THE LAST GREATS

Olvidé dear John decirte que te quiero.

José Ignacio Lápido no tiene un pelo de tonto. Se fijó en que si en una canción bien escrita y  mejor estructurada,  mencionas a un grande legendario, a un bluesman o a un artista de rythm and blues pre-Beatles, la conviertes en inmortal.

Y si Blind Willie McTell, la canción, es lo que tiene, que trabaja con la mitología, hay otras del estilo que me acechan toda esta semana,  relativas a dos personajes, en realidad a cinco si cuentas a los que les rinden homenaje.Se trata ahora de intentar relacionar a todos.

Una es The Late Great Johnny Ace de Paul Simon ( estoy en plena época de revisitarlo, una vez más, lo dije) con la que cierra  Hearts & Bones que es un disco exquisito , cálido, soberbio, quizás mi favorito.

En ella nos habla de que hay acontecimientos que percibimos de críos que pertenecen a la generación que nos precede , que son traumáticos para ellos y que de alguna manera se quedan en nuestra recamara aunque no nos afecten directamente (Paul no era fan de Ace y yo no era fan de Kurt Kobain) y luego, nosotros los vivimos en primera persona y entendemos el por qué de esa antigua sensación, de esos comportamientos que se repiten.

El caso es que Paul escuchó en la radio que Johnny Ace  había muerto, dice la leyenda que por una ruleta rusa con el premio gordo y al joven Paul le sobrecogió pero sobre todo el impacto que tuvo la noticia en sus mayores. Luego, en la segunda parte, habla del momento en que te toca vivir lo mejor de tu vida, la juventud o mejor dicho,  lo que permanece para siempre, cuando se forjan tus mitos, en su caso, estaba en Londres, justo el año en que yo nací, los días de los Beatles y los Stones, suponemos aquello como la felicidad más absoluta, no hace falta que nos lo cuente. Y menciona también a Kennedy, lo acababan de asesinar.

Después se transporta en la tercera estrofa a su madurez y a recibir la noticia-impacto de que a Lennon lo habían disparado en la entrada de su casa de Central Park y ahí se cierra el círculo, ahora ya lo ha entendido todo.Es una canción preciosa que explica el ciclo de la vida mejor que nada.

Yo recuerdo perfectamente el día en que John murió, estaba con mi amigo Jose y fue brutal, teníamos 16 años, él se puso en la gabardina un brazalete negro que llevó semanas y escuchábamos sin parar las noticias y el Double Fantasy, estabamos viviendo nuestro equivalente a la época londres de la segunda estrofa de Simon, eran tiempos de Bilbao mugre y  London Calling, eramos jovenes, pensábamos que era un horror que habiendo vuelto a componer y grabar un lote de canciones tan maravillosas fuera un gilipollas y le matara de esa manera tan fácil y estúpida, fue traumático y nos agarramos a lo que quedaba.Un momento acaba con todo, una canción hace que vuelva a empezar.

Yo de Johnny Ace compré su Memorial Album en cd, es un básico para entender que hay un Sam Cooke antes que Sam Cooke, que todo tiene un antes y que hay mucha grandeza en los años cincuenta, década absolutamente esencial y llegué a él no por Simon sino por Aretha y su majestuosa cover del My Song, recomendada en el  flipante libro de Guralnick Sweet Soul Music, mi biblia personal y libro de ruta soul que recominedo ( le debo una entrada a ese catecismo que luce ya añejo en mi estantería)

La otra canción es del año pasado y es del granadino de la tinta de oro, ese que mejor escribe en este país CANCIONES , rimando el castellano de manera sonora con arte y vatios, poesía en movimiento, curativa y genérica para todos los mortales.

Es Olvidé decirte que te quiero de Lápido, una oda al amor verdadero digna de His Bobness o Len y no exagero:¿cuantas veces, decidme cuantas nos olvidamos de decirnos que nos queremos y nos vamos por los recovecos de las canciones siendo esa , nuestra fantasia, una forma indirecta de decirlo pero sin expresarlo?

Pues para meternos en ese feeling no se le ocurre idea más brillante que citar a Little Willie John , sonando en el  estéreo porque es imposible ser más lúcido, enlazando con esa mención con Highlands a Neil Young o en el Ventura de la Williams a Neil Young también. 

Se genera con su mención el espectro del blues, del tiempo inmemorial y se suspende el transcurso de las agujas del reloj para esculpir una sensación eterna,  avivando los incendios de nuestra imaginación. Eso, eso es exactamente lo que producen los artistas mencionados en este post y sus canciones, eso es lo que consiguen joyas como éstas.

De Little Willie John tengo esta  reco de Kent donde están su 45 rpm también básica para entender el raw power, en él se fijó Etta James y es que todo lo bueno está relacionado.

Mundos paralelos girando alrededor

Lejanos e imperfectos tanto como tú y yo
Recordando todo aquello
Que nunca sucedió
Olvidé mi amor decirte que te quiero

José Ignacio Lápido

Y servidor en un estilo más Fito:

Canciones infinitas

son mi declaración

si no soy de piropos

escucha mi recopilación