación parecida a la de las escenas de la oscarizada Belle Epoqué de Trueba, recuerdo cuando la madre abre la ventana y canta y aquella casa llena de vida y de sol. Eso es su voz un looking back, mirar al pasado lírico y preséntarlo al nuevo Mundo, con gracia y con amor.
Una maravilla que me hizo recordar la austeridad del Palacio Euskalduna en cosas como el A woman´s face ( uno de los sonetos) y lo brillante que es estar arropado, en esta ocasión, de manera semejante. Fue como haber pasado del luto de su madre al adviento, qué pena que esto sólo se pueda comprobar in situ, difícil describirlo.
Llegó el descanso y la alegría de haber visto a mis chicas del Oeste, las de Plasencia,  que se habían hecho un tren para ver aquello y a las que conocí en otro concierto del canadiense en Madrid. Conciertos y amistad. Ya llevo media docena, al menos, de bolos suyos y todos han sido diferentes y cada vez, insisto, con más sensación de lo grande que es encima de las tablas.
Pero asi como a Dylan no le pude ver con negras a Wainwright junior no me lo podía dejar escapar con orquesta.Y no me arrepiento de la escapada porque además íbamos muy bien acompañados.Hay cosas que sí o si mientras se pueda, claro.
La segunda parte, más pop como dijo él, no lo fue ya que siguió la línea rigurosa del título Rufus  Classico ya que , al piano con orquesta interpretó de desmayo Vibrate, Little Sister, de la que mencionó ser su primera incursión en  este mundo sinfónico ( esa jodida perla está hecha para oírla así, punto, goosebumps, la favorita de my darling companion), This Love Affair que tuvo false start ya que reconoció embriagarse y despistarse por el bello sonido de la orquesta ( no me extraña nada)
Vale,  sólo tres pero para para qué más si lo es todo tan sentido y redondo. Lo breve si bueno...
El turno de Héctor Berlioz y sus Noches de Verano y su asalto a la opera en francés , creo que fue lo que catalogaría de TOP de todo el recital, él comentó que una de sus arias casi le hace tener un accidente de coche la primera vez que la escuchó, epifanías musicales, me identifico mucho con Rufus, yo las he tenido con su Poses y sus Wants.
Da la casualidad que este vídeo es del día siguiente al que le ví con su padre en la Royal Opera House y mira por donde, iba a ser en Valladolid donde iba a cumplir un sueño que entonces, aparqué por darle preferencia al family affair con Loudon y sus hermanas del día anterior. Como descubrir otro planeta y eso pocos artistas tienen el coraje de programarlo. Rufus es valiente.



Aprovechar la orquesta para un Cole Porter (You go to My Head) y el Arlen por antonomasia (Over the Rainbow , su bandera) fue pasar de música clásica a otra igual de clásica y tiro porque me toca y no quedó brusco ni tosco el contraste sino fabuloso.
En cuatro compases, la orquesta se hizo banda con swing y yo planeaba en helicóptero la noche de NYC y la de los grandes como Sinatra. Un espectáculo.
Y acabar con esa mini opera que es su  Oh What a World, con los metales iniciales como toros bu, bu, bu, de carne de gallina. Ni un error, ni un desafine, siempre entrando a tiempo, cantando desde el silencio tras el trueno de ese mogollón de músicos, eso es algo a lo que no estamos acostumbrados. Valiente Rufus, valiente.
Como siempre, sentí que no estuvierais todos los rufusianos queridos pero sobre todo eche de menos a Amaia e Itzi...pero cómo os hubiera gustado verle leer partitura.
Y encima bises y generosidad después de un esfuerzo vocal  descomunal ya que aquello no era pop, era algo más que pop: el Hallelujah a pelo con el piano y los de la orquesta mirando,la mayoría con cara de admiración y él ultra expresivo vocalmente en cada estrofa de la oración ( grande que es nuestro Len), después  el aria de los Fuegos Artificiales de su opera , con la orquesta , mucho más espectacular que en la versión del Lulú. Y aplausos  y público entregado.
Y otro bis porque el auditorio le estaba amando: un Poses ante su indecisión debido a los gritos, entre otros, del friki que esto suscribe.
¿Se puede pedir más? Valiente , Rufus , valiente. Ven cuando quieras que yo , si puedo, voy.

4 comentarios:

  1. Este tipo no me acaba del todo pero si la recomendación viene de usted tendré que darle otra oportunidad porque lo del amigo Chuck no tiene nombre...

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  2. Yo estoy igual que Niko, pero mayormente pasaba a saludarle. Abrazo Rodri!!

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  3. Recital curioso el ofrecio por Rufus en Valladolid. Empezamos por el personal, entregado antes de que abriese la boca, y que se pasó gran parte del recital mirando sus móviles y luego entregados a los aplausos.
    Pero vayamos al grano y dejemos las espigas para las cosquillas del cotilleo. Disfruté del concierto, pero me decepcionó más. La razón es que un artísta de la calidad de é debe saber dónde están sus límites. Y eso de abordar ópera con micrófono es como beber un ribera del Duero, ya que estamos, sin alcohol. Amigo Joserra, decir que "un esfuerzo vocal descomunal" es un sarcasmo cuando en ese mismo escenario se ha oído a cantantes durante más de dos horas sin que en ningún momento la orquesta, como ocurrio el sábado, le tapase la voz, y eso que cantaban a pelo. Es más, alguien tan grande como Ute Lemper, que cantó con micro, sí hizo un esfuerzo.
    Este grandísimo cantante pop es pop, pues por lo oído no tiene la voz para saltar a otra división, no digo que ni mejor ni peor. De ahí, que para mí, cuando se puso al piano sin orquesta es donde alcanzó el cielo de la excelencia. De hecho, metió la pata con la orquesta, como humildemente reconoció, pero en un concierto clásico es motivo para el bochorno
    En cuanto al público, hace décadas que en el rock y el pop, el entreguismo integrista de los fans es ya una iglesia de ciego seguimiento.
    Disfruto de los violines porque los violines no son sinónimo de clásico, sino también de música folk, de zingaros y Chopin, de todos, pero cada uno en las divisiones donde puede ofrecer un juego digno. Lo demás es impostura y pretensiones de nuevo rico.

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    1. Félix, interesante puntualización que quizás hace que Rufus esté en el camino del medio. Es decir, claro que no es un tenor porque no tiene la técnica vocal , ni está educado para ello pero es valiente y consigue algo diferente. Pienso, estuve en primera fila y no vi lo de los móviles, que el tío se esforzó. Ahora que lo dices, me recuerda mucho a Dylan cuando se puso a hacer gospel, entonces nadie , nadie dio un duro por ello y mira ahora...
      Que exista un artista como él a mi me parece a todas luces enriquecedor...folk, zingaros, Chopin y Rufus. Por lo que veo Félix la conclusión que sacaste es de zapatero a tus zapatos...y eso también está bien... a mi me gusto mucho, todo.Un abrazo!

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Amo la música más que a todo.

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Todos los textos pertenecen a Joserra Rodrigo salvo citas y párrafos con su autor referenciado.