martes, 11 de mayo de 2010

RUFUS WAINWRIGHT : PALACIO EUSKALDUNA DE BILBAO 9 mayo 2010


"Y al séptimo día...el Príncipe se hizo Rey"
Domingo a la tarde, un momento que muchos no soportan y que según se cumplen años, me gusta cada vez más.
Mi ciudad está que se sale de bonita en esas horas en que la mayoría se enconde en el mando, en la manta y en una auto impuesta-depresión.
Como Madrid en agosto, los edificios te miran y nada te distrae, es una sensación de calma chicha que invita a percibir la música de una manera diferente a la del bullicio precedente.
Estaba nervioso, lo reconozco, organizando a la tropa de soldados rufusianos, entrada para aquí, localidad para allá.Al fin y al cabo el Príncipe llegaba a "palacio",un lugar donde he visto dos de lo conciertos más memorables: Wilco y Costello.
Era para haberse puesto el frac pero estaba cerrada la única tienda de alquiler.
Expectación aunque yo estaba un poco preocupado, era un concierto de máximo riesgo.
Paso bastante de toros pero creo que era algo parecido a lo que sentirán los adictos a José Tomás.
Aquí el divo se iba a arrimar y madre de Dios la cornada que podría recibir por semejante atrevimiento, incluso de sus incondicionales. Al pan pan y al vino vino. Soy menos chiita de lo que parezco y me parecía a mi que con el precedente de las equivocaciones y marrullerías con el público...
Pero si que iba con los deberes bien hechos: por un lado, ser consciente de que asistiría a una "misa de salida" y después a una "reunión con la familia, con los seres queridos"...requiere paciencia.
Lo que no imaginaba es semejante inteligencia en la construcción de un show: un 10.
Una opera puede representar la muerte y la vida, un concierto de rock también pero es mucho más difícil o por lo menos, más raro (Los Stones en Altamont y ahí si que fue de verdad)
En la primera parte desgranó integro su "All days are nights:Songs for Lulu" con la misma secuencia que en cd y no fue otra cosa que una puesta en escena de una "Misa de Salida" en honor a su madre , la gran Kate McGarrigle, una clásica de la Land.
No nos gusta el sufrimiento, ni asistir a los funerales pero son inevitable y dolorosos, el artista tiene que reflejarlo.
Allí cobró sentido la impuesta ausencia de aplausos...hubiera sido grotesco...tampoco nos ponemos a aplaudir en semejantes ocasiones...había que respetar el duelo y la concentración de una hora tan compleja técnica y emocionalmente. En mi caso, que amo la música de su madre aquello me llegó a lo más profundo, si bien no estamos acostumbrados a un Rufus tan oscuro.Aquí fue más un Antony...incluido el traje de plumas y la proyección del ojo "abre que te cierra" (eso a nivel plástico fue chulo pero monótono, acorde al ritual funerario pero pelín arte petardo, también en los tanatorios hay jarrones horribles)
El sonido del Steinway & Sons fue espectacular y su voz...su voz...cada vez mejor...bueno ya en su momento álgido...soberbia.
Todo tan profesional pero sin resultar frio y el precio de la entrada, comisiones aparte, estaba plenamente justificado.Eramos privilegiados testigos de un artista en su mejor momento y con su mejor intención y resultado.
El silencio y comportamiento en la "Misa", no aplaudir desde el comienzo del paseo de entrada del "pavo real" hasta el tañido impresionante del piano final en Zebulon, fue digno de enorgullecerse de ser del botxo y así lo hizo saber él mismo, al empezar la segunda parte.Estaba impresionado de nuestro comportamiento ( algo que creo, no pasó en Madrid por un periodista y su portátil)
Aquí que somos tíos de palabra para eso somos de Bilbao... jajaja...no entendemos esos detalles como de divismo sino como de respeto al trabajo.
A mi me gustó muchísimo como defendió su nuevo y polémico trabajo.
Las tomas del Euskalduna de esos temas , fallos escasos aparte , hubieran sido mejores para guardar para la posteridad en un cd que el publicado.
Si tengo que destacar algo del Oratorio, decir que me dejó k.o. la mejor canción del mismo, la que pasará como clásico , titulada The Dream,MARAVILLOSA, esas escalas grandiosas que le jugaron malas pasadas pero que resolvió con maestría, no como antes, en las tres veces anteriores que le he visto que era más amateur.
Tras el descanso que fue exactamente igual que cuando sales de la iglesia y te apetece estar con los tuyos, charlar, tomar algo, tratar de consolarte porque la vida sigue...llegó el festín...el momento en que para mi el Príncipe se coronó Rey.
El setlist fue un "The Best of" pluscuamperfecto y leerlo lo dice todo:
Beauty Mark,Nobody's Off The Hook, Grey Gardens, Matinee Idol, Memphis Skyline, Art Teacher, Little Sister,Leaving for Paris, Complain de la Butte, Dinner At Eight, Cigarettes & Chocolate Milk,
Bis:Poses ,Going To A Town, The Walking Song.
Aquí se dio cita la referencia a la familia , a los clásicos y el mejor bis que jamás presencié y presenciaré.
Catorce gemas que nadie supera: aquí está el cantante, el "composer", el que me produce epifanías y desmayos.Además, interpretadas de manera excelente, con raza y poderío.
Y celebramos la vida después de la muerte y lloré con Poses, querida Amaia (una de las canciones más bellas jamás compuestas) y nos reimos un poco, el maestro estaba , como dijo, "sumido en una depresión" como terapia para estar féliz y agradeció a los fans por su apoyo en este doloroso trance, cuatro meses sin su amatxu Kate.
¿Y no es eso el círculo completo de nuestra existencia? ¿Y no es tremendamente brillante hacer su verdadera opera con este inigualable recital?
El único consuelo del sufrimiento está en celebrar con los nuestros los triunfos, en recordar los buenos momentos de los que nos dejaron. The Walking Song no fue de este Mundo, ese homenaje a sus padres enamorados...lagrimones como los del montaje visual)
Randy Newman y Rufus Wainwright en la misma semana, tan diferentes, tan americanos, tan buenos.
Cuando el concierto acabó y sonaron los estruendos y aplausos quise gritar "Be proud of your mother" (más o menos, estate orgulloso de semejante madre), pero me dió mucho corte, me estoy haciendo viejo...yo que lo he gritado todo...jajaja.
Luego , cuando intentamos verle al salir y un estúpido guarda jurado, pensando que eramos Chapman y Rufus John Lennon, no nos dejó acercarnos al autobús...ya cuando se montó para marcharse, el que de allí entró príncipe y salió Rey, se lo grité desde lejos... y el contestó "muchas gracias, yo también la amo"
Era una obviedad pero él y yo sabemos lo que nos traíamos entre manos.
Algo especial, único, irrepetible, emocionante y con tanta calidad que me lo quedo para contar a los nietos.De verdad, genial Rufus genial, aquí tienes a tu soldado.El milagro de la música, el ser el primero que te descubrió en Bilbao, el hacer que 70 personas del público estuvieran por mi insistencia y que les encantes, nos ha hecho un poco de la familia.Y los parientes comparten y respetan el dolor y después celebran estar vivos.

3 comentarios:

  1. Venga, Joserra, te traigo un regalito que sé te va a gustar. Una amiga bloguera, Maika, también estuvo en el concierto de Bilbao. Le pasé tu fenomenal crónica y esto fue lo que me contestó. Un abrazo.

    Gracias por la crónica de Joserra. ESpectacular como el concierto de Rufus...

    La tarde también me pareció muy especial. Había llovido pero la temperatura era cálida. Un Bilbao grisáceo, melancólico, igual que el ambiente que se respiraba en la primera parte del concierto, pero (como comentaba Joserra) nada frío. Había ternura, tristeza... sí que podía emular a un funeral. El negro, mi color favorito lo envolvía todo. La entrada rozó el ridículo: esos pasos interminables hacia el piano arrastrando una larga cola negra con el cuello coronado por sinuosas plumas del mismo color. Pero un divo como Rufus supo sortear el vacío de la vanalidad y darle sentido en cuanto piano y voz se hicieron uno. Me encantó la teatralidad de la puesta en escena, proyecciones incluídas. Cierto que fue repetitiva, pero ese ojo omnipresente de cadentes parpadeos cobró vida. Se tornó un ente de la melancolía y de la ternura que acompañó la oscuridad que arropaba todo. Aún me emociono...

    La segunda parte, qué decir. Estábamos ávidos de aplausos, necesitábamos transmitirle nuestro agradecimiento por su magia. En un ambiente más distendido, intercaló comentarios más vanales como sus elogios a nuestra ciudad/comida o más humanos con el homenaje a su "madre-esposa" ( no en vano dice en alguna entrevista que da las gracias a Dios el ser gay, pues si no, no sabe cómo habría llevado la relación con la que fuera su referente tanto artísticamente como persona) mientras nos hacía levitar con magníficos temas como "Poses" y "Going to a town".

    Fue una tarde para no olvidar. Gracias Rufus, por acercarnos a Bilbao esos momentos mágicos; momentos de catarsis en que la vida tristemente bella te llena de satisfacción y todo cobra sentido...

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  2. Los comentarios que se perdieron...ahí van...


    macroestructura:

    El concierto de Rufus el domingo fue impresionante. Creo que jamas habia asistido a un evento tan bello y emotivo.
    Yo tambien le doy un 10.

    Shinta :

    Hombre Rodriiiii, vaya chulada de crónica, tan sentida...y eso que eres de Bilbao.
    En serio es de lo mejor que he leido y no esas mediocridades de otros conciertos.

    Me parecia estar allí, que exquísito y que bien organizado todo la misa. Sí señor, hasta sales de allí mejor persona.

    Ya sabes que mañana voy, no llevo a 70 sino a una, pero para mi ya es mucho (con A. Hegarty tuve que ir sola).
    Creo que esta noche soñaré y me haré pis en la cama.

    Saludos,

    Ah, te agradezco mucho la visita a mi página, y te felicito porque acabas de llegar a 200 visitas. Olé!!


    Miguel Á.:

    Hola!
    Yo también he ido al concierto, y ha sido verdaderamente increíble.
    Por cierto, tengo The Art Teacher y Leaving for Paris en mp3. Si os interesa, no dudéis en pedírmelas: maag_26991@hotmail.com

    Ciao!


    Coco:

    Estoy de vuelta.
    Me alegro por cómo disfrutaste la tarde del domingo. Tanta pasión tiene que alargar la vida de cualquiera, al menos disfrutar el doble de la vida y supongo que a quien te rodea le tienes que transmitir toneladas de buenas vibraciones. Has conseguido que vea en “The Dream”, lo que la rápida escucha del disco no me había enseñado en un principio. Has conseguido que me haya quedado con las ganas de haber asistido... Me consuelo al saber que el trabajo me lo hubiera impedido de todas formas.
    Mil gracias por la dedicatoria, y el chivatazo (no sabía que Josh había sacado nuevo disco). ¡Menudo año! Lo estoy escuchando, apenas tres canciones. Otra PUTA OBRA MAESTRA, y sólo he escuchado las tres primeras...
    UN ABRAZO!

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  3. Benito dijo:Muy acertada la crónica de la elegía. Master
    El domingo en el Euskalduna escuché su último trabajo como no lo había escuchado ni sentido antes; no porque me de por aplaudir entre canción y canción cuando lo escucho en casa, (salvo dos o tres canciones, -Zebulon, Sonnet 20, The Dream-, tampoco me había entusiasmado, precisamente) sino porque el astuto oficiante nos ayudó a apreciar y desveló su verdadera esencia a través de la forma de exponerlo.
    La liturgia de un réquiem requiere de silencio continuado e introspección, de sobriedad y vacío; y como decía Cortazar, nada era arbitrario (bueno, lo de los ojos-ciempiés omnipresentes llegó a resultar un poco cargante y hasta desagradable; al margen de la tristeza y melancolía que transmitía, ¿podría alguien explicar su significado?) y me pareció entender porque la plegaría requiere instintivamente caer de rodillas.

    Y si la apuesta, aun siendo arriesgada, no lo era tanto en la primera parte, (solo con el piano reproduciendo y superando con creces el disco-lamento solo con el piano) el riesgo de la segunda era considerable. Pero ganó todas las apuestas, y se ganó la pasta, y nuestra admiración (Memphis Skyline, Poses, Going to a Town…) y nuestro convencimiento de que puede hacer, y va a hacer, cosas mucho más interesantes que los dos últimos discos.

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Amo la música más que a todo.

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Todos los textos pertenecen a Joserra Rodrigo salvo citas y párrafos con su autor referenciado.